En una nueva emisión de 3D (El Destape Radio), programa conducido por Alejandro Lingenti y Moira Memma, se procedió a analizar DONDA, el nuevo disco de Kanye West, que desde su origen estuvo rodeado de polémicas.
Primero, el propio artista acusó en redes sociales a su discográfica, Universal Music, de lanzarlo sin su permiso. Durante la campaña de DONDA circularon al menos seis o siete versiones del álbum, correspondientes a las filtraciones de las actualizaciones del contenido para diferentes listening parties. Eso, unido a rumores, confusiones infundadas y otras provocadas, generaron mucha expectativa alrededor del nuevo disco de esta figura consagrada y millonaria del hip hop.
Nacido en Atlanta en 1977) está actualmente tramitando el cambio de su nombre oficial por el de “Ye” y ya había sido protagonista en el pasado de altercados con las grandes multinacionales. En septiembre de 2020, cuando aún era candidato independiente en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, publicó un video en su perfil de Twitter en el que orinaba sobre un premio Grammy después de mostrar sus contratos discográficos.
DONDA es el décimo álbum de estudio de West, fue titulado así en honor a su madre y estuvo rodeado de más circunstancias que han aumentado su eco mediático, como por ejemplo su lanzamiento muy cerquita del divorcio de la mediática Kim Kardashian. En las últimas presentaciones en vivo del disco, West se ha hecho acompañar de artistas como Marilyn Manson, acusado este año por abuso sexual tras ser objeto de varias denuncias, incluida la de la actriz Evan Rachel Wood. Y también se subió al escenario junto al rapero DaBaby, otro centro de polémicas por unas recientes declaraciones homófobas que le valieron la reprobación de, entre otres, Dua Lipa, que previamente lo había invitado a regrabar su éxito Levitating.
En DONDA hay muchos invitados importantes, al margen de los más polémicos: Jay-Z, The Weeknd, Travis Scott, Young Thug, Pusha T y Kid Cudi, entre otros. El disco, que dura más de una hora y media, consiguió 95 millones de reproducciones en su primer día de contacto con el público en Spotify y de ese modo superó el registro marcado hace aproximadamente un año por su compatriota Taylor Swift, quien dejó fijado este récord en algo más de 80 millones de escuchas con el estreno de su álbum Folklore en 2020. El total de reproducciones en todas las plataformas el día de su lanzamiento fue de 180 millones, una cifra espectacular.
Además de haberse postulado para ser elegido presidente en las últimas elecciones de Estados Unidos (con resultados muy magros, hay que decirlo), Kanye West también creó una especie de culto religioso cuyo lema es “cualquiera puede ser un genio”. El culto de West comenzó como pueden comenzar todos los cultos: con reuniones dominicales de una pequeña comunidad. Sin previo aviso, en las redes sociales del clan Kardashian comenzaron a filtrarse imágenes de West rodeado de un pequeño coro de góspel que semana tras semana iba creciendo en número. Primero se reunían dentro de una cúpula con luces monocromáticas y más tarde al aire libre, en las afueras de alguno de los ranchos de West. En esas reuniones se interpretan versiones de clásicos de Stevie Wonder o The Gap Band.
Se supone que el interés inicial de West era simplemente la “curación” de su salud mental tras una turbulenta época que los medios siguieron paso a paso, con algunas hospitalizaciones y confusos diagnósticos (primero bipolaridad, después falta de sueño, luego otra vez trastorno bipolar). En la mitología de Kanye West, las referencias a Jesús y Dios van in crescendo. Hay tres grandes pistas en ese sentido: primero fue la canción Jesus Walks en su primer álbum, The College Dropout; luego la controvertida tapa de la revista ‘Rolling Stone’ (2006) donde posaba con una corona de espinas; y, por último, la resonancia que adquirió el concepto de Yeezus en 2013 (un disco en el que aparece el tema I Am A God). West incluso sustituyó a Dios en The Book Of Yeezus, un libro lanzado en 2015 (editado de forma independiente) donde se reescribía el Libro del Génesis (Antiguo Testamento) reemplazando cada mención a Dios por Kanye o Yeezus.
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También demostró ser un gran empresario: en una realidad donde las grandes marcas son capaces de condicionar a los artistas, West es capaz de orquestar un multi-anuncio global uniendo su propia “empresa” a Balenciaga, Gap (empresa dentro de la que ha fundado su propia factoría, Yeezy Gap), Beats 1, Apple, Mercedes-Benz, adidas y, en menor medida, Nike. Un auténtico todoterreno.