La periodista y escritora María Seoane, que se desempeñó en periódicos argentinos de alcance nacional, fue autora de una docena de libros de historia argentina y como militante de los derechos humanos se debatió entre el compromiso político y la investigación de los hechos más importantes del siglo XX en la Argentina, falleció hoy a los 75 años, en la Ciudad de Buenos Aires.
Seoane (Buenos Aires, 1948) murió como consecuencia de un cáncer en el mediastino que le detectaron este año y luego hizo metástasis. A partir de la detección se le inició un tratamiento de quimioterapia, según informó a Télam el periodista Vicente Muleiro, con quien escribió "El dictador. La historia secreta y pública de Jorge Rafael Videla".
"La quimio la dejaba muy mal físicamente a tal punto que la última decidieron no hacérsela y reemplazarla por rayos, pero hace pocos días le hicieron nuevos estudios y le detectaron metástasis, y le comunicaron que lo mejor era hacer cuidados paliativos, porque ya no había nada que hacer", contó Muleiro. "La vi el 23 por última vez: estaba bien, se podía expresar con la voz muy baja, porque la enfermedad le había afectado la respiración. Tomó el desenlace con gran entereza", afirmó el periodista y escritor.
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Los últimos días, Seoane "estuvo internada en el Otamendi porque era más seguro cuidarla ahí, y el objetivo era simplemente que sufriera lo menos posible. Era un cáncer muy fulminante", agregó.
Reconocida por su compromiso político y cultural, se había desempeñado en los últimos años como asesora periodística y editorial de Caras y Caretas y columnista de Página/12, luego de haber sido directora de Radio Nacional desde 2009 hasta su renuncia en 2015, con el arribo del gobierno de Mauricio Macri.
Fue prosecretaria de redacción del diario Clarín, donde también dirigió el suplemento Zona, y a lo largo de su extensa y premiada carrera escribió una docena de libros, algunos en coautorías, donde evidenció su talento y compromiso con la investigación de temas que atravesaron la vida social y política de los argentinos. Fue además redactora en la revista El Periodista, en el diario Sur, y redactora jefa en la Revista Noticias.
"Hay que discutir sobre muchas cosas, pero los periodistas estamos obligados a la veracidad. A contarle a nuestro público desde el lugar de dónde hablamos. El periodismo es un ejercicio de la libertad y debe ser transparente para el público o lector", decía Seoane sobre la profesión que la acompañó gran parte de su vida.
Preocupada por la situación social y política del país, en 2004 escribió "Argentina, el siglo del progreso y la oscuridad (1900-2003)", donde luego de la crisis del 2001 retoma una pregunta colectiva: ¿por qué la Argentina, una de las naciones más prósperas y cultas de Ámerica latina, ha llegado al siglo XXI devastada por el hambre y la deuda externa, en medio de una profunda conmoción social y política.
Para encontrar alguna de las respuestas posibles, Seoane se sumerge en las pasiones, las razones y las paradojas de la historia de Argentina en un siglo marcado por dos grandes movimientos políticos -el peronismo y el radicalismo- y dominado por las utopías, las revoluciones, los golpes militares, los desaparecidos, el exilio, la impunidad, el desdén por la ley y la enajenación del patrimonio nacional.
Entre sus obras más importantes se destacan "El saqueo de la Argentina", en la que aborda el proceso de privatización durante el menemismo dentro de una política que marcó a toda América latina.
En otro de sus libros "Todo o nada. La historia secreta y la historia pública del jefe guerrillero Mario Roberto Santucho", desarrolló con minuciosidad los pliegues desconocidos de la vida del jefe guerrillero, en el que se manifiesta como un político práctico así como un alucinado soñador de una utopía sangrienta.
Otra de las obras es "El cordobazo. Los 20 días que conmovieron a la Argentina", escrito con Víctor Santa María, y "La noche de los bastones largos: a 40 años del saqueo de la ciencia en la Argentina", que abordó junto a Felipe Pigna, con quien también escribió "La noche de la dictadura: memoria fotográfica inédita a 30 años del terror" (2006).
"El nieto. La trágica y luminosa historia de Ignacio "Guido" Montoya Carlotto", es otro de los textos que Seoane escribió junto al periodista Roberto Caballero. En esa obra aborda la historia detrás del reencuentro de Ignacio "Guido" con su abuela Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, después de tres décadas de lucha incansable por recuperar a los bebés robados durante la dictadura argentina.
Dos de sus trabajos llegaron al cine: "La Noche de los lápices", que narró la historia de los estudiantes platenses detenidos desaparecidos durante la última dictadura, y "El burgués maldito", sobre el exministro de Economía Jose Ber Gelbard. También dirigió el largometraje de animación Eva de la Argentina.
Muchas de sus obras y artículos periodísticos fueron premiados dentro y fuera del país y por su militancia por los derechos fue distinguida con el título de Ciudadana Ilustre porteña, Mujer Destacada y Personalidad Destacada de la Cultura, entre otros reconocimientos.
Cuando recibió este último reconocimiento en 2021 dijo: Recibo este premio con un compromiso: tenemos que mejorar la ciudad. Que en nuestro país, que en nuestra ciudad existan miles de personas en la calle, que en los últimos años haya aumentado enormemente la cantidad de desocupados, que se haya bajado el presupuesto en Educación, Salud y para contención, que la gente del sur de la Ciudad tenga 10 años menos de esperanza de vida que la gente del norte; la verdad, no tenemos derecho a que eso siga pasando.
A los reconocimientos se le suman el Premio Konex al mérito en Letras (1994); y el Premio a la Labor Periodística Rodolfo Walsh (2002), de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata.
Por el valor de su trabajo también fue consultora y analista de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (Organización de los Estados Americanos).
Seoane había iniciado estudios de Economía en la década del 70 en la Universidad de Buenos Aires y debió abandonarlos cuando tuvo que exiliarse en México, donde descubrió su vocación de periodista que la acompañaría durante toda su vida.
"En esos años tuve que dejar la carrera de Economía que estudiaba en la Argentina, y en México pude trabajar de periodista. Le agradezco a ese país el haber podido encontrar mi profesión", había dicho en una entrevista en Radio Nacional.
Para poder ejercer como periodista en ese país, eligió el seudónimo de Laura Avellaneda, personaje de la película La Tregua, con el cual cubrió temas políticos ya que no podía hacerlo con su nombre de origen, siendo extranjera.
Esa carrera la llevó tiempo después a ser docente en el Máster de Periodismo de la cátedra de Investigación Periodística de la Universidad de San Andrés (Buenos Aires), y en la Universidad de Columbia (Estados Unidos).
Con información de Télam