No hay nada como el poder de las palabras. Las palabras consuelan, hieren, orientan y comunican. Pueden entablar vínculos y romperlos. Son cruciales en la vida del ser humano y son lo que nos diferencian del resto de los animales. Pero, ¿qué pasa cuando alguien las pierde?, ¿se puede volver a construir el habla?, ¿una relación es la misma cuando una de las personas ya no puede hablar? Esas son algunas de las preguntas que dispara Majo Moirón en su nueva novela, La Lengua Rota (Ediciones B), una historia cargada de emoción, profundidad y, sobre todo, memoria.
La madre de la protagonista y narradora de la historia, una niña de tan solo 8 años de edad, pierde el habla tras un inesperado problema de salud que deriva en un "infarto cerebral". A partir de ese momento, la niña se encuentra en un mar de preguntas sin respuesta: qué pasó con su mamá, por qué nadie le dice con certeza qué le pasa, por qué de repente nadie la reta y desde cuando su mamá no es capaz siquiera de mencionar su nombre, eso que ella misma nombró. En una casa donde lo que más había era ruido, ahora prima el silencio. Su hogar perdió lo elemental: a su mamá y a las palabras, el diálogo.
En diálogo con El Destape, Moirón confesó: "La lengua rota fue un proceso bastante largo porque justamente si me preguntás por la memoria era como lo que se me hacía más difícil. Siempre me pareció algo difícil y lo más interesante también escribir sobre la madre, eso siempre me interesó". Sin embargo, pese a que la trama está presentada como las memorias de un niña, la mayor parte es ficcional: "Yo no tengo un recuerdo de que mi madre perdió el habla así tan claro, pero sí eso había pasado en mi vida y me pareció interesante agarrar eso y construir una ficción en algún punto de lo que no recuerdo. La infancia me parece como un territorio muy fértil para la literatura". Tras una serie de investigaciones en donde trató de comprender, de adulta, qué le había pasado a su mamá, escribió esta novela como una forma de darle respuestas a esta niña perdida.
A lo largo de la historia nos encontramos con una protagonista que empieza siendo niña, y aunque nunca deja de serlo, las circunstancias de su vida la obligan a crecer de golpe. Ya no están al pendiente si hace la tarea, la dejan comer lo que quiere y ve a su familia de otra forma, como un todo que intenta funcionar sin la guía de su mamá. "Eso también era parte de lo que quería contar, que tiene que ver con ese momento de la infancia en donde uno se convierte en adulto como a la fuerza en algunas cosas, y me interesa mucho esa sobreadaptación que después continúa toda tu vida, como acostumbrarse a las circunstancias", confesó la autora.
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Con la prosa de una escritora sensible y la visión afinada de una guionista, Moirón cuenta con el don de trasmitir. Esa niña puede ser el reflejo de muchas otras infancias: genera ternura y empatía, porque está tratando de vivir su niñez en un entorno diseñado para el adulto. El accidente de su madre es solo una puerta de entrada para profundizar en la importancia de los vínculos en esa etapa de la vida, la relación madre hija, el rol de la mujer en las dinámicas familiares y, sobre todo, la importancia de la lengua como estructura y como instrumento.
Sobre la autora
Majo Moirón (1985) es escritora y guionista. Publicó los libros de relatos Lobo rojo (2013) y Los lugares equivocados (2020).