"Tiempo de dragones", una trilogía que desafía la concepción clásica del tiempo

31 de mayo, 2022 | 15.26

Liliana Bodoc publicó la primera entrega de su trilogía "Tiempo de dragones" en 2015 bajo el título "La profecía imperfecta", luego lanzó "El elegido en su soledad" y ahora tras su muerte, la serie concluye con el volumen "Las crónicas del mundo", en el que sus hijos asumieron la compleja tarea de dar fin a esta trama que habla sobre humanos y dragones, en un tiempo y un espacio distinto y fantástico, que escapa a las lógicas de lo lineal.

En "La profecía imperfecta", el primer libro de la trilogía "Tiempo de dragones", editada por Penguin Random House en 2015, Bodoc narra la historia de un tiempo en que la fraternidad entre los humanos y los dragones terminó. Sin embargo, una profecía advierte la llegada de un elegido llamado Nulán destinado a restablecer la armonía.

A partir de este momento, se reabrirá la Perforación, una dimensión mágica del bosque que llevará a Nulán a enfrentarse a un destino que le resulta desconocido y lejano pero para el que debe prepararse por un próximo ataque de los dragones, quienes, según Romina Bodoc "no son un decorado o un fuego artificial sino que fundan la lógica de ese tiempo y espacio por cómo se sitúan en relación a un mundo social y dentro de las luchas de poder que suceden en el mundo de los humanos".

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La segunda entrega de la saga, "Tiempo de dragones II. El Elegido en su soledad", sorprendió a las lectoras y lectores de Bodoc en el año 2017 con más acción y desafíos para el protagonista, quien debe rescatar a la sanadora de la comunidad, Anuja, de una dragona blanca que la rapta y así, asumir su rol como "Elegido". Para ello, debe realizar un viaje en el tiempo hacia el pasado para construir un nuevo porvenir.

De manera paulatina en la saga, el tiempo se vuelve tan estructural como los dragones. La escritora "trabajó mucho de la mano de otro Bodoc, Antonio", físico, matemático, padre de Galileo y Romina y compañero de Liliana quien "siempre colaboró con Liliana en cuestiones duras, de espacio, de estrategias bélicas", según detalla Galileo.

En este caso, "Lili elaboró junto con Antonio, durante mucho tiempo de charlas en las que participamos nosotros también, un concepto de ramificación de ciertos caminos que unos pueblos llaman ´la perforación´ y otros ´la caña´, pero que en definitiva son racimos por lo que se puede transitar el tiempo de otro modo", cuenta el hijo.

Así, "Tiempo de dragones" pone de relieve un tiempo distinto, que no se experimenta de manera cronológica, lineal y acumulativa sino de otros modos. Por lo tanto, la saga no destaca por ser una historia de viajes en el tiempo sino que "esos viajes cuestionan su linealidad y plantean una circularidad, un tiempo que se expande o se vuelve espiralado", apunta Galileo y reflexiona: "Así como en la saga de los Confines podemos pensar que el territorio es el espacio, en este caso el bien y el mal luchan por el dominio del tiempo".

En "Tiempo de dragones III. Las crónicas del mundo", los hijos de Liliana Bodoc se enfrentan a la obra inconclusa de su madre e introducen a Vorbarela, una alquimista encomendada para recomponer una historia incompleta a partir de los pasos perdidos de los personajes de su tiempo. A diferencia de los primeros dos tomos que tienen un narrador omnisciente que sabe todo sobre la época y sus participantes, en este volumen el narrador es otro. "El cambio de un narrador más omnisciente a uno fragmentario, que tiene que reconstruir la historia, fue justamente una de las primeras decisiones que tomamos sobre cómo íbamos a abordar la interrupción del relato", precisa Romina.

"Lo que quisimos fue no invisibilizar esta fractura sino manifestarla como un motor que nos iba a permitir construir la trama. Eso lo pudimos legitimar a través de un cambio de relator que sucedió en la realidad y que sucede en la ficción", cuenta y explica que "lo hicimos tomando elementos de lo que estaba sugerido en la propia trama de la obra. Vorbarela es la relatora que continúa la historia y lo hace como nosotros lo hicimos: recuperando fragmentos, discursos y haciendo un trabajo más de bricolaje o arqueológico".

Con información de Télam