Brian May reveló este lunes que sufrió un ataque al corazón tras estar una semana en estado de "agonía". El infarto casi lo mata y el rápido accionar del personal médico le salvó la vida. El mítico guitarrista de Queen que a los 72 se mantiene activo, fue operado de urgencia y se le implantaron tres stents. "Tenía tres arterias que estaban congestionadas y en peligro de bloquear el suministro de sangre a mi corazón", relató en su cuenta de Instagram oficial.
La primera visita al médico se dio tras sufrir un desgarro en los músculos de los glúteos mientras trabajaba en el jardín de su casa. Sin embargo, una semana después, el rockero seguía con un fuerte malestar, lo que lo llevó a hacerse una resonancia magnética de su columna vertebral, que reveló un nervio ciático comprimido. "Estaba severamente comprimido y es por eso que tuve la sensación de que alguien me estaba poniendo un destornillador en la espalda”, afirmó May.
"En medio de toda la saga de dolor sufría un pequeño ataque al corazón. Los médicos lo consideraron un caso de gravedad, estuve cerca de la muerte. Tenía tres arterias que estaban congestionadas y en peligro de bloquear el suministro de sangre a mi corazón”, añadió, agregando que tuvo que ser sometido a una intervención a corazón abierto.
Y continuó: “me sorprendió de todos modos. Pensé que era un tipo muy saludable (...) Nada decía que estaba a punto de estar en problemas reales, reales, porque podría haber muerto por eso, por los bloqueos que estaban allí" Afortunadamente, la operación fue exitosa y el artista bromeó al respecto: “Cuando me fui, era como si nada hubiera pasado. Bueno, creo que 50 años de aquí para allá con una correa colgada del hombro izquierdo llevando un guitarra pesada colgada podría haber tenido algo que ver. ¡Pero probablemente todo valió la pena!”.