El mejorismo, ese impulso por “salir a pelearla” que muchas veces es incomprendido

03 de junio, 2022 | 15.25

"En la pandemia se agudizó porque mucha gente entendió que tenía que hacer algo por salvarse a sí mismo, a pesar de que combatir a la pandemia es un esfuerzo colectivo. Entonces, eso es como un progresismo inmanente a las prácticas, que yo lo llamo ´mejorismo´", explica Semán sobre las dinámicas que se dieron en las clases populares durante la pandemia y que, a veces, resultan opacas para la compresión.

- Télam: En uno de los textos sostenés que "el mejorismo es previo al adoctrinamiento liberal". ¿Cómo dialogó esto con la pandemia? ¿Cómo se pueden pensar estas identidades de cara al futuro?

- P.S.: Es importante lo que me preguntás de lo que llamamos en el libro “mejorismo”. Porque en los jóvenes específicamente -pero también en mucha gente que no es joven y en situaciones de escasez y de necesidad, o en situaciones de relativa conformidad económica- hay esfuerzos por mejorar sus ingresos, por mejorar sus posibilidades. En el mundo popular, desde hace muchísimos años, hay una categoría de uso cotidiano que es “no ser un quedado” que apunta a esto: a ponerse las pilas, a salir a pelear las cosas de la vida. Y esto en la pandemia se agudizó porque mucha gente entendió que tenía que hacer algo por salvarse a sí mismo, a pesar de que combatir a la pandemia es un esfuerzo colectivo. Entonces, eso es como un progresismo inmanente a las prácticas, que yo lo llamo “mejorismo”, porque no está vinculado a ciertos contenidos culturales, pero que tiene que ver con una ambición, un empeño y con una demanda de que ese empeño sea reconocido como un valor. Y, también, que sea reconocido materialmente. Los discursos nacional-populares muchas veces no registran esto y lo descalifican como individualista y, otras veces, directamente no saben que eso está presente. Entonces, entre la descalificación y la ignorancia de esos discursos, finalmente esas posiciones se encuentran más reconocidas indirectamente por las orientaciones más liberales y por eso puede haber, no necesariamente tiene que haber, una conexión entre esta experiencia mejorista desconocida y ciertos discursos liberales. Todo esto resulta de una situación más general, que es que, para la mayoría de las personas, pero sobre todo para los jóvenes, el Estado, que es un productor de bienes relativamente importantes para la experiencia y para la vida de esas personas, no es el único recurso que esas personas tienen para mejorar su vida. Y cada vez menos cosas de las que los sujetos quieren y necesitan las cubre el Estado. Entonces, en esa zona de no cobertura estatal, aparece la necesidad del empeño individual y muchos discursos nacional- populares no contemplan ese fenómeno sociológicamente objetivo.

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Con información de Télam