Miguel Bosé: "Cuando escribo no hay música, jamás, ni en las letras de canciones"

17 de noviembre, 2021 | 20.48

El cantautor Miguel Bosé, ícono de las disidencias sexuales que demostró en 45 años de carrera su talento para desmontar prejuicios, habló hoy sobre "El hijo del capitán trueno", una “crónica” de infancia y adolescencia, la parte “más inédita” de su vida, dijo, que empieza con la tiranía de su padre, el torero Luis Miguel Dominguín y una madre arrolladora, la actriz favorita del neorreralismo italiano, Lucía Bosé, y termina cuando se sube por primera vez a un escenario, en el programa televisivo más popular de España, para convertirse en la figura pública que creemos conocer.

Desde ese 1977, cuando cantó en "Esta noche...fiesta", primerísimos años de efervescencia postdictadura en España, la gravitación Bosé (Panamá, 1956) fue constante en la música, el cine y la TV. Su ambigüedad llevó modernidad a España (se maquillaba), Andy Warhol le hizo la portada de un disco (1983), se travistió para "Tacones lejanos" (1991), clásico de Pedro Almodóvar, pero nada se supo de su vida privada hasta 2018, cuando trascendió que rompía con el escultor valenciano Nacho Palau tras 26 años de relación.

Por eso el impacto de esta autobiografía publicada por Espasa en Argentina, que llega a meses de que Paramount+ empiece a producir en Madrid, a principios de 2022, una biografía seriada en seis capítulos que empieza justamente donde termina este relato: a sus 21 años, cuando se baja del escenario, o segundos antes de bajarse del escenario, de aquel ciclo que fue breve pero marcó un hito con la emisión del 15 de junio de 1977, noche de los primeros comicios libres que retomaba España en más de 40 años, con invitadas especiales como Rocío Jurado, Isabel Pantoja y Julio Iglesias.

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A lo único que había atinado, y eso fue en 2013, con motivo de una portada que protagonizaría en oportunidad del Día del Orgullo Gay de 2014, fue anunciarle a la revista española Shangay que era el padre soltero de cuatro niños gestados en Estados Unidos con vientre alquilado porque en España adoptar a los 50, solo, era "imposible" y no tenían leyes para la opción que él manejaba. Y lo hizo porque la noticia se había filtrado en redes. Tadeo, Diego, ahijados de Ricky Martin y de Juanes, Ivo y Telmo.

Esos niños son los que se debatió en juicio con Palau este año. La disputa fue sobre la filiación de los chicos. Palau quería que la justicia los reconociera como hermanos, para no separarlos más allá de la separación de la pareja. Los hijos biológicos de Bosé quedaron con Bosé en México donde ahora vive, y los otros con Palau en España. Sobre la paternidad, la filiación y sobre ser hijo habla "El hijo del capitán trueno", título homónimo a una famosa canción que, dijo hoy en la conferencia de prensa cedida en Madrid, "capta lo esencial" del vínculo con su padre.

Lo que cuenta en esas más de 650 páginas "es la zona más inédita" de su vida. "No hay hemeroteca, porque en aquella época los importantes eran Luis Miguel Dominguín, Lucía Bosé y el matrimonio, lo hijos y todo lo que había alrededor no interesaba -explica el cantautor-. Poder contar desde el recuerdo de un niño con una memoria sensorial bestial aquella infancia en aquella España de un trasfondo franquista muy diferente a la que después nos tocó vivir, cargada de secretos, me pareció tremendamente efectivo".

"Para recordar hay que estar dispuesto a revivir cosas y tirar del hilo para que aparezcan completas -concede- y sobre todo reconciliarse: perdonar y decir lo siento, ése fue el ejercicio más difícil" de este libro que al terminar lloró. Fueron tres años "in and out" de trabajo, repasa, un proceso de escritura que definió como " pacificador", que "ha encajado muchas piezas, sirvió para comprender. Tengo la extraordinaria facultad de borrar lo que es malo de un plumazo, porque de alguna manera todo lo que es negativo lo aparto, lo entierro y desaparece".

Consultado sobre su hermetismo respecto de su vida privada y la decisión de publicar esa primera parte de su vida ahora, a sus 65 años, Bosé fue tajante: "El momento llegó, y llegó, y cuando eso pasa la escritura fluye y ahí tienes el pulso. Hubo de ocho a 14 horas de trabajo diario durante el último año antes de publicarse. Las únicas cosas que visité fueron fuentes en la red y en otros libros de cosas que se habían escrito sobre la familia., cuando escribo no hay música, ni en las letras de canciones".

Dijo más: "me reconozco 100% en el Miguel del pasado porque ahí estuve, pero es cierto que mirándolo ahora las cosas aparecen con otros tintes, como cuando ves una foto de los 70' y dices 'hoy el revelado no es así'. En la memoria todo es más desproporcionado: los perfumes han sido trastocados, las luces son más frías, el tiempo corre de otra manera. El tiempo se estiraba mucho, ahora hay una inmediatez totalmente antinatural que no se corresponde con la pausa que yo recuerdo de toda aquella infancia. Los veranos eran interminables, íbamos a todos los lados corriendo. De niños hasta los 11/12 años no caminábamos, corríamos. Hoy los niños no van así".

Alguien le preguntó si para escribir una biografía hay que dejar el pudor de lado. "El libro tenía 800 y pico páginas. He dejado un contenido sin rencor ni revanchas ni dolor, donde todo se resuelve. Se puede dejar el pudor de lado, totalmente, pero ahí está todo lo que tiene que estar, una crónica muy detallada y extremadamente honesta, que cuenta, no a Miguel Bosé, cuenta a Miguelito .Son crónicas recordadas por el niño y por el adolescente, por eso están en tercera persona".

"Fueron importantes las mujeres de mi familia, de niño vivía enamorado de mi abuela, pero más importante que ella y mi madre fue la Tata Remedios, esta campesina de Cuenca que me enseñó el saber estar. Eso no me lo enseñaron mis padres", aseveró Bosé.

"Los principios de mi educación son los del campesinado de España, que salía de una guerra civil muy 'pelieta' con una congruencia y solidaridad brutales que se ve en la historia de los tenderos -señala-: cuando estábamos pasándola mal, al medio kilo de fruta diaria le ponían un kilo de más, y si les preguntabas te decían que era por error. No podían ni soportar miseria ajena sabiendo que de alguna manera podían darle un reparo. Toda esa gente forjó los valores que tengo. Aparte de que crecí entre siete mujeres, no había varones en la casa, ellas hicieron de mí lo que hoy soy".

Capitán trueno es un personaje de cómic español nacido en 1956, el mismo año que Bosé, y que se hizo inmenso, hoy es un personaje de culto, y su padre, el matador favorito de España en las décadas del 40 y 50 "era heroico, valeroso, hacía viajes interminables, era esa imagen mítica que en la canción que lleva el mismo nombre del libro relata muy bien la relación que teníamos", afirma.

"En esta biografía la parte más inédita es la de la relación que tuve con mi padre, conviene escuchar la letra de esa canción porque es complementaria al libro", indica: "El hijo del capitán trueno/ nunca fue un hijo digno del padre/ salió poeta y no una fiera/ hijo de su madre (...) Veo el océano y... no sé/

tan increíblemente inmenso/ tan respetable/ que no navergaré/ no navegaré".

Pero "el tiempo todo lo encaja, todo lo explica, todo lo perdona -continúa-. Ponerse a escribir un libro autobiográfico cuando a llegado el momento de la alianza con el tiempo que todo lo resuelve es infinitamente más bello y puedes ahondar en las cosas sin tanto dolor. Había algo en mi vida desde el primer día, que hizo que Miguelito siempre sacara la cabeza del agua: la determinación".

"Imagínate lo que ha incidido en mi autoestima -le responde a un periodista sobre la relación dispar y un poco tortuosa con su padre. Imagínate donde estoy, lo que hecho. Si hubiese tenido la autoestima machacada, creo que no. Obviamente por muchas razones yo no cumplía los requisitos del heredero del torero. Era un niño sensible con intereses muy diferentes a los que requería aquella España ruda y peleona, era otra cosa que luego mi padre, ya teniendo carrera yo, entendió. Dijo: 'es increíble que sea este hijo el único que haya levantado vuelo económicamente, el único que jamás me ha pedido nada'".

Con información de Télam