El día que un pueblo perdió la paz: así es La demora, la nueva novela de Ezequiel Pérez

En su libro que rememora el intento de atraco al Banco Nación de Villa Ramallo en 1999, Ezequiel Pérez demuestra cómo la calma de un pueblo puede ser interrumpida de un momento a otro y dejar una huella en la memoria de sus habitantes.

24 de septiembre, 2024 | 08.50

Hay muy pocas cosas como la calma de un pueblo: las calles sombrías que se calientan con el sol en verano, los negocios conocidos por todos los habitantes, los vecinos con apodos que se popularizan como un nuevo bautismo, la tranquilidad de que nada pasa. Hasta que pasa. En La Demora, el nuevo libro de Ezequiel Pérez editado por La Pollera y Salvaje Federal que inaugura la colección colección Surcos del territorio en la unión de ambas editoriales, todo sucede con la paz de un pueblo olvidado al costado de las vías del tren, pero cuando irrumpe un suceso tal como un atraco en el Banco Nación, quienes lo habitan deciden huir, porque ya no lo sienten propio.

En septiembre de 1999, un intento de robo al Banco Nación de Villa Ramallo coloca al pueblo, ubicado entre San Pedro y San Nicolás, bajo la mira de todo el país. Un pueblo tranquilo, casi fantasma, que muchos pasan por alto en el trayecto entre Buenos Aires y Rosario, de repente cobra relevancia. Y mientras todas las miradas están puestas en este peculiar suceso, los habitantes quieren esconderse, no desean ser descubiertos, sacados de su escondite, por este trágico hecho. La presencia del edificio de la entidad bancaria, que siempre fue imponente en el pueblo, se convierte en un peso, en una molestia e, inevitablemente, en el foco de atención de todos.

"El edificio nos recuerda que alguna vez fuimos un pueblo pujante a la vera del río, que las vías nos hacían fuertes, que se nos fue la vida en una espera lenta, la de un tiempo que nunca llegó porque los pueblos de provincia se fueron olvidando a la par que los trenes y su idea de progreso. Pueblo anacrónico, pienso, sometido a un tiempo que circula por otras dimensiones y rasga eso que llamamos día a día", dice una de las partes del libro que funciona como una puerta de entrada para entender su esencia. Y es que, gracias a la potente prosa de Ezequiel Pérez, aunque no lo conozcamos podemos imaginarlo y sentirnos parte: el lector puede sumirse en esa calma del pueblo, entender esa energía espesa en la que deambulan sus habitantes y que puede ser irrumpida por cualquier cosa que sea un poco diferente. Pero más allá de comprender el entorno, se puede entender de dónde nace ese amor único por su lugar de pertenencia.

El atraco al Banco Nación que derivó en secuestros, una balacera y varias muertes trasmitidas por televisión nacional marcó un antes y un después en la historia de Villa Ramallo. Aquel día de 1999 rompió la calma del pueblo por un tiempo y, aunque hoy en día esa tranquilidad se recuperó, hay algo que ya no es igual: la constante tensión de que algo puede pasar. Con su escritura amena, sus descripciones precisas y un claro sentimiento de arraigo por el pueblo en donde nació y del que decidió irse, Ezequiel nos presenta una novela atrapante, liviana pero que pisa fuerte e invita a conocer Buenos Aires por lejos de sus territorios comunes.

Sobre el autor

Ezequiel Pérez (Argentina, 1987) Ezequiel Pérez nació en Villa Ramallo, Buenos Aires, en 1987. Es autor de Hay que llegar a las casas (Libros de Unahur, 2021), Premio Especial del Concurso de Letras del Fondo Nacional de las Artes 2020 y finalista del Premio Medifé/Filba 2022, y Mandarino (Eterna Cadencia, 2023).