Patricio Tarantino es coleccionista de libros y mercadotecnia relacionada a Harry Potter. Es programador web, escribió el libro-enciclopedia Historia secreta del mundo mágico y llegó a los libros por un juego de competencias, entre amigos. El reciente lanzamiento del especial de HBO Max por los 20 años del estreno en cines de La piedra filosofal reavivó la “Pottermanía”, un campo en el cual es experto. En diálogo con El Destape, Tarantino cuenta sus inicios como fan, su aporte al fandom con la llegada de Internet y algunos episodios tensos y mediáticos que lo acercaron al círculo íntimo de la polémica escritora J.K Rowling.
- ¿Cuál fue tu primer acercamiento al mundo de Harry Potter?
Empecé con Harry por un tema infantil de ser competitivo. Estaba en segundo grado y mi mejor amigo del colegio llevó La cámara secreta, el libro que estaba leyendo, cuando surgió algo competitivo en mí que me llevó a comprar La piedra filosofal y La cámara secreta, y leerlos antes de que él terminase de hacerlo. Al final, mi amigo ni terminó La cámara secreta (risas).
- ¿Qué fue lo que más te cautivó de la historia?
Durante la lectura de los dos primeros capítulos, del primer libro, recuerdo que le dije a mi mamá ‘esto no tiene magia’. No me cautivó nada, no era lo que yo esperaba. Una vez que entré en la historia lo que terminó cautivándome fue que, en muchos puntos y aristas, pude sentirme identificado con el personaje y lo que le pasaba en su etapa escolar. Hay una idea de ‘Harry es un chico como yo’ que conquistó a un montón de fans. De hecho, hay un detalle del que casi nadie se percató y es que en La piedra filosofal Harry no hace magia. Y eso es lo que refuerza el concepto de identificación de los lectores con el personaje.
- Con la irrupción de Internet a fines de los ’90 pasaste de lector a creador de contenidos sobre Harry Potter, ¿cómo se produjo esta transición?
La creación de contenidos sobre Harry vino en forma de proyecto con uno de mis mejores amigos de la escuela, que tenía un padre que hacía páginas web. Mi amigo creó una página sobre Los Simpson y yo una de Harry Potter; ahí empezó una rueda: actualizar la web con noticias, formar un equipo de compañeros, ser un medio amateur y generar ingresos. Era muy divertido y me permitió dar mis primeros pasos en la creación de páginas webs y en la programación, que es mi trabajo en la actualidad. Haber llevado adelante un canal de comunicación para el fandom de Harry Potter logró conectarme con personas de todo el mundo, con los estudios de las películas y las editoriales. Es increíble que a veces no nos demos cuenta que Internet permite alcances que de otra forma serían imposibles.
- ¿En qué momento empezás a considerarte coleccionista de Harry Potter?, ¿cuán grande es tu patrimonio?
Con el coleccionismo arranqué en el 2006, muy vagamente compraba algún libro que me parecía raro. A los dos años sentí que mi camino personal con las páginas web de Harry Potter había terminado, por lo que le escribí una carta a J.K Rowling –a través de sus representantes- contándole acerca de la página y obtuve una respuesta de la autora. Me escribió una carta y me mandó un libro firmado. Ahí decidí tomar el coleccionismo como algo serio, ya había conseguido lo más difícil. En 14 años armé una colección de más de 700 libros, más recortes de revistas, posters, notas de producción, stickers coleccionables, cartas internas que mandaba la editorial a la librería, documentación especial.
- ¿Es caro ser coleccionista ‘full time’?
Depende los límites que te autoimpongas. Yo sé que hay libros que jamás voy a tener, algunos títulos que se venden por 400 mil dólares. No están al alcance del argentino de clase media. Sacando eso de lado, no es tan caro; sí hay que tener un poco de suerte y mucha manía de saber esperar las rebajas, hacerse de contactos, ser caradura, pedir emails, convencer gente.
- De toda tu colección, ¿cuál es la rareza que más te gusta y es casi imposible de conseguir?
A nivel sentimental, los libros firmados y dedicados. A valor rareza, tengo una serie de diarios que intentan asemejarse a El Profeta (periódico de la saga Harry Potter) una especia de newsletter al cual uno se podía suscribir, a fines de los ’90, y te llegaba a tu casa. Eran dos páginas A4 escritas íntegramente por Rowling, con mucho humor. La mayoría de personas que recibieron este material lo leían y lo tiraban, no había un interés en coleccionar ese material. Pude conseguir las cuatro copias que se lanzaron –en el ’98 y’99- y llegué a ellas por la madre de un chico que era fan de Harry y los había guardado. Lo gracioso es que cuando los recibo, no encontré ninguna traducción en Internet sobre ellos. Nada. Por eso, decidí escanearlos para compartirlos con los fanáticos, y los representantes de Rowling me pidieron que por favor no lo haga. No me dieron una razón exacta. Sospecho que debe haber una cuestión de copyright o que a la autora no le gusta que ande circulando ese material.
- Sobre Harry Potter se escribió un montón. ¿Cuál es el aporte de tu libro enciclopedia Historia secreta del mundo mágico?
Antes de escribir el libro me costaba encontrar otro título que contase el fenómeno de Harry Potter como si fuese un documental. No una biografía de Rowling. Por eso me senté a escribirlo: entrevisté a un montón de gente, investigué, viaje. Considero que logré un material lleno de curiosidades editoriales y secretos. Es una enciclopedia sobre la construcción de un fenómeno con mucha información exclusiva.
- Existió una situación que llegó a los diarios, en la que estuviste involucrado: la traducción no oficial del sexto libro de Harry. ¿Qué recuerdos tenés de ese escándalo?
Tengo latente el recuerdo de mi papá viendo la noticia en Crónica y cagándome a pedos (risas). Se quería morir. Cuando sale el sexto libro -en inglés- con la página que llevaba adelante en ese momento y el equipo que me ayudaba nos pusimos como objetivo traducirlo y ponerlo en Internet para todos los que no querían esperar 8 meses a la edición en español. ¡Podías comerte spoilers! Entre todos hicimos una traducción y en una semana estaba subido el libro completo en la página, sin ningún tipo de publicidad. Fue una gesta bastante noble aunque la traducción era bastante mala.
Recibimos muchos mails de todas partes del mundo, con gente agradecida por la traducción. Estuvimos unos días en esa dinámica hasta que se cayó la página y empecé a recibir mails de los abogados de Rowling diciéndome que eso no se podía hacer porque jodía las ventas de Salamandra, que editaba los libros. Dieron de baja la web pero enseguida se dieron cuenta que no era un proyecto con ánimos de lucro y que solo éramos unos pibitos con ganas de ayudar. Así zafamos de un inicio de acciones legales.
Lo que es muy curioso es que en México y en Centroamérica, en general, imprimían esa traducción que hicimos y la vendían, mucho antes de que saliese el libro oficial Me lo comentaron, hay fotos, es muy raro.
- Después de eso, ¿te canceló el círculo de Rowling?, ¿pudiste recomponer un vínculo?
Ese fue el primer contacto que tuve. A partir de ahí estuvo todo muy bien, salvo una vez que me mandé un pequeño moco cuando salieron Los cuentos de Beedle el Bardo. Fue el primer libro de Harry con traducción simultánea en español e inglés. Resulta que una librería de la Avenida Corrientes empezó a venderlo con una semana de anticipación, lo compré y tuve la idea de subir a Internet algunas copias. Los agentes de Rowling volvieron a contactarse conmigo, más enojados, porque era más grave la situación. Tenían razón. Me hicieron sentir un poco culpable.
- Son como el FBI de J.K Rowling
Más o menos (risas) Creo que después entendieron que no les conviene tener al fandom de Harry Potter en contra. De ahí en más la relación que tenemos actualmente es bastante buena. No conviene atacar a los fans, la gran mayoría no actúa con fines de lucro.
- Recibiste una carta de Rowling, te firmó libros, sos fan de Harry Potter, pero ella es una persona transfóbica, tal como mostró en redes. ¿Cómo digeriste esa información?
Me sorprendió pero no me afectó tanto. No idolatro a este tipo de celebridades porque entiendo que también tienen vidas y realidades de lo más caóticas. Es como con Maradona. Consumo su arte, no estoy de acuerdo con sus posturas personales. Entiendo que afectó a mucha gente y respeto a todo aquel que no quiere sentirse más parte del universo Harry Potter. Siento que quizás hay un vacío al que no llego por no formar parte de los colectivos afectados. Rowling es una artista de lo más contradictoria, miremos sino lo que son sus opiniones políticas. No era la súper mujer que creíamos.