Feli Colina se reencontró con el folclore, con sus raíces y se dispuso a reinterpretar Salta, su tierra natal, en su tercer álbum, “El Valle Encantado”, al cual define como "un caminito hacia la inspiración" que es marcado por las 12 canciones que conforman el disco. Feli pasó de cantar en el subte a ganar un concurso para grabar un disco en los estudios de Abbey Road en Londres y, este año, a cerrar su gira nacional en Niceto Club y ser la única artista argentina en tocar en la bienvenida del Primavera Sound en Buenos Aires, junto a Björk y Julieta Venegas.
El concepto de su último álbum se craneó durante 3 años. Su proyecto comenzó al crear la canción Chakatrunka, sin saber que luego iba a ser parte de un universo. En estas 12 piezas musicales, la artista salteña de 27 años emprende una búsqueda de la musa, de la inspiración. Se anima a dejar atrás los aspectos negativos de Salta, como el machismo y la importancia que se le da a la Iglesia Católica, pero sin bronca. "El Valle encantado" es el resultado de este redescubrimiento de lo que Feli antes repudiaba. Hoy supo sacarle provecho a lo que vivió y pudo ver "su parte bonita".
"Nací en Salta, que es imposible escapar del folclore. Es la musica que escuché toda mi vida. Cada vez que hay una guitarreada, se toca zamba, chacarera. Como buena adolescente rebelde no me gustó el folclore en toda mi vida porque lo relacionaba a la parte negativa de Salta. Lo tenía asociado al hombre rural, que cualquier persona de Argentina te puede decir lo que es ir a estas fiestas y encontrarte con estos chabones asquerosos. Cuando me vine a vivir a Buenos Aires hace 8 años, empecé a redescubrirlo", expresó Feli Colina a El Destape.
-¿Por qué te escapas de la idea de hacer folclore?
-Más que escaparme es respetar que el folclore es todo un lenguaje súper completo en el que yo no me adentré jamás. Lo que sé es por tocarlo de oído, por haber nacido en este país, en Salta. No me siento capaz de hacer un disco del género que sea. Ni rock, ni pop, ni tango. No soy especialista en ningún género. A mí me interesaba más expresar ciertas cosas con ciertas sonoridades.
-¿Qué influencias incorporaste a la hora de hacer "El Valle Encantado"?
-Me volví loca con Gustavo "Cuchi" Leguizamón, con el Dúo Salteño, Chabuca Granda de Perú, con Atahualpa, Violeta Parra, Chavela Vargas e incluso con los Chalchaleros. También con la poesía norteña, incluso con la misa criolla.
-Tu disco es una forma de reinterpretar Salta. Vos pensas en Salta y, ¿Qué sentís?
-Hay tres puntos claves. Es mi lugar natal, mi madre, el génesis de uno. Creo que la musa tiene que ver con la energía madre, la creatividad. Todo lo que vemos que construyó el humano fue una idea antes de ser lo que es. Después, el folclore. Reinterpreto el folclore como salteña, argentina y latinoamericana. Y por último, reinterpreto el catolicismo. La iglesia católica como institución me parece muy mal usada, creo que la agarró gente que peleó por sus intereses personales. Pero encuentro belleza en todas las religiones. He visto estatuas bellísimas, altares, la poesía de las oraciones, las canciones de Misa.
-En varias entrevistas dijiste que “no sos música, ni cantante, ni buena lectora”. ¿Cómo trabajás tu autoestima para hacer un disco o un show?
-Tengo muy buen autoestima. A mí me encanta lo que hago. La verdad es que no leo mucho y es una realidad. Me encuentro con textitos que los leo y me llegan pero debo haber terminado 2 libros en mi vida. Hace 2 años empecé clases de canto y voy aprendiendo. Sé tocar la guitarra porque cuando era chiquita buscaba "cómo tocar los Jonas Brothers" en La Cuerda.Tengo un interés muy grande por expresarme y voy descubriendo diferentes maneras de hacerlo.
-¿Qué te falta para que digas “sí, soy música”?
-Lo sería si, por ejemplo, me encuentro con un grupo de músicos, me pongo una guitarra y puedo acompañar lo que están haciendo. Sinceramente, no lo sé hacer. Incluso si me pongo a hacer cosas con la voz probablemente me vaya de escala en algún momento. Si me ponen una partitura no la sé leer. Si me ponen un instrumento que no sea la guitarra, no lo sé tocar. Sí me considero artista igual. Pienso en conceptos, ideas, sé comunicarlas, traducirlas a criterios estéticos y eso me lo valoro.
-¿Cómo te enfrentás a la hoja en blanco a la hora de componer?
-Son realmente instantes de inspiración. Hace 12 años empecé a componer y no he hecho más de 40 canciones. Son 3 canciones por año, menos. Me pasa muy poco. Siempre me llamaron la atención las letras e incorporo data de entrevistas a otros artistas, de lo que dice la gente, tengo interés en eso. Soy cero perfeccionista también, no me cuesta dar por terminado un tema. Me cuesta llegar a tener la idea. Para el Valle Encantado estuve 3 años para ir a grabar y encontrar el concepto del disco. Después lo grabé en una semana y chau.
-Te genera confusión el ver a la música como un cable a tierra y también como una fuente de ingresos, ¿Cómo lo transitás?
-Si hablamos con la Feli de hace 10 años, jamás se hubiera imaginado que iba a poder trabajar de la música. Tengo la consciencia de que estoy pudiendo trabajar de algo que me resulta un sueño. Que mi trabajo sea venir acá a charlar con vos es una belleza. Quiero conseguir muchísimas cosas más, hacer más shows y llegar a más lugares. Esa riqueza humana que me da la música es realmente invaluable, incluso más que el éxito tangible.
-¿Y cómo te llevás con las demandas de la industria?
-Si quisiera adaptarme, tampoco podría. No lo intenté pero si quiero hacer un tema para re pegarla no me saldría bien. No hago música para eso. Me parecería medio ingrato usarla cuando me da tanto sin que yo le pida nada.
-Me hacés acordar a Wos…tienen similitudes en su forma de ver el arte
-Nos hemos cruzado algunas veces e intercambiado mensajes pero no tuvimos la oportunidad de conocernos. Siento que es un chabón que me caería muy bien. Escucho cosas de las que habla y hay una perspectiva en común de algunos temas.
-Cuidás mucho tu mensaje, ¿hay algo que temas transmitir?
-Me ocupa tratar de ser sincera con lo que voy pensando y sintiendo. A la vez, eso es mutante. En unos años puedo cambiar de opinión y me voy a cansar de contradecirme. A veces tengo miedo de que al expresar lo que pienso consideren que estoy diciendo una verdad. Estoy compartiendo mi proceso y ahí se colaran ideologías, formas y perspectivas. No me interesa ser abanderada de ningún mensaje. Tengo 27 años y me queda mucho por vivir y contradecirme viviendo.
Feli Colina cerrará su gira nacional este sábado 9 de julio a las 20 hs en Niceto Club. Entradas via Passline.com