Sergio Rotman, listo para Post Punk Junk: "He envejecido pero no he madurado"

El músico charló mano a mano con El Destape sobre el pasado, el presente, el futuro, su festival Post Punk Junk y lo que le genera que algunas letras de más de 30 años sigan vigentes.

17 de mayo, 2024 | 22.16

Con 40 años en la música, Sergio Rotman consiguió algo que no muchos logran: tocar en una de las bandas más populares y masivas del país -Los Fabulosos Cadillacs- y ser profundamente respetado en la cultura rockera underground. No fue un camino sencillo ni lleno de rosas, pero se lo ganó a base de una permanente inquietud y ambición artística. Mientras se prepara para la edición más grande de su festival Post Punk Junk, el compositor, saxofonista, cantante y guitarrista dialogó con El Destape sobre El pasado I y II (los cinco temas que grabó recientemente), su pasado, el presente, el futuro, la masividad y la pérdida de la individualidad.

Con su pesimismo punk a cuestas, Sergio Rotman viene de lanzar cinco canciones pertenecientes a las bandas que integró a lo largo de sus 40 años en la música (Mimi Maura, Los Sedantes, Cienfuegos y El Siempreterno, además de Los Fabulosos Cadillacs). Su estilo, y su obstinación por seguir haciendo, son una marca registrada que no reconoce pero de la que tampoco reniega.

¿Cómo fue la elección de temas para El pasado I y II?

- Por la letra. Para mi es fundamental lo que quiero decir. Yo no soy un compositor como pueden ser Vicentico o Andrés (Calamaro), que son pibes que componen "profesionalmente". Yo si no tengo algo que decir, no tengo canción. Entonces siempre es por lo que en el momento quiera expresar.

En alguna oportunidad dijiste que nunca miraste para atrás en tu carrera como para hacer temas de tus bandas anteriores. ¿Qué cambió?

- Hubo una combinación de cosas. Por un lado, sé que estas canciones si no las toco yo, no las toca nadie. Lo cual suena bastante básico como concepto pero al final del día es importante. Y por otro lado, vas buscando lo que no hiciste. Sobre todo en una carrera como la mía, que tuve la suerte de pertenecer a una banda popular. Entonces ¿qué no hice? ¿qué fue lo que dije que no iba a hacer? Quebrarte a vos mismo es algo muy rockero. ¿Dije que no lo iba a hacer? Bueno, hagámoslo. ¿Dije que no iba a cantar esto? Bueno, cantémoslo.

¿Hay algo de aburrimiento en la decisión?

- En realidad es llevarte a un lugar donde estés incómodo. Porque yo puedo seguir tocando en Strummer para 50 personas toda mi vida, y hacer este festival es algo muy incómodo. Es un poco estar en un lugar que no estoy cómodo. Y tampoco tenemos mucha producción, no es que vas a llegar ahí y va a haber 20 plomos, 40 pantallas y 50 personas de seguridad. Va a ser un poco Strummer ampliado: va a ser Strummer con un 0 más.

¿Te cuesta pasar de tocar con los Cadillacs ante decenas de miles a estar en un bar para menos de 200 personas?

- Lo que pasa es que el escenario termina en el borde del escenario. Después obviamente que cualquiera quiere que haya un millón de personas. Si bien lo más importante no es cuánta gente viene, tampoco es que querés que no vaya nadie. Pero no depende de uno, así que lo que no depende de uno, no importa tanto. El escenario tiene que terminar en el borde del escenario y vos estar dispuesto a recibir lo que sea. Si te va muy bien, como va con los Cadillacs, hacer cosas para que esas 46 mil personas que van reciban por la entrada que pagaron. Y si van 120, como en Strummer Bar, que suceda lo mismo. Lo importante es no frustrarte en ninguno de los dos casos. Aceptar lo que es y saber que lo que vos tenés que hacer termina al borde del escenario.

¿Qué sentís cuando ves que letras tuyas que tal vez tienen 30 años siguen vigentes?

- Lástima siento, que sigamos con la misma histeria y la misma depresión. Que a pesar del cambio de milenio y el cambio de estructura comunicacional todo siga siendo la misma farsa, me da un poco de angustia. Tampoco es que esperaba un gran cambio, pero me parece que todos esperábamos del Siglo XXI otra cosa. Vivimos en una banalidad demasiado grosera. La megaconectividad no trajo nada bueno. Lo que trajo fue más histeria. Antes nadie tenía internet, y si ibas a un pibe del 94 y le decías "che, vas a tener una cosa que se llama Wikipedia en la que vas a poder chequear toda la información posible", te hubiera dicho "listo, ya está, solucionado todo el problema de la raza humana". Y sin embargo no solo no solucionó nada sino que la gente termina haciendo memes. Lo cual es de lo mejor que se puede hacer con internet. El defecto no estaba en la falta de tecnología sino que viene intrínseco en el ser humano.

¿Todo tiempo pasado fue mejor?

- En algún aspecto se está mejor. Una cosa que hablábamos con los muchachos que estuvimos en los 80 es "por favor acordémonos que esto era una mierda". Si alguien te dice "noo, los 80 la pasábamos bárbaro, íbamos de un bar a otro", es porque no estuvo, claramente. Hay algo mejor dentro de la aceptación de la cultura y de la aceptación del otro que se está pagando un precio altísimo en una especie de invisibilidad. Hoy te podés tirar del piso 25 y no le importa absolutamente a nadie. Hay una deshumanización causada por la megaconectividad que es muy sorprendente. El que se muere de hambre se sigue muriendo de hambre, el tránsfuga sigue siendo tránsfuga, el garca es más garca que nunca. Pero tampoco creo que todo tiempo pasado haya sido mejor. Lo que sí creo es que en el asunto de lo que era nuestra vida natural, sobre el fin del milenio se había llegado a un lugar de conexión mejor que lo de ahora. Te levantabas a la mañana, chequeabas tus mails, le contestabas a quien le tenías que contestar, ponías discos a bajar, te ibas y hacías tu vida. Y volvías y te habías bajado la colección completa de Emerson, Lake and Palmer, que jamás ibas a escuchar pero que estaba ahí. Yo no esperaba ningún cambio del ser humana, no es que digo "uh, qué mal que estamos". Sigue siendo todo igual, la Guerra de los 6 días se extendió 60 años, pero sigue siendo la misma guerra idiota.

¿Esperás un cambio para adelante?

- No. Una de las grandes cosas que teníamos era el individuo, la individualidad, el mejor de los mejores. Hasta eso hemos cedido. En el avance tecnológico hemos perdido mucho más de lo que hemos ganado. Por supuesto me van a acusar de viejo nostálgico, pero no es así. Yo he envejecido pero no he madurado. No tengo el problema generacional de "no, porque en mi época era mejor". Mi época sigue siendo la misma que cuando tenía 18 años.

¿Qué se puede esperar de Post Punk Junk?

- No sé qué va a pasar. No me interesa mucho que queden 6 cuadras de cola afuera de gente. No me interesa mucho que siente un precedente. Estamos haciendo algo por el mero hecho artístico de hacerlo. Yo lo que espero es que, artísticamente, lo que suceda sea de intensidad y de emocionalidad, que sea algo emotivo. Que te vayas de ahí emocionado. No espero que sea una celebración de nada. Esto es para que vayas y te sientas un poco menos solo. Eso sería un gran éxito del festival. 

Entradas para Post Punk Junk

Este sábado 18 de mayo desde las 19, Sergio Rotman llevará su ciclo Post Punk Junk a Groove, en donde no solo se presentará con su banda, sino que también tocarán Los Péndulos y Espanto Club, además del DJ set de Asia del Sur. Todavía quedan entradas para el evento que se realizará en Palermo y las mismas pueden conseguirse en el siguiente link.