El Museo del Prado de Madrid inaugura una exposición que revela la cara oculta de cuadros como "Las Meninas" de Velázquez o "Guernica" de Picasso invitando al visitante a examinar las obras desde todos los ángulos y a descubrir trampantojos, garabatos ocultos o mensajes de los artistas.
Llamada "Reversos" la exposición puede verse hasta marzo y según consignó la agencia de noticias AFP, cuenta por ejemplo con "Las Meninas" de Velázquez, la obra más célebre del museo español y la que inspiró la exposición, con su autor apareciendo en ella, haciendo frente al espectador, de pie con su caballete, provocando un efecto espejo que alimentó mucho debate en el mundo de la pintura.
El público es recibido por una reproducción fiel del reverso de la obra, un enorme marco de madera de 3,6 m por 3,2 m colocado en el suelo, que intensifica la impresión de tamaño gigantesco del lienzo.
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El curador de la muestra Miguel Ángel Blanco destacó que el objetivo "no es voltear los cuadros a ponerlos contra la pared" sino que la idea es tratar de cambiar el punto de vista del espectador y llevarlo entre bambalinas de la creación artística y del museo, abrirle una "puerta dimensional hacia los secretos del arte".
A los cuadros del Prado se le añadieron 29 préstamos de otros museos y colecciones internacionales para la muestra, entre ellos, un autorretrato de Vincent Van Gogh, expuesto por primera vez en el museo español, con su caballete en primer plano.
La escena es similar a la de "El pintor en su estudio", de Rembrandt, que también se expone. Tiziano, Magritte, Goya y, más recientemente, Sophie Calle, completan la muestra.
Varios de los cuadros revelan bocetos tachados, proyectos inacabados, mientras que el anverso está perfectamente ejecutado pero además se puede encontrar el bastidor original de uno de los cuadros más conocidos del mundo, el Guernica de Picasso, que se encontró hace dos años en los almacenes del MOMA de Nueva York.
"Descubrieron estos travesaños y vieron que había una etiqueta que pone 'Picasso-San Francisco', porque (el cuadro) viajó por 30 ciudades, fue clavado y desclavado 45 veces", explica el comisario sobre esta obra que, desde 1981, se encuentra en Madrid.
En el bastidor hay una pincelada negra, "la pincelada desconocida del 'Guernica', que se le escapó a Picasso", añade Blanco con entusiasmo.
Una obra del siglo XVIII, "Monja arrodillada", del sueco Martin van Meytens, provoca sonrisas: en el anverso aparece una monja rezando con rostro piadoso, pero cuando se le da la vuelta al cuadro se ve a la misma monja de espaldas con el trasero al aire.
Con información de Télam