En sus 12 años como editora, Julieta Marchant recolectó cientos de frases y fragmentos que le "partieron la cabeza". Tras un tiempo de compilar, descubrió que esas palabras tenían un propósito: habían llegado a su vida para darle sentido a algo que quería decir hace tiempo pero no sabía cómo. Fue entonces cuando nació Poemas somos que otros escribieron, el nuevo libro de Editorial Concreto, que presenta un poemario hecho íntegramente de palabras ajenas armadas para darle un significado propio.
El libro se presenta como una puerta difícil de abrir. Un conjunto de palabras que tardan en cobrar sentido dentro del lector y que, incluso, pueden dejarse a libre interpretación. Y es que, al fin y al cabo, Marchant se sumergió en un experimento, que ya le había propuesto a sus alumnos del taller de poesía, en donde dejó que las frases de otros guiaran su escritura. Sin embargo, decidió darle otra vuelta de tuerca: solo armaría poemas con palabras ajenas, sin intervenir en lo absoluto. Así le dio paso a nuevas formas de interpretación, en donde se vislumbra el horror, el morbo, las relaciones humanas y la naturaleza como algo catastrófico. Pero claro, sin perder la belleza.
Pese a haber logrado un poemario único y original, que pone sobre la mesa una nueva forma de pensar la poesía, Julieta Marchant se presenta a ella misma como "una compiladora" de los textos que más la marcaron en su vida. "Yo entré con un Word de palabras diciendo pongo esto, esto y esto, pero cuando me daba cuenta que empezaba a manipular mucho el mensaje, decía 'bueno, ya no. Tengo que parar o darle una vuelta'. Es, entonces, una relación con la poesía a través desde la sensibilidad más que a través de la comprensión lógica", reveló la autora sobre el libro en diálogo con El Destape.
Alrededor de los poemas que presenta la autora y editora chilena, todo el tiempo aparece el horror como temática central, pero pensado desde otra perspectiva. Precisamente, Marchant quiso dar cuenta, por un lado, de que las formas que puede tomar la poesía no tienen límites y, por el otro, de su versatilidad como escritora. "Tenía ganas de romper con mi propio lenguaje que tiende a cierta belleza y permitirme decir cosas que son feas y que yo tampoco entiendo, como contradicciones oscuridades y siento que las palabras de los otros me dieron esa posibilidad", sumó al respecto.
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En sus propias palabras, Julieta quiso desafiar la mirada moralista que se suele tener sobre la poesía y apostó por una estructura que rompiera todos los esquemas. Se despojó de las tendencias autobiográficas, se animó a tocar temáticas, si se quiere, más tabúes, y propuso a la poesía como un juego porque, ¿quién no querría armar sus propios poemas a partir de los subrayados en sus libros?. "Estos poemas son un cruce entre el mundo y una misma", reflexionó.
Sin dudas, se trata de un libro completamente experimental, tanto para ella como escritora, como para cualquier lector que se adentre en sus páginas. Y desde ya, propone pensar qué tanta verdad hay detrás de la idea de que "se escribe en soledad". "Se escribe con la biblioteca, se escribe con los afectos, se escribe con la memoria. Yo nunca he sentido que escribo sola", sentenció al respecto Julieta.
Sobre la autora
Julieta Marchant (Santiago de Chile, 1985) es codirectora de los sellos Cuadro de Tiza Ediciones y Editorial Bisturí 10 y coordina talleres de poesía. Es licenciada y magíster en Literatura y estudiante del Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte en la Universidad de Chile.
Publicó, entre otros, los libros de poesía El nacimiento de la hebra (2015), Reclamar el derecho a decirlo todo (2017) y En el lugar de la mano el ímpetu de un río (2020) y el ensayo Contra el cliché: genio y técnica en la poesía (2022).