"Marta Minujín en Nueva York", libro que recorre la producción que en 1965 inició la reina argentina del pop art en Nueva York, llega como anticipo de las celebraciones que viene preparando para el año entrante, cuando cumpla 80 años: una muestra en el Museo Judío, justamente en esa ciudad estadounidense, otra en la Pinacoteca de San Pablo, otra que itinerará por Europa y que incluye "La Menesunda", y la intervención "Casamiento con la eternidad", en el Malba, el 30 de enero, el mismo día de cumpleaños.
La publicación del sello Axp y la fundación Leo Werthein llega con Minujín (Buenos Aires, 1943) en la cima de su carrera internacional y en medio de un incesante trabajo de cara a 2023. Llega además continuando la saga iniciada con "Tres inviernos en París. Diarios íntimos (1961-1964)".
Si aquella edición de Penguin contaba los inicios de la artista contemporánea argentina más reconocida del mundo, justo después de que falsificara su fecha de nacimiento para casarse y probar suerte en París, de 1961 a 1963; el nuevo toma el periodo extranjero inmediatamente posterior, cuando después de volver a Buenos Aires comienzan sus exhibiciones neoyorquinas, en 1965.
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El periodo desarrollado en estas páginas empieza con Minujín de 22 años, cuando el mítico galerista del pop, Leo Castelli, gestiona la exhibición de "El Batacazo" en la Galería Bianchini y termina en 2021, con la compra del "Minucode" para la colección del Museo de Arte Moderno (MoMA), una proyección sobre los códigos sociales del arte, los negocios, la moda y la política de su tiempo, resultado de la filmación, durante cuatro noches, de cuatro cocteles con personas ligadas a esas actividades que participaron a través de anuncios en los medios.
El libro evidencia el sentido colectivo de las acciones de Minujín y su forma de comunicación lúdica y socializante, a partir de fotografías que muestran a Minujín pagándole la deuda externa argentina con choclos a Andy Warhol, en los 70, y textos que incluyen una crítica de Aimé Iglesias Lukin, de Americas Society, y una entrevista de Inés Katzenstein, del Instituto de Investigación Patricia Phelps de Cisneros del MoMA junto a Ana Janevski, encargada de Arte Performático en ese museo.
Ese arte del pasado que hablaba de cosas del futuro seguirá hablando del futuro en las próximas muestras que la artista, ya cumplidos sus 80 años, hará el año próximo por el mundo con obra que viajará desde su taller del barrio porteño de San Cristóbal.
El recorrido empezará el 30 de enero en el Malba con la intervención un "Casamiento con la eternidad", una acción similar al "Casamiento con el arte" que organizó en 2013 cuando cumplía 70, solo que ahora el flúo suplantará el blanco níveo de la experiencia anterior, la torta será de caviar negro y el champagne será negro también.
A esto se suma una antología curada por Darsie Alexander en el Museo Judío de Nueva York que incluirá el cubo inmersivo que presentó el año pasado 2021 la porteña Fundación Santander y podrá verse hasta enero de 2024, para pasar entonces al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, acompañada por otro libro sobre su carrera.
Será la primera vez que Minujín realice una exposición individual en Nueva York, aunque también desde el año pasado su "Minucode" (1968), tiene sala propia en MoMA de esa ciudad; donde desde marzo se podrá ver también su obra "Simultaneidad en Simultaneidad", de 1966, como parte de la exposición colectiva "Señales: video y democracia electrónica".
Su "Menesunda recargada", montada en 2019 en el New Museum de Nueva York recreando la ambientación psicodélica que hizo en 1965 en el Instituto Torcuato Di Tella, abrirá la gira europea de una exhibición de ambientadoras de vanguardia como Yayoi Kusama. El periplo empezará por el museo Haus der Kunst de Munich (Alemania), seguirá en 2024 en la Copenhagen Contemporary de Dinamarca y luego irá a la la Tate Liverpool de Inglaterra.
Por otro lado, en simultáneo a la Bienal de Sao Paulo, la Pinacoteca de esa ciudad expondrá telas en gran formato pintadas en pandemia, el nido de hornero gigante que mostró en el CCK, la escultura inflable del Lollapalooza y una réplica del cubo inmersivo.
Y participará con dos piezas que hizo cuando iniciaba la carrera junto a su amigo Alberto Greco en una muestra itinerante de artistas mujeres de todo el mundo cocurada por Agustín Pérez-Rubio que comenzará en febrero en la galería Whitechapel de Londres.
Lo que resta por confirmar para un 2023 que según las proyecciones será puro movimiento es la concreción de una "Torre de Pisa" inclinada hecha de botellas de agua que la gente podrá llevarse, a instalarse en la explanada de Fundación Proa, frente al Riachuelo porteño.
Con información de Télam