En el vibrante panorama del R&B moderno, elmalamía se destaca como una de las promesas más emocionantes de Chile. Con su segundo disco de estudio, lo que me queda, el artista nos invita a explorar una propuesta sonora más cruda y agresiva, que juega con elementos de euforia y caos. Este álbum marca un cambio significativo respecto a su debut, DRAMA y lo encuentra instalado en Buenos Aires.
En diálogo con El Destape, Lucas Solovera Araya reflexionó sobre el viaje emocional detrás de su nuevo trabajo que refleja una apertura a la retroalimentación que enriquece su sonido, con una producción cuidada y un enfoque más libre. Además, confirmó que presentará el álbum en Capital Federal a fin de año.
¿Cómo fue el proceso de creación de lo que me queda?
- Trabajé solo, como suelo hacer, porque me gusta tener un espacio para estar solo y hacer mi música, tomar las decisiones que quiero. Me agobia un poco trabajar con mucha gente, y estando solo tenía ese espacio. Podía empezar a producir a la 1 de la madrugada y terminar a las 10 de la mañana. A mí me funciona, aunque probablemente tomaré otras decisiones y trabajaré con más gente en el futuro. El disco habla de mi sensación de estar en Chile, viajar, venir para acá. Hay canciones que hablan de situaciones que me habían pasado y me pasaron después. Me puse como regla hablar de lo que me pasa en realidad. El nombre del disco, lo que me queda, es literal. Venía haciendo otro disco más largo, pero empecé a recortar y me quedó este más a la mano, que es más bueno, literal, "lo que me queda".
¿Lo grabaste en Argentina o en Chile?
- Lo grabé en Argentina, en el estudio de Luis Lamadrid, que es uno de los productores que, cuando llegué acá, me prestó su estudio. Es quien estuvo trabajando en Por cesárea de Dillom. Hasta el día de hoy, tengo esa libertad de usar su estudio cuando quiera.
¿Por qué tardaste tanto en sacar estas nuevas canciones?
- Siento que, a nivel más inconsciente, ando buscando gente que quiera participar del proyecto. Quizás esperé a que apareciera gente que me empujara, que me diera alternativas para trabajar. A veces, me cuestiono si debería hacer otras cosas para solventar el proyecto, tener otros trabajos como la mayoría de los artistas independientes. A pesar de que idealmente quiero sacar música al año siguiente, siento que el momento actual es perfecto porque la gente que quiere trabajar conmigo lo hace porque genuinamente quiere, no porque esté buscando un interés económico.
¿Cuáles son los desafíos de ser un artista autogestivo?
- Los desafíos son la ansiedad. Estás apostando todo el tiempo y hay mucha oferta. Un artista independiente puede tener un equipo, pero cuando estás solo, empiezan las inseguridades. Quieres sonar en la radio porque necesitas ingresos, y eso puede crear un conflicto mental. Es real que hay una demanda y que hay muchos artistas, así que tienes que ser más interesante que el resto. A veces, me siento como en una nube enorme de incertidumbre.
¿Cómo ves la escena independiente en Chile y Argentina?
- Creo que hoy permite más rarezas en la música. Creo que hay más espacio para la diversidad. La escena independiente en Chile y Argentina se está complementando, con mucha colaboración entre artistas de ambos países.
Estás viviendo en Argentina hace un tiempo. ¿Cómo fue ese proceso?
- Fue particular porque había lanzado el primer disco y justo una amiga se había venido. Me contactó gente por Instagram y colaboré a distancia. Cuando llegué, decidí apostar, ya que no conocía a muchos artistas chilenos que le hayan ido bien aquí, o mejor dicho, que hayan conseguido su éxito en Argentina... Tengo la fantasía y la ambición de ser el primer artista chileno que surja de la Argentina.
¿Tenés planes de presentar el disco pronto?
- Sí, hay planes, aunque no puedo decir nada todavía, será a fines de este año.