Librerías en museos: se renueva la apuesta por hacerle lugar a lo editorial en el mundo del arte

01 de abril, 2023 | 15.03

(Por Ana Clara Pérez Cotten). Con proyectos disímiles, esquemas de financiamiento variados y catálogos en los que pesa la curaduría, diversos museos y espacios artísticos inauguraron librerías dentro de sus instalaciones, en una apuesta al diálogo entre el arte y el mundo editorial que también busca completar y acompañar la experiencia de la visita.

Mientras la librería Céspedes Libros de Colegiales abrió una sucursal en el Centro Cultural Recoleta (CCR) y la editorial Eudeba inauguró otra en el Centro Cultural Kirchner (CCK), la Fundación Larivière dedica un espacio a los libros de arte y fotografía en pleno Distrito de las Artes en el barrio de La Boca.

Céspedes, aquella librería que nació en un local rosa y pequeño sobre la misma calle de Colegiales y que después se mudó a un espacio más amplio al 800 de la Avenida Álvarez Thomas, abrió hace una semana su primera sucursal en el interior del Centro Cultural Recoleta.

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"Fue casi un acto de arrojo y también tiene que ver con cierta búsqueda. Yo soy bastante curiosa y cuando me enteré, a través del Sistema Compras Públicas de la Ciudad, que se había abierto una llamado a licitación para instalar una librería en el Recoleta, me puse a investigar de qué se trataba, cuáles eran los requisitos, cuán posible era que participáramos. Cuando me decidí a probar, no tenía idea en lo que me estaba metiendo", cuenta la escritora y librera Cecilia Fanti, alma mater de Céspedes.

Advierte, en diálogo con Télam, que las librerías, como todo comercio pequeño, tienen una estructura de funcionamiento mínimo que vuelve complejas a estas instancias legales: "Somos vendedores, personal de limpieza, administrativos y gerente de recursos humanos. Y esto supuso para mí un desafío muy grande -que resultó en un aprendizaje enorme- porque hubo que sumar al equipo gente de distintas áreas para armar el proyecto y la infinidad de documentación que nos solicitaban. Por un lado el arquitecto, por el otro un financiero, por el otro el contador. Todos trabajaron durante meses conmigo. Tuvimos que reflexionar sobre la práctica, sobre aristas que antes nunca había mirado tan de cerca, como flujos de liquidez, rentabilidad, acidez, proyecciones. Y fue increíble porque se abrió el juego al trabajar con personas de distintas áreas que me mostraron elementos y que me hicieron preguntas sobre mi práctica y mi negocio que yo jamás había pensado".

Después de tres meses de trabajo de escritorio y relevamiento, la librería pudo presentar el proyecto a concurso: la idea era, como se estila en el mundo de la moda, presentar una "cápsula" de Céspedes Libros.

"Se trata de una librería con una propuesta de curaduría literaria similar. Y también buscamos apuntar a un público interesado en libros de arte y de artista, además del público joven -entre los 13 y hasta los 25 aproximadamente- que visita el CCR a diario y usa sus espacios de estudio o de lugar baile. Nos enfrentamos al desafío de tener que adoptar nuestra propuesta a un espacio cuyas características son bien distintas porque es un lugar también de paso y de paseo, donde no necesariamente van a buscar un libro o una recomendación", cuenta Fanti sobre cómo repensaron la librería.

Se muestra optimista sobre cómo será el proceso que se abre: "Creo que eso lo iremos aprendiendo en la medida en la que habitemos más el espacio y descubramos las estrategias para seguir ejerciendo nuestro oficio para seguir compartiendo nuestros libros, nuestra experiencia y el catálogo".

La librera siente que "está mirando el abismo porque es todo nuevo y repleto de responsabilidades" y también repara en la posibilidad de expansión que se abre al llegar a una institución de trayectoria sólida: "Fue muy emocionante recibir la notificación de que nuestra oferta había ganado; especialmente porque este tipo de procesos tiende a dejar afuera a los pequeños, principalmente porque los requisitos, que suponen entre otras cosas inversiones y disponibilidad muy grandes, exceden las posibilidades de nuestras estructuras prácticamente inexistentes. Ahora nos toca conocer el barrio, escuchar y conocer a este nuevo público, para nutrir a Céspedes con esta nueva mirada".

Pero además, Fanti repara en que la apertura de una librería es también un hito para contribuir al engranaje -complejo, en crisis- del mercado editorial: "A mí me gusta trabajar y creo en lo que hacemos en Céspedes, como parte de una cadena de valor de una industria que es enorme en su calidad, valor simbólico y humano".

Para fomentar el hábito de la lectura, con un catálogo que hace dialogar clásicos de la literatura y novedades editoriales, el Centro Cultural Kirchner -en articulación con la Editorial Universitaria de Buenos Aires (Eudeba)- abrió una librería en la planta baja del edificio que puede visitarse de miércoles a sábados de 14 a 20 horas.

El espacio, financiado por el ministerio de Educación, el de Cultura y Eudeba, tiene más de 200 metros lineales de estanterías, espacio para libros infantiles, un lugar para degustar un café y otro para que los lectores puedan relajarse mientras conocen el catálogo.

El subsecretario de Gestión de Espacios y Proyectos Especiales del Ministerio de Cultura, Martín Bonavetti, cuenta, en diálogo con Télam, que la idea original surgió apenas asumió la gestión pero que se interrumpió por la pandemia.

"Nos parecía importante no solo por lo que representa una librería, sino porque es un paso más para recuperar la idea del Centro Cultural, y trascender así la actividad que ofrecemos en las salas y el auditorio", explica y advierte que igual, hasta el momento, había un interés genuino por el mundo del libro estuviera representado.

"En cada uno de los festivales que desarrollamos, hubo activaciones con ferias del libro, como la feminista o ambientalista. Y también hubo mesas de libros en las presentaciones y charlas. Así, fuimos construyendo un vínculo con el mercado editorial y generamos una comunidad con personas que cuando venían al CCK sabían que podían sumergirse también en el mundo del libro", repasa.

¿Por qué eligieron a Eudeba para el espacio? "Tenemos una relación con la editorial y nos pareció que era el compañero ideal para desarrollar el proyecto. Eudeba no solamente hará la promoción de su propuesta editorial sino que también va a trabajar con la Cámara del Libro para que haya otros catálogos y que el sector independiente esté bien representado", explica Bonavetti sobre cómo se armará el catálogo en el que trabajará una Mesa Editorial.

En noviembre, la Fundación Larivière inauguró un espacio a los libros de arte y fotografía que no deja de crecer en pleno Distrito de las Artes del barrio de La Boca.

"La librería surgió cuando nuestra editorial cumplió 30 años y coincidió con la creación de la Fundación. El edificio está planteado para que la librería sea el acceso a la sala. Jean-Louis Larivière creó la editorial en 1992 y de a poco construyó una trayectoria en libros de arte y que dan visibilidad al patrimonio cultural y natural de la Argentina", cuenta Gaspar Carvajal, coordinador general de la Fundación Larivière.

La selección del catálogo está a cargo de Jean-Louis Larivière y de la directora de la editorial y de la fundación, Clarisa Rueda. El enfoque del espacio apunta a libros de autor de Fotografía y, especialmente, de Fotografía Latinoamericana. Mientras en la sala se muestra obra de la colección de la Fundación, en la librería se puede acceder al catálogo de la editorial y una selección de fotografía latinoamericana.

"Esto permite favorecer la circulación de bibliografía especializada entre los países de América Latina porque a veces es más ágil la circulación Norte-Sur que entre los países de América Latina. Queremos que sea de referencia para todos los interesados en fotografía", explica.

Con información de Télam