¿Tendencia, fenómeno, moda? ¿Qué dice la indagación de lo natural sobre lo social? Para Mónica Müller la búsqueda "tiene una razón más profunda y compleja que las modas" y es "probable que surja como reacción ante el avance imparable de las industrias que van concentrando poder y apropiándose de lo poco genuino que nos queda", plantea la médica.
Si la alimentación es un signo de lo cultural ¿qué nos dice este fenómeno de lo natural sobre lo social? "La realidad -responde Müller- es que toda sustancia comestible que sale de la industria, todo alimento que tiene una marca, contiene sodio, edulcorantes, saborizantes, colorantes, estabilizantes y conservantes. La industria nos dice y les dice a nuestros hijos que ese postrecito es natural porque contiene leche, que esos cereales son naturales porque antes de ser procesados fueron semillas, o que ese juguito es natural porque contiene una proporción ínfima de jugo de fruta verdadero".
Y explica: "Hace años que la agroindustria nos va metiendo de a poquito en el plato vegetales transgénicos como la soja y el maíz, cultivos que están avanzando sobre casi toda la tierra cultivable del planeta. Existe un nuevo tipo de trigo genéticamente modificado para ser resistente a la sequía, que ya forma parte de nuestra dieta sin que nadie lo haya anunciado", argumenta.
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"La industria de la avicultura también nos acostumbró a la manipulación genética con los pollos doble pechuga, que poco tienen que ver con el animal verdadero. La industria farmacéutica no sólo nos atosiga diariamente con spots comerciales de medicamentos para reprimir cualquier síntoma, sino que en concubinato con la industria alimentaria, nos aconseja que tomemos cierta marca de agua mineral, determinada marca de leche, un nuevo tipo de yogurt, siempre pensando en nuestra salud y nuestro bienestar", agrega.
En este sentido, considera, que "no es raro que reaccionemos buscando algo natural si nos están vendiendo artificialidad por todos lados. El problema es que la búsqueda de lo natural se hace a través del máximo proceso de desnaturalización, que es Internet. Y allí, donde se formatea el sentido común, se filtra la misma industria con disfraces diferentes".
¿Cómo escapar del artificio de lo falsamente natural? Para Müller la respuesta es clarita, como en su libro: "Comiendo sólo lo que no tiene marcas, es decir, lo que no pasó por la industria. Carne, pescado, huevos, frutas, verduras, legumbres, cereales y semillas, todo fresco o a granel. Si no viene envasado, hay bastantes garantías de que no tiene agregados antinaturales".
Con información de Télam