Tras las huellas de Mondrian, una obra que atraviesa el arte y las distancias

06 de marzo, 2022 | 17.12

(Por Marina Sepúlveda) Los 150 años del natalicio de Piet Mondrian, el artista de los Países Bajos nacido en Amersfoort un 7 de marzo de 1872 y uno de los indispensables del siglo XX, son una oportunidad para resignificar una producción que en su búsqueda de un arte universal tras dejar la figuración se asentó en la línea recta, los colores puros y la abstracción geométrica en un recorrido que llevó al pintor a ser parte del movimiento De Stijl, radicarse más tarde en París y luego Nueva York, donde falleció.

Figura central del arte del siglo XX, Mondrian es uno de los cinco artistas del país europeo más reconocidos mundialmente junto a Rembrandt, Vermeer, Van Gogh, y Escher.

Pieter Cornelis Mondriaan conocido como Piet Mondrian (Amersfoort, 1872 - Nueva York, 1944), fue el hijo de un director de escuela calvinista y dibujante aficionado, y sobrino del artista Frits Mondriaan. De ambos recibió su introducción al arte, siendo su tío quién le dio las primeras lecciones de pintura a los 14 años. Luego, a partir de los 19 recibió una educación artística tradicional en la Academia Estatal de Bellas Artes de Ámsterdam.

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Pionero indiscutible del arte "abstracto", sus cuadros son el resultado de la larga búsqueda de una nueva forma de arte, orientada al equilibrio y perfección formal, una progresiva estilización cuyo punto de partida fue el naturalismo y el impresionismo pasando gradualmente al postimpresionismo, el fauvismo, el simbolismo y el cubismo. Y a partir de 1908, su necesidad de innovar se hizo más evidente: dejó los paisajes naturalistas y encontró inspiración en la teosofía y las vanguardias.

Mondrian pintó naturalezas y bodegones, paisajes y retratos, dio clases, y a sus casi 40 años, en 1911 dejó atrás su casa, a su prometida y su carrera ya establecida para seguir su búsqueda artística en París donde estuvo de 1912 a 1914. Habiendo regresado para visitar a su padre enfermo quedó varado por el estallido de la Primera Guerra Mundial y recién en 1919 puede retornar a París. En ese tiempo conoció al filósofo teosófico M.H.J. Schoenmaekers, cuyo trabajo sobre el significado simbólico de las líneas y la construcción matemática del universo influyeron decisivamente en la visión de Mondrian sobre la pintura.

En 1938 se muda a Londres y por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial se escapa a Nueva York en 1940, donde fue acogido por el artista Harry Holtzman, a quien había conocido en 1934, la coleccionista Peggy Guggenheim y otros miembros de la vanguardia artística estadounidense.

Instalado en París e influenciado por las investigaciones cubistas de Pablo Picasso y George Braque, Mondrian experimentó en sus paisajes con árboles como si hubiera sido una frontera a ser traspasada. Así el árbol se transforma en línea vertical y el molino de viento en cuadrícula geométrica de rectángulos y cuadrados de colores dispuestos en el espacio.

"Estoy convencido de que la humanidad, después de siglos de cultura, puede acelerar su progreso mediante la adquisición de una visión más verdadera de la vida, de la realidad. El arte plástico revela lo que la ciencia ha descubierto: que el tiempo y la visión subjetiva velan la verdadera realidad", reflexionaba el artista.

Otro capítulo fundante en su vida fue el movimiento y la revista "De Stijl" (De Estilo), surgido en los Países Bajos en 1917 por iniciativa de Theo van Doesburg, Bart van der Leck, Vilmos Huszar, y el propio Mondrian, que publicó sus ensayos y reflexiones sobre el arte y el "neoplasticismo", término acuñado por el artista.

El grupo rechazaba la realidad percibida visualmente y defendía la restricción de un lenguaje pictórico a sus elementos más puros: la línea recta, los colores primarios y los neutros del negro, el blanco y el gris; y desde sus postulados se innovó el arte, la arquitectura y el diseño. En 1920 -en París- publicó sus teorías en "Le néo-plasticisme" y comenzó a difundir sus ideas en Europa.

Mondrian ya podía plasmar en su pintura una verdadera visión de la realidad desde la composición a una visión abstracta global de la armonía del universo y la expresión del orden cósmico.

"Estoy convencido de que la humanidad, después de siglos de cultura, puede acelerar su progreso mediante la adquisición de una visión más verdadera de la vida. de una visión más verdadera de la realidad. El arte plástico revela lo que la ciencia ha descubierto: que el tiempo y la visión subjetiva velan la verdadera realidad", decía.

En conmemoración al natalicio, Milán le dedica hasta el 27 de marzo la exposición "Piet Mondrian. De la figuración a la abstracción" en el Mudec - Museo delle Culture. La muestra centrada en el artista y su proceso artístico que va desde la figuración a la abstracción, de la tradición del paisaje de la Escuela de La Haya al desarrollo de su estilo único, afín a las vanguardias europeas de comienzos del siglo XX, por el que es mundialmente conocido, con el paisaje como hilo conductor.

Una de las influencias más marcadas de la concepción abstracta es la que denominan "efecto Mondrian", que impacta en el diseño, explican los organizadores, y que tiene sugestivamente a Milán, un centro de diseño tan relevante, como sede de esta exhibición. Y en ese flujo entre arte y diseño, Yves Saint Laurent, entre otros, rindió homenaje al artista en su colección otoño / invierno 1965 con una serie de vestidos rectos, sin costuras visibles, que evocaban la geometría de la obra de Mondrian.

Mientras tanto, en el MoMA de Nueva York, el pintor dialoga con el uruguayo Joaquín Torres García (Montevideo, 1874-1949). Ambos habían participado de la primera exposición de arte constructivista y abstracto en 1930 -en oposición al surrealismo-, "Cercle et carré". "Círculo y cuadrado" fue el nombre compartido con la revista creada en 1929 por el crítico y artista Michel Seuphor y el propio Torres García, promotor de la muestra y artista clave de la vanguardia latinoamericana e internacional.

Lo interesante en la exhibición es el diálogo de estos dos artistas con obras de Yente (Eugenia Crenovich), Alfredo Hlito, la brasileña Lygia Clark, y el uruguayo Rhod Rothfuss, entre otros.

Volviendo en el tiempo, ya en 1995 el MoMA había presentado "Piet Mondrian: 1872-1944", una exposición de unas 160 pinturas y dibujos procedentes de museos y colecciones privadas de Europa, Japón y Norteamérica. De hecho, el museo Kunstmuseum den Haag es el que posee la colección más importante del mundo de obras del artista; en el último tiempo incorporaron obras de la etapa figurativa del pintor.

Y así como el Tate Liverpool en la exposición que le dedicó en 2014 reprodujo el taller de París del artista, el MoMA acompañó la muestra de 1995 con una reproducción del taller neoyorquino diseñado por el artista entre 1943 y 1944. Mondrian reflejó en éste sus ideales neoplásticos en su forma, línea y color, sin curvas ni diagonales; "con colores primarios, negro, gris y blanco; paredes blancas, muebles construidos con cajas de fruta reconfigurados, y blancos. Un entorno arquitectónico abstracto y radiante y un laboratorio para sus preocupaciones pictóricas", detalla el museo.

"He tenido una vida feliz, por mi trabajo. Un poco difícil. Es difícil expresar, pintar, lo que se siente. Es una gran batalla. Sé que sería una tortura si no lo llevara al lienzo. Nunca me siento libre, siempre hay una compulsión que me impulsa a seguir adelante. Cuando un cuadro está terminado, me siento satisfecho por un momento, y luego la presión vuelve a aparecer. Siempre está en marcha", decía Mondrian en una entrevista previa a su muerte.

Su obra circuló ampliamente por América Latina por medio de distintas publicaciones, lo que sirvió a muchos artistas como punto de partida para sus propios proyectos. Así como las vanguardias de principios del siglo XX cambiaron la concepción sobre el arte que se realizaba, su obra influyó en los desarrollos del arte concreto en América del Sur, en el invencionismo de Buenos Aires y Montevideo de los años 40 y el neoconcretismo de Río de Janeiro a fines de los 50.

Pero además del arte abstracto, Mondrian también fue un apasionado del jazz y le gustaba bailar. Llegado a Estados Unidos quiso conocer los estilos musicales en boga y se interesó especialmente por el boogie-woogie, y los nuevos ritmos de la música americana influyeron fuertemente en su trabajo.

Sus últimas obras maestras -"New York City I" y "Broadway Boogie Woogie"- expresan esta nueva vivacidad a través del movimiento autónomo y alegre de los bloques de color, concuerdan los especialistas.

Mondrian falleció el 1 de febrero de 1944 a los 71 años por neumonía dejando inconclusa su obra "Victoria Boogie Woogie".

Con información de Télam