Cinco gazapos aparecen en la cocina de Flora y, a partir de este suceso, la protagonista de la historia empieza a preguntarse: ¿qué es ser madre? ¿Cuántos tipos de maternidades existen? ¿Existe una forma correcta de amar y de maternar? Los ruidos vienen de la cocina, la nueva novela de Maia Debowicz editada por La Crujía, plantea todos los terrenos en los que se puede dar la relación entre una madre y sus hijos. Con interrogantes, reflexiones y una historia cargada de emoción y cosas para sanar, la autora logra plasmar la complejidad de un ensayo en la prosa atrapante y sentida de una novela.
La aparición de estos conejos son el puntapié para un análisis profundo sobre el vínculo con su mamá, los errores, los aciertos y aquellas cosas que quiere sacar de su vida, todas esas cosas presentadas a corazón abierto, sin intención de ocultar lo bueno ni lo malo. La novela nació por necesidad y luego por impulso, al menos así lo describió la propia autora en diálogo con El Destape, en donde relató que "empezó como un diario íntimo en 2016 luego del nacimiento real de los conejos", pero unos años más tarde, tras una operación importante, agarró el manuscrito y decidió cambiarlo por completo: "No quedó nada de esa novela, solo el nacimiento de los conejos. Porque me di cuenta que hacía mucho tiempo que yo ya no escribía así y yo ya no era esa persona".
Los ruidos vienen de la cocina tiene la peculiaridad de que muestra la otra cara de lo que tradicionalmente es tildado de bello: desenmascara el lado B de la familia y denota que no siempre es un lugar de paz y contención. "No me parece atinado definir algo como una sola cosa. En mi caso yo te hablo desde ese lugar desde la oscuridad que hay en la familia, desde los peligros que hay en la familia primaria debería ser ese refugio y muchas veces es todo lo contrario. No me gusta cuando se da por sentado eso de que la familia es una fuente de protección, sobre todo porque además tiene una mirada conservadora eso", reflexionó la autora sobre la temática que abordó.
En este caso la familia se reduce al vínculo entre madre e hija y la complejidad que supone, ya que presenta una maternidad tóxica, alejada del ideal impuesto por la sociedad. La protagonista de la historia toma como referencia ese amor animal que vive en su casa con los conejos y que está guiado por el instinto y no la racionalidad, y comprende que ella no quiere aceptar más la forma en que su mamá la quiere, la forma en que la materna. "Quería meterme en en esa turbiedad que tiene la familia, en lo opresivo, en eso donde uno no puede tener deseos individuales porque hay una una obligatoriedad de pertenecer a algo. Que ese pertenecer impida que vos tengas una identidad más allá de ese colectivo que es la familia, a la que uno pertenece sin consentimiento: uno nace y está ahí", comentó Maia. También remató con su propia reflexión de la historia: "Lo que un poco narra la novela es que uno puede elegir si quiere seguir estando ahí o no, que no es obligatorio, no es obligatorio esa incondicionalidad que nos enseñan que uno tiene que tener con la familia primaria". A partir de ese cuestionamiento del "instinto materno", Maia, a través de la construcción de los personajes, desmitifica la figura tradicional de la madre y la plantea casi como un enemigo. Así también propone pensar cuánto amor genuino nace desde el momento de dar a luz, cuánto intervienen las presiones sociales a la hora de convertirse en madre y cómo, a veces, con solo el "amor" no alcanza para criar hijos.
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Maia escribe con la sed de una autora, pero con la obsesión de una periodista: en la fusión de sus dos profesiones deja claro que la escritura es lo suyo, pero que no hace falta limitarse a un solo estilo. Con descripciones precisas, sabe ubicar al lector en una atmósfera para que comprenda a través de los detalles el contexto en el que transcurren los diálogos, los pensamientos y las preocupaciones de los protagonistas. Pero también le da rienda suelta a una escritora apasionada de ficción que no subestima a su lector y se anima a dejar detalles a la libre interpretación. Esto, además de la temática tan universal como individual, es lo que convierten a Los ruidos vienen de la cocina en un libro fundamental en los tiempos que corren, no solo para entretenerse, sino para pensar; esa es al fin y al cabo la mejor sensación que puede brindar un libro.
Sobre la autora
Maia Debowicz nació en 1985 en Buenos Aires. Es periodista, escritora y dibujante. Colaboró en medios como Letras Libres (México), Inrockuptibles, Anfibia, Infobae y El Amante. En la actualidad escribe e ilustra regularmente en los suplementos SOY y Las 12, de Página/12, y en La Agenda. Es autora de los libros Costumbres de otro planeta (2024), ¿Y si no es suficiente? (2022) y Cine en pijamas (2017). Sus historietas han sido publicadas en las antologías Historieta LGBTI (2017) y en Pibas (2019). Es columnista en el programa de radio Todo pasa (Urbana Play). Vive con muchos conejos en una casa en constante reparación.