Inguz: la historia detrás de la editorial que dona el 15% de sus ingresos para luchar contra la violencia de género

El sello independiente tiene un gran compromiso con el medioambiente y la lucha feminista. En diálogo con El Destape, el equipo editorial contó cuál es la necesidad que mueve al proyecto.

12 de diciembre, 2022 | 21.25

El catálogo de editoriales independientes es cada vez más amplio en Argentina, las diversas propuestas para difundir literatura se volvieron uno de los pilares fundamentales de la industria del libro en el país. Incluso, hay sellos que surgen a partir de una necesidad social y los libros son el medio para lograrlo, este es el caso de la editorial Inguz. Pese a los obstáculos  que presenta la industria editorial actualmente, este sello sigue firme con claros objetivos: editar libros con perspectiva de género, donar parte de sus ganancias a víctimas de violencia de género y aportar su granito de arena al compromiso con el medioambiente. En diálogo con El Destape, Candela Niesl, Candela Yasapis y Denise Matellán, el equipo que conforma al sello, profundizaron sobre la creación de la editorial y sus objetivos en el ámbito de la literatura.

“El proyecto nace hace algunos años atrás, cuando un amigo de Estados Unidos me dijo que quería empezar a invertir en negocios en Argentina. Entonces yo le dije ‘tengo una idea re loca que es esto de tener una editorial, pero que no sea simplemente una editorial, sino que también pueda ayudar a mujeres y al ambiente”, contó Candela Niesl, una de las fundadoras del sello junto a Denise. Pero aquella “idea loca” fue tan solo el inicio de un proyecto con voz propia, una idea que se sustentó, desde sus comienzos, de la necesidad de darle entidad a los conflictos sociales con los libros como herramienta política.

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La editorial se mantiene a partir de dos pilares fundamentales: su compromiso con el movimiento feminista y su lucha por el medioambiente. “Creo que Argentina tiene mucho impacto, es ejemplo de un montón de cosas en Latinoamérica y también en el mundo y creo que la editorial tiene un impacto social más allá de la escritura en sí, sino que ayuda a otras mujeres a salir de sus contextos de violencia para hacer una diferencia”, enfatizó Niesl sobre la dinámica de su sello. “Vos ayudas a contar la historia que te traen los autores, pero al mismo tiempo ayudas a sacar a la luz  la historia de mujeres que realmente tienen que contarlo para seguir sobreviviendo”, continuó.

Además de contar con un catálogo que aborda las historias de mujeres violentadas, entre otras publicaciones, Inguz dona el 15% de sus ganancias al Fondo Mujeres del Sur, una fundación que moviliza recursos y brinda apoyo financiero, técnico y político a organizaciones que promueven los derechos de las mujeres, identidades y sexualidades diversas en Argentina, Uruguay y Paraguay. “Al principio el tema de donar fue algo más instintivo, como de querer formar parte de la causa social. No éramos una ONG pero no pensábamos en quedarnos plata nosotras”, confesó Candela Niesl. Sin embargo, en determinado momento del proyecto, el modelo de negocios tuvo que cambiar para generar mayor rentabilidad y así poder continuar con sus convicciones. “Comenzamos donando el 50% de lo que ingresaba la editorial hasta que vimos que si dábamos la mitad de los ingresos no iba a ser una editorial rentable para seguir imprimiendo libros por lo que no íbamos a poder seguir donando”, reveló la fundadora de la editorial.

Entonces, llegaron a la determinación de donar el 15% de sus ganancias, un porcentaje que les permitía hacer más libros y, por ende, continuar con las donaciones. “Llegamos a que el 15% era un porcentaje que podía hacer la diferencia y que al mismo tiempo nos permitía pagarle a los autores por su trabajo y seguir manteniendo la editorial. Pero te digo al principio fue como bueno, nos mandamos a ver qué pasa y eso se aprende a los ponchazos, a veces tiene cosas muy claras como el género que quiere publicar, pero le falta analizar un montón de otras”, continuó.

Actualmente, las donaciones de Inguz se ven reflejadas en los proyectos del Fondo de Mujeres del Sur, pero el equipo siempre busca lugares en los cuales expandir su compromiso. “Primero trabajamos con Red de Mujeres que está acá en Buenos Aires, después nos dimos cuenta que Córdoba tiene la tasa de violencia más alta a nivel nacional, entonces empezamos a buscar en Córdoba también para ayudar y ahí es cuando nos encontramos con el Fondo de Mujeres del Sur, que si bien muchos de sus proyectos se llevan a cabo en Buenos Aires, su sede central está en Córdoba”, confesó Candela Niesl. Asimismo, continuó: “Ellas nos presentaron su programa real y ahí surgieron organizaciones con las que podíamos trabajar”. Actualmente, entre los proyectos que pueden visualizarse, Inguz trabaja con “Mujeres Activan”, un programa de literatura que ayuda a otras mujeres a contar su historia. Precisamente, las mujeres que forman parte del proyecto actual aprenden a escribir en un taller y, a través de su terapia creativa, cuentan lo que les pasó. Finalmente, se seleccionan textos y los imprimen para repartir en la región de Córdoba.

Libros hechos enteramente de hojas recicladas: Inguz y su compromiso con el medioambiente

Otro de los pilares fundamentales “que no se negocian” dentro de la editorial es el compromiso con el medio ambiente. Los libros publicados por Inguz están hechos 100% de papel reciclado, un proceso que muchas veces genera obstáculos, pero que genera resultados satisfactorios.

“A nivel internacional los libros se hacen con hojas recicladas pero en Argentina todavía es una novedad debido a los recursos que a veces carecen acá para tener hojas recicladas”, comenzó por confesar Candela sobre la impronta de la editorial. “Creo que Argentina tiene una potencia ambiental muy fuerte, tiene los recursos naturales que muchos países quisieran tener y Argentina lo tiene todo”, reflexionó la fundadora del sello.

Asimismo, enfatizó sobre los inconvenientes a los que se enfrenta la industria editorial: “Sin embargo, el papel es un recurso al que deberíamos tener  acceso directo y más que nada con el proceso de reciclaje que hay con el sistema de cartón y todo acá en el país”. Y aunque la idea de hacer libros con papel reciclado es una opción poco elegida entre los demás sellos del país, Inguz no da el brazo a torcer: el compromiso con el medioambiente es más fuerte. “Con eso no hubo democracia, necesitaba que el planeta tuviera su nivel de protagonismo también porque todos vivimos en este planeta”, explicó.

“Como pasa con un montón de industrias que hoy se ven atravesadas, varias editoriales independientes han cerrado este año por lo que pasa en Argentina. Nosotros nos vimos limitados con los recursos de papel reciclado, no solo por la cantidad de papel reciclado en Argentina, sino por este la cantidad de impresiones que puedas tener y lo que te sale hacerlo, por lo tanto tuvimos que pivotar un poco el proyecto”, confesó Candela sobre las adversidades que atraviesan a la hora de sostener el proyecto con su propia impronta.

"El anatomista", uno de los lanzamientos más recientes de la editorial.

Sin embargo, aseguró que no están dispuestos a bajar los brazos con tanta facilidad: “Es un desafío que igual nos gusta tomar porque por más que hoy no podamos reciclar papel o no contemos hoy con el papel reciclado que necesitamos para imprimir libros igual nos gusta compartir el mensaje porque desde ese granito de arena, vos decís ‘puedo hacer un clic en algo’ y si este libro está hecho con papel reciclado, yo también puedo reciclar papel o puedo separar mis residuos o puedo ayudar a juntar la basura de de alguna reserva natural”. Por último, concluyó: “Entonces un libro creo que no solo te invita a sumergirte en este mundo sino también a reflexionar sobre un montón de cosas que podés hacer”.

La literatura como impacto social: el libro es un objeto político

El principal fundamento de la editorial es invitar a la reflexión. Con catálogo diverso en géneros y autores, Inguz busca atraer lectores que se dejen guiar por el  impacto y generar, aunque sea, un pequeño click. Mujeres que cuentan sus experiencias con la violencia de género, cuentos relatados en primera persona e incluso historias atravesadas por el arte como una forma de expresión, son algunos de los libros que conforman el catálogo de Inguz. Libros que, de forma adrede, impactan desde el diseño de su portada.

Firmemente, el equipo de Inguz cree que la literatura influye en las causas sociales, de uno u otro modo. “Yo creo que los libros pueden impactar un montón en las causas sociales. No solo desde la visibilidad, sino con el hecho de que se hable y de que se publique y de que se ponga en problematización desde la literatura, yo creo que ayuda un montón”, reflexionó Candela Yasapis, editora del Inguz.

En este marco, Niesl añadió: “El hecho de poder contar historias y al final del libro contar lo que hace Inguz y al mismo tiempo darle la voz a una para un autor independiente o autora, compartir ese mensaje hace que la gente también tome conciencia de que el libro no es sólo un producto, sino que es un medio para seguir ayudando”.  Además, consideró: “La literatura hoy nos ayuda también a entender qué es lo que pasa. Entonces si uno empieza desde la literatura a decir ‘bueno leo esta historia y me pongo el lugar de tal personaje’, empezás a entender también el afuera y a decir bueno me pongo en lugar de estas mujeres que sufren, me pongo un lugar esta persona que por ahí se ve aparentemente todo bien y no está todo bien”.

Sin embargo, hay una cuestión que avasalla y genera incomodidad: la presión social por formar parte de todo, la exigencia de que si estás comprometido con una causa no podés evadir ninguna causa. Desde Inguz tienen una búsqueda constante de demostrar que una mujer no es menos feminista por no tener un compromiso activo con las causas que defiende. Sino que cada una puede aportar desde su lugar y eso también es un cambio.

“Yo no necesito decir que estoy a favor, por ejemplo, de la legalización del aborto llevando un pañuelo. Yo lo hago a través de mi trabajo que es comunicar, que es tener una editorial, que es ayudar a mujeres que lo han atravesado y quedarme con ellas para que pasen el dolor”, confesó Niesl sobre las “presiones” que siente tanto nivel profesional como personal. “Está buenísimo hacer bandera de algunas cosas, pero creo que también cada persona tiene su rol desde lo que quiere hacer e Inguz lo cumple muy silenciosamente”, añadió.

Por su parte, Denise, la diseñadora de la editorial, admitió que Inguz funciona como una suerte de refugio e incentivo para empezar a involucrarse en las causas que le competan a cada uno. “Lo que me gustó es que me daba la opción de empezar a comprometerme en una causa que me importaba y que yo no sabía cómo arrancar. Y por ahí comprando un libro ya hago una diferencia y aporto un granito de arena que motiva a seguir en esa lucha”, apuntó.

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