Después de tres libros sobre la coyuntura política y de analizar semanalmente el panorama nacional en sus columnas de radio y gráfica, Diego Genoud dice que está dispuesto a pasar a una historia atravesada por el registro ficcional, con personajes que le son reconocibles porque escuchó sus historias en estos años de periodismo pero a los que no piensa abordar desde el ensayo o la investigación.
De ese proyecto apenas cuenta que está en carpeta pero sobre el desafío de ejercer el periodismo político y de escribir sobre la coyuntura nacional también habla en esta nota con Télam.
-T: ¿Cómo ves el arranque de la campaña en una época en la que la rosca y su puesta en escena atraviesan mucho al periodismo político?
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-D.G.: Creo que la elección va a ser un test crucial desde el punto de vista político partidario y también para ver a qué distancia está ese mundo de la política, el palacio, de las bases de la sociedad. Si uno mira algunos datos de ausentismo, abstencionismo o voto en blanco, hay ciertas alarmas. No es algo que empezó ahora sino que viene profundizándose. Como también el voto a Milei que algo representa. Cuando el periodismo que parece que se empapa tanto de la trastienda de las negociaciones políticas deja de lado el contexto social, por un lado, promociona las conversaciones del poder y, por otro lado, da cuenta de que el periodismo político también es parte de ese micromundo de privilegios y que está alienado y divorciado de la realidad, de los 100% de inflación, de la caída del poder adquisitivo, la pandemia. Cuando se habla tanto de la conversación endógena de la política se prescinde de la realidad social y lo que hace el que habla así es autodelatarse porque cuenta que vive en ese mundo de negociaciones que están totalmente alejadas de las necesidades populares. Quizás ahora eso se nota más porque la situación es crítica a nivel social. Obvio que hay indicadores de consumo, se agotan los pasajes, las entradas para los recitales, pero no se si la base histórica del peronismo es la que nutre esa estadística o son los votantes de Juntos.
-T: ¿Estás trabajando en un próximo libro acerca de la coyuntura?
-D.G: Este libro y "El peronismo de Cristina" me los propusieron desde la editorial y son instantáneas del poder pero estoy un poco cansado. Si hiciera algo más me lanzaría a una cosa muy riesgosa que es novelar alguna historia de la política para no estar tan preocupado para que los datos se condigan con la realidad. Conozco muchas historias, hablo con mucha gente de la política y hay historias que me gustaría contar sin decir quiénes son los protagonistas. Alguna ficción hecha de realidad. Es un riesgo porque me puede ir muy mal. Es un personaje que une los 70 con el presente.
-T: ¿Cómo es ese salirse de la coyuntura?
-D.G.: Los libros de la década del 90 eran los de la corrupción, eran de investigación, ahora los libros son sobre el pasado lejano, los que más se leen son sobre el pasado. Pienso en los de Juan Manuel Abal Medina, Juan Carlos Torre o Pablo Gerchunoff. Incluso hay periodistas como María O'Donnell que cuentan lo que pasó con Born hace 50 años. Hablar de coyuntura es más riesgoso, te exponés más, porque ponés tu punto de vista, no es un hecho congelado del pasado sino que hablás de poder real. No hay mucho de eso, salvo biografías apuradas como las que te piden las editoriales y no está muy bueno. Me pregunto quién interpela al poder actual, es lo que trato de hacer con los libros.
Con información de Télam