El folklore argentino atraviesa un momento de luto por el difícil momento que vive uno de sus más grandes emblemas. Se trata de Soledad Pastorutti, quien vive un duro presente por la parte de una de las personas más allegadas de su foro íntimo, a quien le dedicó una canción hace años.
Se trata de Valeria, la abuela materna de Soledad, quien ha tenido varias participaciones en programas de televisión como el de Susana Giménez, por ser alguien muy importante en la vida de la artista argentina. De ese modo, por el significado que la mujer tenía para los amantes del folklore, el género vive un momento de luto después de que la cantante contara en sus redes lo que ocurrió.
"En cada palabra derramo una lágrima. Vale de mi vida, no puedo creer que ya no te tengo, que rápido pasa todo, que injusta se me hace esta despedida… como no agradecer tu hogar de puertas y ventanas abiertas , tu comida multiplicada, tu generosidad siempre y para todos. Nadie podrá reemplazarte nunca, de ahora en mas serás mi abuela eterna, la que me marcó a fuego con amor infinito", escribió La Sole en un posteo de Instagram. Y siguió: "Ya no hay camino de tierra en bici hacia tu casa, ya no hay sombra de sauce para el mate dulce junto al abuelo".
Varias personalidades de la música se pronunciaron en la sección de comentarios del posteo de Soledad para expresar sus condolencias. "Amiga, un abrazo", escribió Juliana Gattas. Por su parte, Natalia Oreiro soltó: "Abrazo grande para la familia". Al mismo tiempo, su hija Antonia, de 14 años, le escribió: "Para siempre en nuestros corazones, te amo mama".
La canción de Soledad dedicada a la historia de amor de su abuela Valeria
Ella flaquita y pobre, él algo tenía
Un poquito de campo y sus ojos de almíbar
Sin importar ninguna opinión de familia
Juraron un amor para toda la vida
La toalla, el crucifijo y una lapicera
Regalos de una boda en pañuelo de seda
Dijeron sí, una tarde cerca de la escuela
La gente murmuraba: "qué novia tan bella"
Se casó la Valeria
Por ser la novia más bella
Por amor, porque quiso
Por ser simplemente ella
Se casó con el hombre
Que le regaló una estrella
Cuando dice su nombre
Sus ojos de amor destellan
La foto con la moto del tío de afuera
El cura de Casilda y la suegra con nuera
Con cara de velorio miraba la escena
Se consolaba con la nueva cenicienta
Luego pasaron años de amor sin barrera
Él tuvo que marcharse, aunque no lo quisiera
Se lo llevó su Dios, al que siempre le reza
Amores como esos ya casi no quedan
Ella solo quiere, que le baile al sol
De su corazón, de su corazón
Ella solo quiere, que le baile al sol
Que le baile al sol, rico y sabrosón
Y se casó en Los Molinos
Vestido de gentil hombre
Y se marchó de Casilda
Donde enterraron su nombre