Una selección de los intercambios de cartas entre Glantz y Kamenszain

27 de julio, 2023 | 15.17

La escritora y periodista mexicana Margo Glantz y las cinco autoras que trabajaron en el archivo de la poeta, docente y escritora Tamara Kamenszain, de la que mañana se cumplen dos años de su muerte, eligen qué carta les quedó resonando de todas las que componen "Ya te llegará. Correspondencia 1984-1997".

"Todas las cartas me parecen interesantes, son espontáneas, a veces chismosas, aluden a lo cotidiano y a lo personal, pero van más allá: en los intersticios reflejan una época particular de la historia de ambos países y a la vez pueden ser también leves ejemplos de crítica literaria", responde Glantz.

En tanto, Malena Rey dice que le gusta mucho la carta que Tamara le envía a Margo en octubre de 1985, luego del terremoto fatal que hubo en Ciudad de México: "Ahí cuenta cuán lejos y cuán cerca se siente de todo lo que estaba pasando en México y cuánto le importa saber que su amiga está bien. También me encanta una carta larga de Margo que escribe en septiembre de 1990 luego de haber estado varias semanas en Buenos Aires haciendo un racconto de lo bien que la pasó aquí y comentando lecturas de Borges y Josefina Ludmer", repasa.

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Leonora Djament no tiene una carta preferida y destaca que la conmueve el conjunto de la correspondencia. "O mejor dicho, una frase de acá y otra de allá. 'Marguito querida' es un comienzo de carta que no puedo quitármelo de la cabeza. La mención al juicio a las Juntas que hace Tamara, siendo consciente del momento histórico que está viviendo, es tremendamente emocionante. También las menciones a las dificultades de ser madre, mujer que escribe y trabaja, esposa, todo al mismo tiempo y en países con crisis cíclicas. Tanto Margo como Tamara tienen una pluma afilada que destila lucidez, poeticidad, así que sus cartas son pura potencia, pura risa, puro rearmarse para seguir", aclara.

La dramaturga, docente y escritora Cynthia Edul coincide con Djament y dice que la conmueve "toda la correspondencia", pero destaca un texto: "Cuando Margo está deprimida porque no escribe por su trabajo en Londres y termina concluyendo 'Ya vendrá el día en que la escritura que en fin es tan sagrada recobre su sitio en el árbol de la vida', me lo guardo como consigna para siempre".

Florencia Garramuño recuerda muchas de estas cartas pero dice que sobre todo le gusta "una en la que Tamara le cuenta a Margo que se compró unas botas muy puntudas 'que te gustarían', que está la moda de vestirse a la George Sand y que están muy fálicas". La investigadora dice le gusta "esa mezcla de literatura, moda y feminismo, una típica conversación de mujeres que salta de una cosa a la otra y condensa tantos registros diferentes".

Rey hace hincapié en los artilugios que tenían que sortear "para intentar verse por distintas ciudades del mundo en una época en la que viajar implicaba burocracias varias" y subraya que en las cartas no solo se puede leer "el cariño o la lectura atenta que una hace de los libros que le manda la otra, sino también la complicidad que van desplegando para reencontrarse. Tamara vuelve a México después del exilio invitada por Margo a dar un curso; Margo le da instrucciones precisas a Tamara para que consiga avales y que la inviten a Buenos Aires; juntas asisten a un congreso sobre escritura y judaísmo".

"Son muy atentas y solidarias entre ellas y a veces bastante despiadadas cuando hablan u opinan de otros. Aunque los tiempos hayan cambiado y ahora exista internet para simplificar algunas cosas, creo que las mujeres seguimos siendo solidarias y cómplices cuando encontramos reciprocidad y entusiasmo en una relación de amistad que se afianza en el tiempo. Margo y Tamara siguieron siendo amigas hasta que Tamara murió. De hecho Kamenszain viajó especialmente a México para el festejo de los 90 años de Margo, y a ella le dedicó su último libro 'Chicas en tiempos suspendidos'. 'Ya te llegará' es solo una pequeña muestra que ahora se vuelve pública de una relación de amistad a distancia que tomó muchísimas formas y que es irreductible, por suerte", destaca.

Con información de Télam