El cantante Guillermo Fernández es uno de los símbolos del tango debido a su enorme talento y por su extensa trayectoria que comenzó muy temprano, en su infancia. En varias ocasiones destacó la influencia del bandoneonista Aníbal Troilo en su carrera artística, pero también reveló una anécdota muy especial que vivió con un referente ineludible para su rol dentro del 2x4: el cantor Julio Sosa.
"Cuando tenía seis años, me fui a probar a Canal 13. Fui con mi viejo y canté un tango. Me escuchó Pipo Mancera", contó Guillermo Fernández en diálogo con el programa radial Campana, en AM 750. Sin embargo, el famoso conductor televisivo no tuvo la mejor impresión del muchacho que entonaba sus primeras canciones en público: "A la mitad del tango, Pipo dijo: ‘basta, basta, basta. Ustedes están todos locos. ¿Cómo le van a hacer cantar el despecho de una mujer a un nene de seis años?’ Se levantó y se fue".
“Yo miro a mi viejo, que tenía cara de enojado, y me puse a llorar”, reveló el artista nacido en 1958 y detalló la presencia del “Varón del tango”. “Viene un tipo que me estaba escuchando, me levanta en andas, me seca las lágrimas y me dice: ‘Pibe, no llores, vos sos un gran cantor de tangos’. Lo miré y no lo podía creer. Era Julio Sosa", expresó con emoción Fernández, que debutó en el programa Grandes Valores del Tango cuando tenía 13 años.
Pero el momento emotivo no terminó en esa frase, Julio Sosa fue contundente y le aclaró que su futuro era el 2x4: "Y me dijo: ‘Que esto no sea un impedimento para vos, seguí cantando tango. No le des bola a éste (por Pipo Mancera) que manya menos de tangos que yo de cohetes espaciales’". “Fue una explosión. Fue impresionante. Para mí era una cosa natural. Yo me crié cantando”, repasó en otra entrevista sobre sus comienzos. “A los ocho años cantaba en El rincón de los artistas. Para mí era natural. A los once años tomaba clase con Troilo. Mi viejo era un tanguero normal. Pero yo tenía consciencia de quiénes eran. Yo era muy musical, muy músico, y pensaba que cuando me decían algo por algo sería”, señaló.
La influencia de los grandes del tango
Por otra parte, Guillermo Fernández hizo un repaso de sus formadores y sorprendió con los nombres: "Tuve la suerte de crecer con grandes maestros. Me crié con (Aníbal) Troilo, que me enseñaba repertorio. Todos mis discos fueron hechos con Carlitos García. Me sentaba al lado de él para mirar cómo escribía. Después, mi profesor de Armonía e Instrumentación fue Sebastián Piana. Después estudié repertorio con Lucio Demare. Y a mí me quedó todo eso".
Fernández contó que uno de los primeros recuerdos que tiene con la música es un viejo disco que le regalaron para su quinto cumpleaños. Era de Carlos Gardel, y él no hizo otra cosa que imitarlo. Luego, con los años, cambiaría de espejo por el del "Polaco" Goyeneche con quien llegó a compartir escenario y pantalla en el histórico show tanguero de la televisión.
En su última producción, "El cantor de tangos", Fernández está acompañado de una orquesta típica, tal como la venía pensando hace muchos años. "En 2010 hice un disco que se llamó Guillermo Fernández y su orquesta típica’ Allí yo no era un cantor, era un engranaje más de la orquesta. Había hecho los arreglos para ser un engranaje más de la orquesta. Estaba pensado para bailarines. Ahora, tuve la necesidad de hacer una orquesta que acompañe a un cantor", explicó sobre el trabajo que fue nominado a los Premios Grammy Latinos 2024 por Mejor Álbum de Tango.