(Por Gabriela Albernaz, corresponsal) El aumento de tensiones entre el Reino Unido y Grecia por la repatriación de frisos y esculturas del Partenón, conocidas también como los Mármoles de Elgin, que se exhiben en el Museo Británico, da cuenta de una problemática más amplia, debido a que otras naciones también reclaman la devolución de valiosas piezas de arte que se encuentran en museos de ese país europeo.
En medio de las negociaciones en curso, queda claro que Grecia no está sola en su empeño por la restitución de tesoros culturales. Desde la chilena Isla de Pascua hasta Egipto y Etiopía, diversas naciones han planteado demandas de repatriación de piezas históricas, destacando la necesidad de abordar la devolución de manera más amplia.
Esta semana resurgió la controversia con Grecia, que ha persistido en su reclamo de las 17 esculturas retiradas del Partenón hace dos siglos, alegando que fueron "saqueadas" durante la ocupación otomana, entre 1799 y 1803, cuando Grecia estaba bajo el dominio del imperio británico.
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La cancelación de una reunión entre el primer ministro británico Rishi Sunak y su homólogo griego, Kyriakos Mitsotakis, exacerbó la situación, mientras el Gobierno británico explora vías legales para bloquear cualquier exportación de las esculturas.
Londres sostiene que el embajador británico de Imperio Otomano, Lord Elgin, adquirió legalmente, en medio de escombros, las esculturas en 1802 y las vendió al Museo Británico, mientras que Grecia alega -a partir de estudios científicos- que fueron extraídas con sierras a pedido de Elgin.
Se trata de 15 metopas, 17 esculturas y 75 de los 160 metros de largo del friso original, en mármol, con 2500 años de antigüedad en disputa, que decoraban el templo dedicado a la diosa Atenea, el Partenón, en la Acrópolis de Atenas construida entre el 450430 antes de nuestra era.
Esas piezas actualmente se exhiben en la sala 18 del museo londinense que las expone desde 1817, luego de su adquisición en 1816, por aprobación del Parlamento de los fondos necesarios. En la actualidad se conservan en esta institución en virtud de la Ley del Museo Británico de 1963.
El largo recorrido diplomático para la recuperación del patrimonio griego comenzó formalmente en octubre de 1983 con el pedido de Grecia al Gobierno británico, a partir del apoyo de la Unesco en 1982, pero fue rechazado por el Reino Unido en abril de 1984 y en enero de 2022.
La posición del Gobierno británico se asienta en que "las cuestiones relativas a la propiedad y la gestión de las esculturas del Partenón son competencia de los administradores del Museo Británico", según detalla el informe del Parlamento y es algo que se replica en las respuestas actuales.
"Los Mármoles de Elgin deben permanecer en la colección permanente del Museo Británico", declaró por estos días un vocero del Gobierno británico, enfatizando que no hay intenciones de facilitar la devolución de estas piezas históricas.
"Estoy profundamente decepcionado por la abrupta cancelación de la reunión con Sunak en Londres", expresó este martes el primer ministro de Grecia, mientras Mark Harper, ministro de Transporte, confirmó que se ofreció una reunión con el viceprimer ministro Oliver Dowden como alternativa, que Mitsotakis rechazó.
También se pronunció sobre la situación el ministro del Gabinete griego, Adonis Georgiadis, quien en declaraciones al programa World at One de BBC Radio 4, dijo que la disputa era un "mal día" para las relaciones entre Gran Bretaña y Grecia y que la decisión de Sunak había sido un "error".
En la misma línea, el vocero del Gobierno griego, Pavlos Marinakis, dijo que "la actitud de Gran Bretaña no muestra ningún respeto por el primer ministro y nuestro país".
A su vez, Lord Vaizey, presidente del consejo asesor del Proyecto Partenón, que aboga por devolver los esculturas de Elgin a Grecia, expresó su sorpresa por la cancelación de la reunión por parte del primer ministro.
Según Vaizey, esta situación está relacionada con las controversias culturales, por las cuales cuestionar la perfección de la historia británica se percibe como antipatriótico.
A pesar de ello, Vaizey destacó en el programa Today de la BBC, que las encuestas de opinión indican que la mayoría del público británico está a favor de devolver las esculturas.
Otros países que también reclaman al Reino Unido
Grecia no es la única nación que exige la devolución de piezas preservadas en los museos británicos. Nigeria solicitó la restitución de los Bronces de Benín, supuestamente robados tras la invasión británica en 1897.
Los Bronces de Benin, esculturas elaboradas de bronce y latón, datan del siglo XVI y se crearon en el Reino de Benin, África Occidental. Estas piezas incluyen placas decoradas, figuras humanas y animales, destinadas a altares ancestrales y rituales que registran la historia dinástica y social del reino, destacando sus primeros contactos con los europeos, especialmente con Portugal en el siglo XV.
Estas obras no solo poseen valor artístico, sino que también sirven como registros visuales de las relaciones comerciales y diplomáticas entre Benin y Europa.
A fines del siglo XIX, durante la expansión colonial, los Bronces de Benin llegaron al Museo Británico. El traslado se produjo en el contexto de la "lucha por África", donde las potencias europeas adquirieron artefactos africanos.
Actualmente, más de 900 objetos del Reino de Benin están en la colección del Museo Británico, y más de 100 se exhiben en exposiciones permanentes, marcando un episodio controvertido en la historia de las colecciones coloniales.
Egipto también busca la devolución de la Piedra Rosetta, considerada un ícono de su identidad. En julio de 1799, soldados franceses descubrieron la famosa Piedra Rosetta mientras excavaban los cimientos de un fuerte en la ciudad de Rashid (Rosetta), a 65 kilómetros al este de Alejandría, durante la campaña egipcia de Napoleón.
Este fragmento de una antigua estela se convertiría en la clave para descifrar los jeroglíficos egipcios, después de que las fuerzas del imperio británico la sacaran de Egipto en 1801.
La importancia del hallazgo se reconoció rápidamente, siendo la Piedra Rosetta una valiosa reliquia que cambiaría la comprensión del mundo antiguo.
El descubrimiento se dio mientras las tropas se preparaban para la batalla terrestre de Abuqir el 25 de julio de 1799, durante el conflicto entre Francia y el Imperio Otomano. El Museo Británico, alega que Egipto no reclamó la piedra y que el traslado se hizo tras firmar un acuerdo en el año 1801.
Por su parte, Etiopía logró la repatriación parcial de la Colección Maqdala, con esperanzas de recuperar más artefactos saqueados por soldados británicos.
Por otra parte, la capa de oro de Mold -hallada en 1833 por trabajadores de una cantera en esa localidad del norte de Gales- y el escudo de Moel Hebog también son objeto de demanda de ese país del Reino Unido que cuestiona la afirmación de que estos objetos están más seguros en Londres.
Otro de los reclamos al Reino Unido lo lleva adelante Chile en relación al moai Hoa Hakananai'a de la Isla de Pascua, una majestuosa figura de basalto que originalmente miraba el cráter del volcán Rano Kau, y que los británicos desenterraron en 1868.
El Gobierno chileno, respaldado por el presidente del Consejo de Ancianos de la Isla de Pascua, busca su repatriación pero también fue rechazada por el Museo Británico.
Con información de Télam