Un debate para pensar si los clásicos de la literatura latinoamericana pueden convertirse en series

18 de noviembre, 2021 | 19.56

(Por Ana Clara Pérez Cotten). En el marco de la novena edición del Festival Gabo, Rodrigo García Barcha, cineasta y guionista e hijo de Gabriel García Márquez, dialogó con Ezequiel Martínez, flamante director de la Feria del Libro de Buenos Aires e hijo de Tomás Eloy Martínez, sobre el próximo estreno de las series "Santa Evita", en Star+, y "Noticias de un secuestro", en Amazon Prime, basadas en respectivos libros, y juntos abordaron la posibilidad de que coincidan la literatura y el lenguaje audiovisual y sobre cómo trabajar las adaptaciones para respetar la esencia de un texto pero sin renunciar al entretenimiento.

La escritora Margarita García Robayo, moderadora de la charla que tuvo lugar por videoconferencia, se refirió a "Santa Evita", de Tomás Eloy Martínez, y a "Noticias de un secuestro", de Gabriel García Márquez, como "dos novelas inmensas que llegarán a la pantalla" y, si bien planteó que las adaptaciones son productos culturales ya probados, no le quedaba muy en claro cuál era el diferencial de una serie para la industria cultural. García Barcha -director de películas como "10 pequeñas historias de amor" o "Nueve vidas" y máximo responsable de las adaptaciones de "Santa Evita" y "Noticia de un secuestro"- consideró que el éxito del formato obedece a que hay un espacio vacío de historias dramáticas para adultos.

"El cine ha abandonado este tipo de producción porque el precio de distribuir y promover una película es inmenso. Entonces, los estudios y las plataformas tienden a buscar películas para jóvenes que son los que más van al cine", explicó García Barcha sobre por qué estima que ambas novelas serán exitosas en el formato serie.

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Después, García Robayo recordó sus días como colaboradora de la Fundación Tomás Eloy Martínez cuando junto a Ezequiel Martínez trabajaron en el armado del archivo del escritor. Contó que encontraron muchísimo material y que se reían sobre el nivel de detalle y dedicación con el que investigó el autor de "Santa Evita".

"Creo que tanto para Gabo como para mi padre fue determinante haber trabajado como periodistas. Entendían la importancia del verosímil en una historia", analizó Martínez.

García Robayo consultó a García Barcha sobre cómo es el proceso de adaptación de una novela al cine. "Todo es representación", advirtió con determinación el director de cine, "incluso la decisión de Gabo de contarlo con un detalle periodístico o la decisión de Tomás Eloy Martínez de escribir ´Santa Evita´ con un formato que alimenta el mito: él sabía que la ficción y la realidad se mezclaban y retroalimentaban".

Después, aseguró que el caso de las dos ficciones le interesó mantener un ADN y explicó cómo trabajaron para conseguirlo en las dos historias: "Quisimos que `Noticias de un secuestro´ fuera muy real, que cuando alguien muriera eso tuviera un peso para evitar una serie de asesinatos a granel. Y para eso, hubo que hacer un trabajo de adaptar: se sacaron escenas, se cambiaron los órdenes, se combinaron personajes porque, en definitiva, lo importante es expresar el alma del libro. En `Santa Evita´, en cambio, el autor se tomó licencias literarias para reflejar la locura que se desató tras la muerte de Evita y eso nos permitió hacer algunas adaptaciones para estar en línea con esa esencia".

García Barcha recordó que durante el proceso de filmación de "Santa Evita" viajó a Buenos Aires y, minutos después de aterrizar en Ezeiza, se topó con carteles y pintadas de Eva Perón y que recién entonces tomó dimensión de la actualidad de aquello que iba a representar en el formato serie.

Después, la escritora consultó a Martínez sobre cómo creería que el público argentino interpretaría la serie: "Es ficción. En 'La novela de Perón' mi padre estuvo muy atento a que figurara la palabra `novela´. En `Santa Evita´ esto no pasa pero, a pesar de que hay mucha investigación y archivo, hay muchos elementos inventados que se camuflan con la historia real". Y estimó que, a pesar de que aún no ha visto los capítulos, la serie hará uso de esa libertad a la hora de inventar para adaptar la novela al lenguaje cinematográfico.

En ese momento, irrumpió García Barcha con un comentario sobre cómo en Latinoamérica la realidad y la ficción mantienen un diálogo tan fluido que a veces pareciera borrar los límites: "Es increíble. En nuestros países hay una inmensidad de cosas que nunca se llegan a saber cómo han sucedido en realidad. Y, lejos de ser un vacío, eso es un caldo de cultivo increíble para todo tipo de creación. Martínez se sintió interpelado por esa línea de razonamiento: "Sí, totalmente de acuerdo. Mi padre solía referirse a los agujeros negros, a todo lo que escondían y que podían ser un gran lugar para anclar la ficción".

García Robayo consultó al director sobre cómo pensaba afrontar la opinión de los espectadores de "Santa Evita", dado que tratará sobre el gran mito de la cultura política argentina. "Tengo en claro que algunos amarán la serie, otros la odiarán y algunos me buscarán para matarme. La esencia es la pasión de Evita y eso estará presente. Y bueno, hacer algo con convicción siempre implica que alguien se va a enojar", confesó.

Después, aclaró que el lenguaje audiovisual y la literatura son experiencias muy distintas y que es complejo asimilarlas, que lo mejor es que cada una corra por su canal y tender puentes: "El mundo audiovisual es super concreto y el reto es ponerle magia, una energía que trascienda a las imágenes que son despiadadamente concretos. Y en un libro, en cambio, el objetivo es lograr que las palabras hagan imágenes".

Martínez, por su parte, aclaró que es inútil comparar un libro y una serie. "Son experiencias que no pueden compararse. Como próximo espectador de la serie sobre el libro de mi padre, me interesa mucho que haya libertad en la traducción", sostuvo.

Para cerrar la charla, la escritora les pidió que eligieran, por gusto y capricho, un libro favorito de cada uno de los autores latinoamericanos. García Barcha eligió "Santa Evita" de Tomás Eloy Martínez y "Cien años de soledad" de García Márquez. Martínez se negó a elegir uno del autor colombiano porque dijo recordar con cariño el exacto momento en el que leyó cada uno e incluso la edición. Al momento de elegir uno de su padre, mencionó "Purgatorio" que, según contó, corrigió junto al autor. "Lo hicimos juntos y eso me ata sentimentalmente a esa obra por siempre", recordó.

Con información de Télam