La diversidad es una de las tareas pendientes de Hollywood y la falta de ella incluso provocó un ataque de ansiedad a Andie MacDowell. La actriz reveló en una entrevista que pasó un mal momento al descubrir que era la única mujer en el rodaje de una de sus películas en 2016.
"Tuve una experiencia muy loca, justo después de que Donald Trump fuera elegido. Estaba realmente perturbada de que nadie pareciera preocuparse por el comentario de la vagina. Me había puesto muy triste", declaró a Marie Claire, en referencia al comentario del expresidente, que afirmó que "cuando eres una estrella, las mujeres te dejan hacer cualquier cosa. Puedes agarrarlas por la vagina".
"Fui a hacer un trabajo y tuve mi primer ataque de pánico. Yo estaba a punto de rodar algo, y me giro y veo una habitación llena de hombres. Un mar de hombres. Era algo personal para mí. Y yo me caí de rodillas. Salí de la habitación y entré en un cuarto de baño falso del set, me miré en el espejo y dije: 'Tienes que recomponerte'. Simplemente me asusté al no ver a ninguna otra mujer. No es que tenga nada en contra de los hombres. Simplemente no me gusta que haya grandes grupos de hombres. Desde entonces, me he vuelto muy consciente de mirar alrededor y encontrar mujeres en el set por comodidad", explicó.
La intérprete no mencionó en qué película estaba trabajando cuando tuvo lugar el incidente, pero en 2017 lanzó tres cintas: Love after love, Herencia navideña y Héroes en el infierno. Pese a lo ocurrido, la intérprete celebró que, poco a poco, la situación está cambiando en la industria. "Después del #MeToo se notó una gran diferencia en los sets. Hay más mujeres", recalcó.
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La protagonista es Margaret Qualley, quien se pone en la piel de Alex y muestra a la perfección los obstáculos que se le suelen presentar a las mujeres que están en riesgo. Sin independencia económica, apoyo de su entorno y habiendo dejado atrás sus aspiraciones de convertirse en escritora, se ve obligada a abandonar junto a Maddy, su hija de 3 años, el hogar que comparte con Sean (Nick Robinson) ante reiteradas discusiones violentas.
No solo tendrá que aprender a reconocer que hay muchos tipos de violencia más allá de lo físico, sino que también se enfrentará a la burocracia del Estado a la hora de buscar ayuda y a que algunos quieran sacar provecho de su situación de vulnerabilidad absoluta. Así es como comienza a trabajar de mucama por un mísero sueldo que apenas le alcanza para comer. Para colmo, la relación con Paula (Andie MacDowell), su madre, tampoco ayuda, ya que sus problemas psicológicos hacen que no pueda ponerse en el lugar de Alex. Pero más allá de las adversidades, la joven de 25 años se va abriendo camino en busca de su felicidad y el bienestar de su hija.