Alejandro Chomski, los vasos comunicantes entre la literatura y el cine

26 de febrero, 2022 | 15.33

Aunque debutó en el terreno literario en 2020 con “El libro del desvarío humano”, donde recoge anécdotas autobiográficas de su experiencia en el mundo del cine, Alejandro Chomski también tiene experiencia en la adaptación de novelas al lenguaje cinematográfico. Antes de su trabajo en colaboración con Paul Auster había filmado “Dormir al sol” de Adolfo Bioy Casares y "Maldito seas Waterfall", de Jorge Parrondo. Ahora tiene en carpeta la película “Bajo el agua”, sobre uno de los últimos cuentos de Bioy Casares.

- Télam: ¿Cuál es la clave para transformar la literatura en imágenes?

- Alejandro Chomski: Tuve la suerte de aprender este concepto cuando era más joven. La idea de trabajar de una forma dialéctica en la cual se escribe el guion contra la novela. Se filma contra el guion y se edita y se construye la película en contra de la filmación. Quiero decir que hay que despojarse de todos los factores propios de otro soporte, cuando estás construyendo imágenes en una película hay cosas del guion que ya no funcionan y cuando escribís el guión hay cosas de la novela que no funcionan y otras que super funcionan.

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- T.: ¿Cómo se dio eso en “El país de las últimas cosas”?

- A. CH.: Tuve que evitar todo el comienzo de la novela: las clínicas donde la gente paga para morir, los que corren por la ciudad hasta caer muertos, las manifestaciones multitudinarias no podían hacerse sin un presupuesto de 50 millones de dólares.. Esas cosas las tuve que descartar.

- T.: ¿Hay escenas agregadas?

- A.Ch.: Sí. En la novela Anna cuenta que se enamoró de Sam y estuvieron seis meses sin salir del cuarto en el que vivían amándose. Para hacer eso tuvimos que inventar imágenes de sus miradas, las conversaciones previas, los gestos. Traducirlo en escenas para justificar el surgimiento de esa chispa del amor. En “Dormir al sol”, por ejemplo, tuve que construir un final ya que la novela de Bioy es más abierta, no explica por qué hacen lo que hacen los malos.

-T: ¿Qué diferencias encontraste entre dirigir una película y escribir un libro? ¿El cine y la literatura tienen puntos en común?

-A.CH. En el cine hago ficción. Salvo un par de documentales que hice sobre Charly García y sobre mi abuelo, todo lo que hice es ficción. Es decir que tengo que construir una estructura dramática, un conflicto, un punto de inflexión; todas las leyes que rigen cuando uno hace ficción. En el libro fue a la inversa: aposté a la rigurosidad y decidí contar lo que recuerdo, lo que pasó. Lo que entendí en la práctica es que contás algo que te pasó y cuando lo recordás es cómo volver a vivirlo porque nunca es igual a cómo fue.

Con información de Télam