Castellarnau:"Gracias a las escritoras argentinas se empezó a revalorizar el fantástico y el terror"

29 de agosto, 2022 | 15.03

A la hora de ubicarse en el ámbito literario Ariadna Castellarnau reconoce su amistad y coincidencia estética con las autoras argentinas Mariana Enriquez y Samanta Schweblin pero, al mismo tiempo, confiesa que vive en las afueras de Barcelona y no participa demasiado de actividades y eventos relacionados con el ambiente literario español.

-T.: Manifestás tu cercanía con Mariana Enriquez, ¿tenés referentes dentro del ambiente literario español?

-A.C.: Sí, hay todo un grupo de escritoras en español, que trabajan sobre lo fantástico y sobre el terror. De hecho participé hace poco en un festival que se hizo en Valencia que fue el Golem y tuve la oportunidad de conocer a muchas de estas escritoras. No es un género que tenga tanto peso como en Argentina, aunque está cambiando mucho. Gracias a las escritoras argentinas, precisamente también en España se empezó a revalorizar mucho más el fantástico y el terror. Me siento integrada a esas autoras, participé de una antología, pero no más que eso. Considero que para escribir bien, una escritora debe mantenerse un poquito al margen. Estar demasiado pendiente de las opiniones y las voces es contraproducente para la creación.

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-T.: Sin embargo, la conexión con Argentina y sus autoras está...

-A.C.: Viví en Argentina nueve años y trabajé en Página 12 en Radar y allí se estableció la relación con Samanta, como lectora y después nos conocimos personalmente.

-T.: Estudiaste Filología Hispánica, ¿ese conocimiento te permite reflexionar sobre la lengua en tu escritura?

-A.C.: Pienso que esa reflexión sobre la lengua me la dio más mi estadía en Argentina que el estudio de la Filología Hispánica. La teoría literaria me permitió desarrollar una serie de herramientas intelectuales y mentales, una conciencia muy grande del texto y de la lengua. Pero el vivir en Argentina y entrar en contacto con otra forma del español y luego tener amigas de toda América me abrió el campo de ver mi lengua desde afuera, y también que mi lengua materna sea el catalán.

Con información de Télam