La cantante Melina Moguilevsky está próxima a lanzar su tercer álbum de estudio, Huecos, y dialogó con El Destape Web sobre su presente artístico y los desafíos que significó llevar adelante este proyecto, coproducido con Juan Belvis y Luciano Vitale.
¿Cómo fue el proceso creativo del disco?
- Fue muy largo. Diría que empezó antes de que termine mi disco anterior en 2016; sin saberlo ya había algunas canciones que iban a derivar en este álbum. Algunas son realmente muy antiguas y otras muy nuevas, algunas surgieron en pandemia. Las más antiguas se resignificaron para mí en este momento de mi vida.
¿Con alguna de las canciones que habías hecho sentiste que en este momento no eran compatibles con vos y quedaron afuera?
- Todas las canciones que quedaron grabadas son las que yo sentí que tenían un hilo conductor en el disco y de hecho para mí el álbum entero es una obra que fue pensada de principio a fin, en la instrumentación, en los arreglos, en el orden, el tiempo que hay entre canción y canción. Si bien hay temas de distintas épocas que se fueron encontrando por distintos motivos, hay un tratamiento en común por más que toquen temáticas muy diversas. Realmente siento que se unen por más que hayan pasado los años.
¿Cómo es hacer un disco conceptual, para lo que la escucha del álbum completo es fundamental, en un momento histórico musical en el que cada vez se escuchan menos discos completos y más canciones sueltas?
- Siento que la persona que realmente está atenta a la obra de cada artista, no importa si hay que escuchar un tema, o tres temas o siete, como es el caso de este disco. Es prestar atención a qué quiso decir ese artista en toda su obra. Más allá de lo que esté de moda en la industria de la música, yo no saqué temas antes que ya tenía terminados porque sentía que todavía no estaba terminada la obra. Entonces, para mí, la obra se concretó cuando estos siete temas se encontraron y fueron el disco. Conceptualmente es muy importante cada una de estas piezas.
¿Qué diferencias notaste entre el proceso de este disco y los de los anteriores?
- Mi forma de producir música cambió mucho: en mis discos anteriores yo fui la productora artística, era solo yo. Trabajé con una banda que ensayaba muchísimo y después iba al estudio y grababa prácticamente en vivo. Y en este caso fue un proceso más de coproducción con Juan Belvis y Luciano Vitale, en un trío muy fuerte que se conformó. Por primera vez en mi vida, dejé que alguien se metiera en mi música antes de ser terminada y necesitaba eso como artista; dejarme intervenir por otras personas que opinaran sobre mi material, metieran mano y me provocaran también desde lugares a los que yo sola no hubiera podido arribar.
¿Vos siempre escribiste tus letras?
- Sí. Mi disco anterior es todo de letras mías y en el primero también hubo una canción con letra de Leopoldo Castilla, a quien volví a citar en este disco para la última canción, El Fuego. En el primer disco hubo otros autores: musicalicé a Alejandra Pizarnik, a Juan Gelman y a Castilla. En este disco son todas letras mías menos la de Leopoldo Castilla, que es un poeta que a mí me conmueve muchísimo y que siempre que leo su poesía me suena música en la cabeza, termino escribiendo. Tengo un vínculo súper lindo con él y siento a su letra súper fluida con la música que apareció.
Tu primer disco fue en 2012, ¿qué diferencias notás en la industria musical? ¿Qué tan abierta está a las mujeres y a este tipo de música que quizá no es lo que se consume a nivel masivo?
- Siento que hay un avance y que hay interés en la canción como un signo de pregunta, qué es la canción hoy. Hay canciones de muchos estilos, fusionados, mezclados pero siento que todavía nos falta mucho por descategorizar. En general, cada vez que alguien me hace un entrevista, lo primero que me preguntan es en qué género me siento identificada, qué tipo de música me influencia. Hay una necesidad de etiquetar y de reconocer en un lugar previamente conocido y aprobado como existenta a la música. Siento que falta un poco más de apertura en ese sentido. En vez de encasillar a la música dentro de los códigos ya conocidos, simplemente abrir la escucha y ver cuál es la obra del artista. Si bien hay un avance en eso -así como en el protagonismo de las mujeres en la música, que antes estaban recontra involucradas pero mucho más invisibilizadas-, siento que hay mucho camino por delante.