La señora María está por firmar la compra de un departamento frente a un terreno baldío. Justo en el momento en que está por dejar estampado el gancho que confirme la transacción, se escucha el timbre. La persona de la inmobiliaria sale al balcón y encuentra en la vereda a una persona de bigotes y prominente nariz que se presenta: “Buen día, vi las ventanas abiertas y me animé a tocar. Soy el ingeniero Máximo Cosetti, de Galimberti Construcciones. Necesitaría pasar para tomar una foto del terreno de enfrente. Vamos a construir una torre de treinta pisos. Se comienza en enero”.
Con esa escena comenzó, el 21 de marzo de 2002, el primer episodio de Los Simuladores, un unitario de Telefe protagonizado por Diego Peretti, Federico D’Elía, Martín Seefeld y Alejandro Fiore, que con los años se convertiría en leyenda y cosecharía fanáticos alrededor de toda la región.
El episodio se llamó Tarjeta de Navidad y contó con el protagónico de Claudio Rissi y Carola Reyna interpretando a una pareja en crisis. Contratados por el personaje de Rissi, Los Simuladores simulan un enredo con un supuesto robo llevado a cabo por Lamponne disfrazado de Papá Noel incluido, para que el contratante quede bien parado y pueda volver con su mujer.
Damián Szifron, el padre de la criatura, venía trabajando la idea de la serie hace tiempo, pero el contexto económico del país no era el mejor. Más bien todo lo contrario: tras la crisis de 2001, muchas productoras cerraron y los grandes canales achicaron los recursos disponibles para sus grillas, bajo el objetivo de capear la tormenta económica. Sin embargo, el director acercó un VHS a las oficinas del canal de las pelotas con un episodio piloto que gustó de inmediato y generó la aceptación de la propuesta.
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Szifrón tenía 26 años en el momento del estreno. Venía de estudiar en la Universidad del Cine y de dirigir su primera película en 2001, «El fondo del mar», una muy interesante historia mínima de vida cotidiana que se pone picante y violenta protagonizada por Daniel Hendler y Gustavo Garzón.
Si bien no había estado nunca completamente al frente de una producción televisiva, Szifrón no era una cara desconocida en el ámbito audiovisual ya que había trabajado como asistente de producción en «Ritmo de la noche» y editor en «PNP. Perdona nuestros pecados», el primer programa “de archivo” de la televisión argentina. También había trabajado en televisión como productor de exteriores en «Atorrantes», el ciclo que Pato Galván condujo en América y el extinto Azul TV.
No es tarea sencilla explicar los éxitos ni dilucidar a ciencia cierta por qué una ficción pega tanto al nivel de convertirse en parte de la cultura nacional, como sucedió con Los Simuladores. El éxito del programa mientras estuvo en el aire, hasta el 5 de enero de 2004, pero una vez finalizada el culto a la misma fue creciendo año a año. En 2013, se creó la Asociación de Fanáticos de Los Simuladores que, tras una movida masiva en redes sociales, fueron fundamentales para evitar que Netflix sacara la serie de su catálogo en 2018.
Con el desarrollo de las redes sociales y la cultura de los consumos fragmentados, empezaron a a destacarse momentos muy puntuales de las series, pequeñas líneas de diálogo de escenas más largas, que generan memes y latiguillos que ya forman parte de la vida cotidiana. Además de eso, el anuncio formal de la realización de la película de la serie, prevista para 2024, generó expectativas de dimensiones colosales. Para calmar la ansiedad, en mayo se estrena el primer largo de Szifrón en nueve años. Se trata de una producción en inglés de género policial a estrenarse el próximo 4 de mayo titulada “Misántropo”. La manija es total.