Ocho meses después del accidente cardiovascular que lo dejó postrado, el escritor británico-paquistaní Hanif Kureishi pudo volver por unas horas a su hogar en Londres para estar acompañado por sus familiares, confiado en que en pocos meses más podrá volver definitivamente para continuar con su recuperación allí.
Mi familia y yo hemos estado planeando un breve viaje a casa este fin de semana, contó Kureishi en el diario on line que publica desde que tuvo el accidente y que ya tiene más de 16 mil seguidores en todo el mundo. Notablemente emocionado por el regreso a su hogar, el autor no duda en abordar lo complejo del proceso de recuperación. El mes pasado fue muy abierto sobre su estado de ánimo: Estoy tan deprimido y enfermo, mi libido ha muerto.
En la última entrada al diario -titulada Una vuelta a casa e ilustrada con una foto de la visita junto a su hijo Carlo y su perro labrador, Cairo- cuenta en qué medida ha perdido decisión sobre su propia vida: La enfermera clínica insiste en que un fisioterapeuta visite mi casa antes que yo, para garantizar que el lugar es seguro para mí y mi silla de ruedas. Me pregunto si realmente tiene derecho a decirme a dónde puedo y no puedo ir, después de todo no estoy en prisión, no me han secuestrado. A la mañana siguiente estoy en mi silla de ruedas e Isabella me empuja fuera del hospital y cruza la calle hasta la parada de autobús.
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"No podré quedarme mucho tiempo antes de tener que volver a la cama en el hospital. Me alegro de que Isabella haya estado viviendo aquí, aunque ha permitido que el jardín crezca demasiado. En otra vida estaría por ahí con un machete, pero a ella le encanta así, donde entretiene zorros, pájaros y ardillas, cuenta e imagina, aún sin perder cierto registro sombrío, cómo será el regreso definitivo: ¿Qué ajustes habrá que hacer en la casa para que vuelva a ser habitable para mí?.
El autor de novelas como "Intimidad" y el "Buda de los suburbios" -quien supo llevar a la ficción la identidad de una generación marcada por la liberación sexual, el uso de las drogas, el despertar político, el multiculturalismo y el compromiso político en los 60 y los 70- resiste desde su diario, un gesto de resistencia que le permite pasar los días en contacto con su oficio.
Tras el accidente a finales de diciembre de 2021, pasó los primeros días de internación en el Hospital Agostino Gemelli de Roma. Su hijo explicó que después lo trasladaron a la unidad de parálisis de la Fondazione Santa Lucia, en las afueras de la ciudad, cerca de Appia Antic.
La ansiedad que le genera la internación también deja rastro en sus textos: "Inmediatamente me siento deprimido. Estoy desesperado, no quiero estar aquí, quiero irme a casa, prefiero morir ahora. Ya he tenido suficiente de esta mierda. Siento que me faltan fuerzas para enfrentarme a esto. Realmente no quiero vivir así. Es una mierda y estoy cansado de pedirle a Isabella que haga tanto por mí."
En los días de avances, pero también en las jornadas más arduas, el autor repite -ya como un sello- la fórmula de su despedida: "Hasta mañana, queridos amigos, en estos tiempos de mierda, vuestro escritor Hanif, y un beso".
Kureishi nació en 1954, hijo de padre paquistaní y madre inglesa, estudió Filosofía en el King's College de Londres y sus novelas, guiones y ensayos están marcados por reflexiones alrededor del sexo, el rock, la paternidad y el deseo.
En los últimos tiempos, varias de sus intervenciones públicas giraron alrededor de cómo envejecer, la enfermedad y la muerte.
En mayo de 2022, durante una entrevista concedida al diario chileno La Tercera, a propósito de la publicación por primera vez en castellano de su libro de ensayos "Amor + Odio" (Anagrama), contó: "De verdad disfruto hacerme mayor. Estoy cerca de los 70 años, varios amigos han muerto y estoy empezando a sentirme más endeble y más cansado. Y además tuve Covid. Pero debo decir que es hermoso envejecer, porque hay mucha menos presión sobre ti para tener éxito, para trabajar".
En aquella oportunidad, también relató los detalles sobre cómo le costó recuperarse del Covid: "Me tocó fuerte. Me sentí realmente una mierda, estaba cansado todo el tiempo. Pensé que era la vejez, pero ya me siento con más energía y estoy volviendo a trabajar. Estoy reescribiendo un guión en el que trabajo con uno de mis hijos desde hace cuatro años".
Con información de Télam