Una muestra de 70 Pinochos interpela sobre el derecho al disfrute aventurero en la infancia

22 de septiembre, 2023 | 12.58

(Por Diana López Gijsberts) Una muestra que reúne 70 versiones del tradicional relato "Pinocho" y otros tantos muñecos del personaje expuestos en la biblioteca popular La Chicharra de La Plata, interpela sobre la primera infancia, ese momento en el que predomina el derecho al disfrute aventurero y explorador y también a la pícara autenticidad de no seguir las reglas ni los cánones que imponen el "deber ser".

¿Quién de niño o niña no ha deseado faltar al colegio para disfrutar con amigos de la plaza, o simplemente de las calles sin tener que oír sermones de maestros o padres? o ¿quién no ha sentido la aventura vibrar en las venas al imaginarse un cambio radical de rutina, o no se ha emocionado ante la posibilidad de conocer nuevos lugares y gentes...lejos de las miradas adultas que recuerdan "lo que hay que hacer" o "cómo hay que ser"?. Esto y más ha hecho que generaciones de niños empatizaran con Pinocho, el muñeco de madera que deseaba ser niño y que en ese viaje iniciático vivía aventuras divertidas, y muchas de ellas peligrosas, que lo iban tallando, sin la suavidad de su padre, el carpintero Gepetto, hasta su "domesticación", en el sentido de "El Principito", de crear lazos con un otro.

"Si leés toda la novela, Pinocho siempre fue un niño", dice a Télam Gabriel Martino, integrante de la biblioteca popular La Chicharra, ubicada en las calles 18 y 71 de La Plata, que nuevamente abre su espacio a la exploración de relatos infantiles, al acceso a múltiples versiones que entran en diálogo con las miradas de hoy y tal como lo hiciera en septiembre de 2021, con 70 versiones de Alicia en el País de las Maravillas y en septiembre de 2022, con 70 Caperucitas Rojas.

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En esa misma línea de propuesta y hasta el 6 de octubre próximo, la biblioteca invita a conocer 70 versiones de Pinocho, la obra del italiano Carlo Collodi.

Gabriela Pesclevi, también integrante de la Biblioteca, vincula al personaje con los primeros años de la infancia: "Pinocho es una alegoría de la primerísima infancia, en la que el caos coexiste con la aventura, la exploración del mundo y los descubrimientos. De ahí también la noción de iniciación y el reconocimiento de los otros".

La mujer toma en sus manos un libro titulado "Pinocho antes de Pinocho", de Alessandro Sanna, donde una serie de dibujos dan cuenta de cómo surgió la madera que dio origen a Pinocho desde un caos cósmico que emite un rayo que impacta en un árbol, del que se desprende una rama delgada que pareciera tener brazos y piernas y que corre, explora, hasta encontrarse con otros similares: lo mismo que le pasa a Pinocho en los 36 capítulos de la novela que publicó Collodi por entregas en un periódico infantil.

La unión fundante entre el relato y el periodismo también está representada en la muestra que por unos días convierte a La Chicharra en un taller de carpintería que da vida a 70 Pinochos que asoman desde las tapas de sendas ediciones de todo el mundo bellamente ilustradas, y también cobra vida en otras marionetas, grandes, pequeñas, articuladas, de lana, cerámica o dibujados en hojas de periódico, intercalados entre los libros, y todos reconocibles por sus grandes narices de colores.

Se trata de una muestra colectiva que reúne 70 ediciones de Pinocho, nacionales e internacionales, en Braille, que en algunos casos eran parte de las colecciones de la Biblioteca y en otros son préstamos aportados por otras bibliotecas de la ciudad de La Plata y la Biblioteca Central de la provincia de Buenos Aires.

Martino explica que la novela se publica en la época de la Reunificación de Italia "cuando la hambruna era extrema y eso es un poco lo que expresa Pinocho. que siempre tiene hambre ".

Considera que "la moralina de la escuela tiene que ver con una idea que también trajeron los italianos acá, que era la del progreso a través del estudio, una idea que no estaba tan errada; es una idea moral práctica y Pinocho está lleno de ese tipo de referencias".

Collodi cuenta la historia de Pinocho a partir del momento en que el carpintero Gepetto crea una marioneta con un trozo de madera especial mientras desea que sea como un hijo. Pinocho comienza con sus travesuras, falta al colegio y prefiere irse con amigos a vivir peligrosas aventuras junto a una compañía de teatro y al País de los Juguetes. Lejos de Gepetto y desoyendo los prudentes consejos de Pepe Grillo, Pinocho es perseguido por ladrones que casi lo linchan, va a la cárcel, lo obligan a hacer de perro guardián de un gallinero, le crece la nariz, le aparecen orejas de burro y lo arrojan al mar, donde es comido por un tiburón, y ya en el estómago del cetáceo encuentra al viejo carpintero y juntos logran escapar de allí..

Para Pesclevi, "Pinocho nos lleva a re preguntarnos por el concepto de orfandad, el deseo de alguien de ser padre, o devenir en hijo; el vacío de la figura materna, la cuestión de la vejez, envejecer con la cercanía de los jóvenes, la filiación entre pares (marionetas) y el compañerismo ante situaciones extremas". Y remarca que "si bien aparece la orfandad como tema crucial esa orfandad no lo inhabilita para encontrarse y echarse andar por el mundo".

"También nos permite reflexionar sobre la cuestión de la materia inanimada que cobra vida y en ese cobrar vida, la expectativa de la esperanza", precisa.

Martina Dominela, integrante de La Chicharra, destaca que "este niño muñeco es guiado por la aventura y la curiosidad que lo hacen ir recorriendo distintos escenarios, se aleja, se pone en peligro pero siempre hay algo que lo hace volver y estar a salvo, puede ser el Hada Azul, el recuerdo de su papá, pero en realidad nunca deja de ser niño. Se guía por la emoción y la confianza plena".

"Esa ingenuidad, esa confianza y su diálogo con los animales, el estar abierto a esas conversaciones que por ahí en el mundo de los adultos no se dan, hacen de Pinocho un niño", afirma.

Tras numerosas aventuras, Pinocho se convierte en un niño de carne y hueso y es "domesticado" en el sentido que le daba a esa palabra Antoine de Saint Exupery en "El Principito", de crear lazos con otros.

"En Pinocho está el tema de la conducta, de las normas y está el tema de ceder. En un mundo donde estamos atravesados de relaciones, aparece el ´cedo ante el otro´. Y si el otro, en este caso Gepetto, tuvo el deseo de que yo existiera, me dejo moldear, cedo. Hay un acuerdo, cedo por sentimiento, que es un poco lo que hacemos en la diaria con nuestros vínculos", destaca.

Si hay un elemento icónico de Pinocho es su larga nariz que dicen le crecía cuando mentía pero...¿Era tan así?.

"En la novela la nariz le crece no sólo cuando miente, sino que apenas el muñeco toma forma humana la nariz le crece: le crece cuando ríe, cuando tiene hambre y cuando miente. Le aumenta la nariz como un impulso vital ante el mundo de los otros, de las reglas. La nariz le da poder, el poder de lo extraordinario, esas transformaciones de gigantismo o miniaturismo que aparece mucho en la literatura popular", desarrolla Pesclevi.

Para Dominela "en la película de Disney sobre Pinocho la nariz que crecía cuando mentía es un recurso visual que es protagónico y que termina definiendo la imagen que todos y todas tenemos de Pinocho, pero esa nariz que crece no es protagonista en la novela. Aparece en tres momentos. Es mucho más rico la totalidad de muñeco de madera que quiere ser niño, pero que ya lo es".

"Si uno se adentra en la lectura de la novela, no aparece tan presente la idea de mentir, porque Pinocho no está mintiendo, sino que está experimentando. No es que en cada capítulo uno se encuentra ante un juego de mentira-verdad y una nariz que crece", aclara.

Martino considera que "la Italia, del siglo XIX, nos heredó dos libros infantiles: Corazón, de Edmundo De Amicis y Pinocho de Collodi. En Corazón todo es golpe bajo, todo bajo el cinturón, es pura lágrima. Si nos quejamos de la moralización de Pinocho, lees Corazón y te querés morir. Y ese fue mi libro de infancia, yo hubiera preferido que fuera Pinocho porque dispara otras cosas".

"Desobedece, es una desobediencia culposa porque él sabe que se está portando mal y no puede evitarlo porque es un chico. No tiene ningún empacho en vender el abecedario que a Gepetto le había costado su camiseta de invierno, para ir al Teatro de los Muñecos, pero son cosas que haría un niño. Es la anarquía infantil y está muy bueno eso", celebra.

Pesclevi coincide: "Pinocho es pícaro, redimo eso en esta novela, él reivindica ese derecho a la picardía".

"Pinocho es la posibilidad de imaginar y revelarse ante lo instituido: hay una noción de libre albedrío, a pesar que se tope luego con lecciones y con la aparición de lo otro que está allí afuera. Ese lanzarse a la aventura es un modo de transformar la vida", concluye.

La muestra podrá recorrerse hasta el 6 de octubre próximo; los lunes, martes y jueves de 9 a 13 hs; los miércoles de 14 a 18 hs y los viernes de 16 a 19 hs.

Con información de Télam