Luciana Segovia presentará su disco debut como solista, Serendipia, en La Trastienda (Balcarce 460, CABA) el 9 de abril a las 19. En diálogo con El Destape Web, la artista reveló los motivos de su salida de Cirse, después de 16 años de éxito, habló sobre los miedos que enfrentó para tomar esta decisión y sobre los aspectos positivos y negativos de ya no pertenecer a una banda.
¿Por qué el nombre del disco?
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
- Serendipia significa una circunstancia donde uno encuentra algo que no estaba buscando por casualidad. Es decir, cuando uno se encuentra algo mejor de lo que estaba buscando y encima es de casualidad. A mí me pasó eso con este camino solista; quise meterme un poco más en el pop cuando salí de Cirse, pero me encontré con una artista distinta. Crecí en un montón de aspectos, en lo personal, en lo espiritual y en lo artístico. Empecé a escribir diferente y no solo me metí en el pop, sino que me animé a hacer un rap, por ejemplo. Entonces me encontré con un camino que estaba mucho mejor de lo que esperaba, con límites más lejanos. A pesar de haber salido de la zona de confort, me encontré con un lugar que me gusta mucho y que voy a seguir investigando. Así que le puse ese nombre al disco, en el que hay una canción que se llama Serendipia también y que habla de eso, de que siempre viene algo mejor.
Claro, el pop ofrece una gran diversidad tanto en lo musical como en lo estético. ¿Cómo te surgió la necesidad de irte para ese lado?
- Después de 16 años de cantar en una banda de rock pesado, rock punk y con un estilo tan definido, surge una necesidad muy fuerte de cantar distinto. Me imagino que también le debe pasar al bailarín, que después de bailar tantos años un mismo estilo por ahí quiere probar cosas nuevas. Sentía que en Cirse había matices pero no había tantos como tiene el pop donde, como vos decís, hay un abanico más amplio que te permite jugar: podés hacer un pop/rock, un pop/electro, un súper pop como es Viaje Espacial en mi disco.
Sí, una balada, podés hacer de todo.
- Baladas, claro. De hecho, en el disco hay una balada. Yo sabía que en Cirse la baladita con piano no tenía mucho lugar porque era muy definido el estilo, si bien teníamos un abanico y nos podíamos mover dentro del punk y el rock más heavy, siento que no había lugar para una balada con un piano y a mí me parece una situación súper íntima. Cantar solamente con un piano es otro sentimiento que también tenía la necesidad de mostrar, de componer y de atravesar. Así es cómo surgió la necesidad de hacer este camino a esta altura de mi vida. Después de 16 años y con una banda que venía funcionando muy bien, veníamos de hacer una gira por México en la que nos fue muy bien y querían que volvamos muy pronto. Sentía que si me subía a ese tren de empezar a desarrollar la banda afuera, no me iba a poder bajar más. Así que ni bien volví de México hablé con los chicos y tomé este camino para probar cosas nuevas.
¿Era algo esperado o fue una sorpresa para ellos esa decisión?
- Había una dinámica especial porque tengo dos exparejas dentro de la banda. Salí con el guitarrista ocho años y luego pudimos seguir trabajando diez años más, no hubo problema. Pero después, las circunstancias de la vida hicieron que saliera con el baterista y cuando me separé de él dije ‘no sé si tengo energías para trabajar con dos exparejas’. Por eso, fueron varias cosas que me hicieron tomar esa decisión, no solamente querer hacer otro estilo sino que también no tenía mucha energía. Estuve un mes conviviendo con dos exparejas en México, viste cuando decís, no sé si da para hacerlo. Entiendo que metí la pata en salir con gente de la banda pero bueno era parte de la consecuencia, existía la posibilidad de no seguir trabajando juntos.
¿Tuviste algún tipo de miedo antes de tomar la decisión de dejar Cirse, un proyecto con su público consolidado y con reconocimiento, para lanzarte como solista?
- ¡Tuve terror! (Risas). Qué miedo, terror tuve. No sabía cómo hacerlo, no tenía idea de cómo empezar, no es que había probado y había empezado a componer mis propias canciones y las tenía guardadas en un cajón esperando para cuando tomara la decisión de ser solista. Yo tomé la decisión sin saber cómo arrancar. Y encima de todo, cuando tomé la decisión, fue dificilísimo dejar de hacer notas, dejar de ensayar, de tener fechas, giras, después de 16 años. Es muy difícil cambiar el estilo de vida de un día para el otro, me sentí muy vacía y estuve casi un año entero llorando por el duelo y por el terror de no saber qué hacer. Hasta que me senté en el piano y salió mi primera canción, Irse, por eso es el juego palabras Cirse/Irse y esa es la primera canción del disco, en la que cuento mi versión de por qué necesitaba irme de esa banda. Cuando dije ‘bueno listo, ya tengo una canción, salgo como solista', empezó la pandemia. Estuve encerrada, sin juntarme con ningún músico ni con ningún productor, sin saber qué hacer ni cómo. Así que esta pandemia hizo que aprendiera a estar a solas, a seguir componiendo, seguir para adelante, contactarme con gente de manera virtual. Después cuando abrió un poquito la cuarentena empecé a juntarme con algunos músicos, empecé a grabar y de a poquito fue saliendo, pero es un laburo que me llevó dos años.
Cuando tomaste la decisión, si bien no tenías un proyecto ya en vista, ¿tenía algunas influencias o cosas que escuchabas que te daban ganas de ir por acá o por allá?
- No, tampoco. No sabía qué tan pop quería ser. No sabía a dónde me iba a llevar este camino, sí sabía que necesitaba juntar fuerzas y recuerdo haber ido a un recital de Jimena Barón, que me invitó a su primer Teatro Ópera cuando yo todavía no había tomado la decisión, y dijo una palabras al final del show que me empoderaron un montón. Ella contó que le habían dicho que ya era tarde, que no lo iba a poder hacer, que ya tenía un hijo. Se emocionó y dijo ‘nunca permitas que te digan que no lo podés hacer, nunca es tarde’. Yo salí empoderada y dije ‘listo, lo voy a hacer, no sé cómo ni cuándo’. Empecé a escuchar música y a investigar un poco las solistas, lo que había, lo que no había, y encontré artistas muy diversas. Desde Lali Espósito, que me parece una genia en la disciplina que tiene para laburar, hasta Noga Erez, una artista de Israel que rapea y no puedo creer lo que hace, está buenísimo. En ella me inspiré para hacer el tema Desorden, que es el último del disco. Así que voy probando, investigando, me voy acercando y mimetizando con algunas artistas. No hay ninguna que me mate por completo, pero sí hay artistas que hacen canciones increíbles. Marilina Bertoldi, por ejemplo, está haciendo un camino solista hermoso y la admiro muchísimo, me parece una persona súper talentosa. Y ahí estoy, aprendiendo de otras en su forma de laburar, de imponerse y de buscar lo que quieren hacer. Era para eso este camino, aprender, aprender y aprender.
Vos te pasaste al pop, ¿puede ser que haya algún tipo de prejuicio en el punk?
- Sí, lo hay. El rock es prejuicioso. Cuando estaba con Cirse, no hacíamos metal, pero tocamos para Metallica cuando estuvieron en el Estadio Único de La Plata como teloneros y me acuerdo que la gente nos bardeó un montón al principio porque el rock, el metal, el punk, son como tribus totalmente prejuiciosas. Por ejemplo, nosotros que hacíamos rock no tan pesado, éramos muy blanditos para los metaleros y muy pesados para los poperos. Así como fuimos teloneros de Metallica, también lo fuimos de Durán Durán, o sea, nada que ver. Hicimos una lista de los temas más cancioneros y menos pesaditos que teníamos y quedó buenísimo el recital.
Nosotros tuvimos la necesidad de aprender y adaptarnos a las críticas porque el rock es prejuicioso. Al principio hasta fue prejuicioso con la mujer. Cuando salí a cantar hace 18, 20 años, no había mujeres cantando rock y me acuerdo que me han dicho que si cantaba una mujer no era rock lo que hacíamos. O fui a una compañía discográfica y me dijeron que estaban entre nosotros y otra banda para invertir y que iban a elegir a la otra banda porque era muy difícil vender a una cantante femenina. Me dijeron ‘vamos a elegir a otra banda, que se llama Tan Biónica’ (risas). Y les fue re bien. Nos costó muchísimo y yo vengo muy curtida de las críticas de tantos años tocando. Hemos tocado también para Avril Lavigne, para Paramore, The Kills, hemos hecho muchísimos shows internacionales con bandas a las que a veces nos parecíamos y a veces no.
Es muy común la crítica. Me pasó que cuando abrí mi camino solista y me fui más al pop, al fan de Cirse no le gustó y se enojó. Hace poco vi una firma en Facebook que decía ‘lo que estás haciendo ahora se parece a Los Pimpinela’ y cuando me metí en el perfil era una persona a la que le gustaba Motörhead, entonces es como y sí, no te va a gustar mi música nueva porque es pop. Está todo bien que no te guste (risas). Pero sí, hay mucho prejuicio en la música la verdad, espero que vaya cambiando. Hoy siento que todo el ambiente del trap, músicos que se juntan entre todos y hay como una camaradería de apoyarse entre sí, están un poco educando al público.
¿Extrañás algunas cosas que pasaban con Cirse? Tanto en la dinámica laboral, la energía de los shows que debe ser diferente, el público, los vínculos.
- Sí, extraño obviamente mi pelo violeta (risas). Lo tuve de ese color durante muchísimos años. A mí me gusta muchísimo el rock y la música que hacíamos, no es que dejó de gustarme, me encanta lo que hacíamos, entonces extraño un poco eso. O subirme a un escenario, pero eso me pasa porque hace tres años que no lo hago por el tiempo que me tomó de duelo más la pandemia. Extraño todo: los shows, las giras, les tengo un cariño enorme a mis excompañeros y también los extraño a ellos. Siento que este momento es mío y que este camino de solista es mi momento. Es el momento de la mujer, de empoderarse, siento que me lo debo y estoy feliz por todo el camino que estoy pasando.
¿El advenimiento de esta cuarta ola feminista tuvo que ver con tu decisión?
- Sí, creo que sí. Si bien siempre estuve empoderada y cerrando bocas cuando salíamos a demostrar con Cirse que lo que hacíamos era rock a pesar de que cantaba una mujer, siento que esta ola feminista vino con mucha fuerza y ayudó muchísimo a que hoy sea solista. Creo que ayudó. Yo ya venía con mucha fuerza y mucho empuje, pero en esto de ser solista creo que sí.
Claro, qué bueno que te empoderaste y tomaste la decisión.
- Sí, es más que nada una cuestión personal, más que social y pertenecer a esta ola y tratar de figurar como cantante solista porque ahora es moda. Es algo personal, me lo debía porque tenía ganas de hacerlo desde hace muchos años. Me parece que el hecho de que se de en este momento tiene que ver con esta ola feminista.
En una entrevista que diste el año pasado en Vorterix dijiste que tu máximo deseo era poder sacar un disco y presentarlo en vivo en 2022. ¿Cómo se dio todo para que ese sueño se concrete?
- Bueno, laburando, disciplina, dedicación. Hay una frase muy linda que dice que los sueños y la dedicación son una hermosa combinación. Laburé mucho, la cuarentena abrió, pude encontrarme con músicos, contraté artistas divinos que tocan espectacular y tienen una energía hermosa, trabajo con dos bailarinas que también son una masa, tengo un equipo técnico espectacular que me ayuda a armar el show., una compañía discográfica digital que se ocupa de toda mi música y el canal de YouTube, hice videoclips de siete de las nueve canciones del disco. Me parece que eso es el resultado de laburar muchísimo, contratar productoras, investigar, estoy metida y liderando un equipo de laburo muy profesional que hace posible llevar este disco al vivo. Por fin, vamos a tocar el 9 de abril en La Trastienda a las 19. Mi show presentación, no solo de disco sino también de artista: es mi primer show como solista. Estoy muy nerviosa, estresada pero súper feliz de poder cumplir mis sueños. No sé qué va a pasar después, no tengo idea qué viene, supongo que me tomaré unos días de vacaciones y volveré a organizar para hacer algo. Estoy con todas las energías puestas en esto, todo de mí está en este show y va a salir espectacular porque lo deseo mucho y estoy trabajando muy fuerte para eso.
¿Cómo te preparás para tener un público enfrente después de tres años?
- Así estoy, toda contracturada (risas). Ansiosa, comiendo a cualquier hora, viste cuando se te desordena la vida por ansiedad. Estoy muy ansiosa de reencontrarme con el público. Esa es otra de las cosas que extaño muchísimo. Incluso se organizaron, hicieron un club de fans, se hicieron una remera, necesito verlos. Son un grupo de gente hermosa que siempre está ahí apoyándome y que espero que crezca día a día. Están súper organizados, tienen su Instagram, su grupo de WhatsApp, me enteré que hicieron una bandera. No sé, estoy como que necesito verles las caras y ver qué les pasa con estas canciones. Tengo una devoción y desesperación por verlos cantar.
Claro, eso por ahí tiene que ver con que hasta el momento venías siendo parte de un grupo, si bien obviamente tenías injerencia en la composición de las canciones, y ahora es como que todas las canciones son tuyas, es tu nombre, sos vos. ¿No?
- Sí, eso trae consecuencias lindas y otras no tan lindas (risas). Es una gran responsabilidad, por eso mis contracturas. Todo pasa bajo mi decisión, las cosas buenas y las malas. Si algo sale mal en el show, va a ser mi culpa. Yo tengo que rendir porque la gente viene a verme exclusivamente a mí, entonces eso es una presión con la que voy a tener que aprender a lidiar. Y lo lindo es eso, que siento una conexión mucho más directa con el público porque las letras y la música son mías, el mensaje es más claro, ya no tengo que escribir una canción donde los cuatro nos tengamos que ver representados, sino que es exclusivamente mío. Al tener varones en la banda anterior, me pasaba que no podía tener la libertad de escribir una canción súper femenina. Por ahí yo sentía una sensación que tiene que ver con la sensualidad, que de hecho escribí una canción que se llama La Trampa sobre eso en este disco, y no podía hacerlo en Cirse, porque éramos varios dando un mensaje y nos tenía que representar a todos. Esta vez es un mensaje que me representa a mí y es súper claro, es un disco muy honesto justamente porque fui respetando la línea cronológica de lo que fui sintiendo desde que empecé como solista hasta hace unos meses que terminé el disco. Así que creo que esto de ser solista tiene sus cosas buenas y malas, pero son más las buenas.