Las cartas entre dos autoras y la defensa de la escritura a pesar de costos y desafíos

27 de julio, 2023 | 15.15

En el prólogo del libro "Ya te llegará", Florencia Garramuño, Cynthia Edul, Leonora Djament, Mercedes Halfon y Malena Rey destacan que las cartas muestran a dos mujeres defendiendo la escritura como trabajo y en diálogo con Télam analizan qué se modificó ese aspecto en estos años.

"Tanto para Margo como para Tamara la vida y la literatura están completamente imbricadas, y eso en las cartas se constata una y otra vez. Antes, como ahora, era difícil vivir solo de la escritura, y para eso tenían que ser creativas y encontrar la forma de trabajar de algo que no las distanciara demasiado de sus intereses literarios", reflexiona Rey.

Para Garramuño, "algo se modificó, pero no tanto. Se modificó en un sentido más general, hay un respeto mayor por el trabajo literario, por la escritura como trabajo. Pero Tamara y Margo luchan para poder escribir en medio de sus tareas como madres, ese trabajo doméstico que aún recae en gran parte sobre las mujeres. Muchas mujeres escritoras todavía tienen que luchar para encontrar tiempo para el trabajo literario en medio de ese otro trabajo doméstico y maternal".

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"Hay muchísima atención puesta en este momento a la escritura hecha por mujeres, ahora que esto se haya convertido en un trabajo es una cuestión mucho más compleja de afirmar. Vivir de la literatura es muy difícil, siempre lo fue, pero creo que ahora es incluso peor, la precarización no retrocede, sino que avanza", analiza Halfon.

Para la escritora y también periodista, "en algún momento el periodismo, la docencia, el trabajo en instituciones, estaba mejor pago que ahora".

"Me gusta de las cartas de Tamara y Margo que se las ve muy concentradas en sus obras, a la vez que criando a sus hijos y pensando en la subsistencia económica, no hay una cosa que esté por encima de la otra, está todo superpuesto, en vinculación constante. La vida y la literatura no están separadas para ellas. Y esto no es una gestualidad. Al ser mujeres para quien la carga de la familia y la organización de una casa es más pesada, esto se ve con mucha más claridad", resalta Halfon.

Edul asevera: "Definitivamente fueron pioneras, abrieron caminos y no solo eso, crearon un campo. Y al leer las cartas eso lo confirmo".

La autora de "La tierra empezaba a arder" considera que "hay cambios, hay más diversidad, hay más voces, las mujeres se abrieron camino, ocupan espacios, se publican mucho más, hay mucha más edición, y mucho se lo debemos a ellas. Pero también falta mucho por construir, mucho por desmontar, mucho por afianzar".

"Vamos, pero falta, diría. Tamara siempre me inculcó que trabajara mucho y no solo eso, me decía, toda mi obra la hice trabajando siempre sin parar. Fui testigo de eso y creo que el que ella haya podido abrir camino para muchas otras, entre ellas yo, fue a costa de ese mismo trabajo. En eso, definitivamente hay una práctica de escritura", sostiene.

Djament afirma que "hay dos situaciones superpuestas: concebir la escritura como un trabajo (y no como un mero pasatiempo, un hobby que se hace en los mínimos ratos libres que da el trabajo del que se vive), pero también la situación de que las mujeres que escriben son quienes además históricamente se ocupan de las tareas de cuidado". La editora de Eterna Cadencia duda a la hora de asegurar si la situación se modificó desde entonces, "pero por lo menos se visibilizaron ambas problemáticas en parte gracias a las reflexiones de escritas como Margo y Tamara", resume.

Protagonista de este intercambio, Glantz considera que "varios de los obstáculos mencionados en las cartas siguen siendo vigentes para las mujeres, para las que quieren escribir en este caso específico y, en general, para quienes no quieren ser solamente madres y esposas: se dice y parecería cierto, que faltan doscientos años para que la paridad verdadera exista. Esperemos que no sea así".

"Con todo, la enorme y cada vez más grande presencia femenina en la escritura y difusión de sus escritos es un hecho incontrolable y definitivo en todos los países: Argentina y México serían ejemplos contundentes, pero también Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, etc", finaliza.

Con información de Télam

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