Memoria colectiva y resistencia en un libro que documenta las secuelas de la crisis de 2001

29 de diciembre, 2021 | 12.44

A 20 años de la crisis económica y social del 2001, del "que se vayan todos" y la represión pero también de las asambleas barriales y del despliegue colectivo en el espacio público, las imágenes continúan su derrotero y testimonio en "2001 Fotografías diciembre 2001 - junio 2002", libro de la fotógrafa y periodista Paloma García, quien desde la urgencia del momento aporta como testigo el documento visual que cimenta la memoria como parte del presente.

Publicado por Grupo Editorial Sur (GES) el volumen recoge las imágenes de la respuesta popular y la documenta con textos que contextualizan e introducen la situación histórica, como el de la socióloga Silvia Pérez Fernández y el propio testimonio de la periodista.

"´Ponete limón en los ojos. Dale, ponete, que hay gases para rato´. Fue lo que me dijo un colega fotógrafo, ese día de diciembre donde el sol del mediodía literalmente rajaba la tierra. La noche anterior había llegado a la misma Plaza de Mayo, caminando junto a vecinos de mi barrio y de otros barrios que llegamos hasta allí impulsados por la fuerza de la indignación", escribe García.

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La publicación de un libro de estas características que toma como punto de partida un material fotográfico guardado durante 20 años surgió "de pensar en lo importante que es construir memoria, y sobre todo una memoria colectiva", indica la fotógrafa y periodista a Télam.

García comenta que fue invitada por el editor de la editorial, Ture Salvador, para montar este trabajo que comenzó hace un año sobre su archivo de fotografía analógica, del que hasta entonces conocía una parte: la que había sido copiada y expuesta durante las manifestaciones y asambleas junto con el "grupo de fotografes" denominado Argentina Arde, en homenaje a otra acción artística y política como fue Tucumán Arde en 1968.

"Nos reunimos como las asambleas y en la urgencia que vivíamos solo logramos copiar lo necesario para las muestras que hacíamos en las paredes del Cabildo o en cada piquete o asamblea que acompañamos", evoca.

"Cuando en la noche del 19 de diciembre de 2001, la gente salió de sus casas, y desafió el Estado de sitio, muchos entendimos que la mejor herramienta que teníamos era nuestra cámara; y que tenía que estar en servicio de lo que en ese momento bautizamos como ´contrainformación´: registrar la revuelta popular pero del lado de las barricadas´", una propuesta fundante como la define, que agrupó a fotógrafos y camarógrafos alrededor del lema "Vos lo viviste, no dejes que te la cuenten", narra en el libro.

Parte de la memoria visual del volumen está en el retrato de leyendas como "Estado de sitio las pelotas" que se lee en una pintada callejera -y recuerda una expresión de la exdiputada del partido Ucedé, Adelina Dalesio de Viola- o "Apagá la T.V. y salí a la calle. Todo el poder a las asambleas"; o "La prensa es burguesa, las paredes son nuestras" sobre el Cabildo y carteles como "Sin justicia no hay futuro, fuera la corte" y "Basta de hambre y represión que se vayan todos y gobiernen los trabajadores".

"Acompañamos durante más de dos años el devenir de lo que fue diciembre del 2001 y registramos el trabajo de las asambleas barriales, las fábricas recuperadas y los piquetes", reflexiona García.

También "están las palabras de familiares y víctimas del 19 y 20 de 2001", para que "pudieran tener lugar a decir qué les pasó todos estos años", por lo cual invitó a María Arena -viuda de Gastón Riva-, a Karina Lamagna -hermana de Diego- y a Martín Galli, que vive con una bala alojada en su cabeza.

"Hace 20 años, el estallido social de gente desmembrada le daba salida a un gobierno incapaz de respetar su mandato. La inoperancia era tan grande que tuvieron que usar el recurso de sacar la policía a la calle. Una policía desbordada, como el mismo gobierno, que solo supo matar para frenar la bronca", escribe Arena.

Fotos de fuerzas de seguridad, policías en motos y operativos, gente en las avenidas, represión en marcha, humo, impactos de bala en una espalda, gases lacrimógenos, fogatas en las calles, un cartel de comida rápida quemándose así como vehículos; motoqueros y gente en bicicleta, personas reunidas en asambleas, marchando, el origen de los cacerolazos, la presencia de Madres de Plaza de Mayo (Nora Cortiñas y Pepa Noia), hasta marchas de empresas recuperadas, son parte del repertorio que ilustra la conmoción social provocada por la crisis neoliberal.

"Ahora que miro, veo" es también uno de los apartados de este libro que propone a la documentación fotográfica como el "personaje" del libro. "Y es allí donde entonces caben las preguntas: ¿Logramos ver lo que somos? ¿Qué nos ha pasado? ¿En qué nos hemos equivocado? ¿O será necesario vivirlo todo de nuevo?", se pregunta y cuestiona García, quien retrató esos "días de furia" con su cámara analógica Canon AE1, un lente fijo de 50 mm, un gran angular y un puñado de rollos en blanco y negro.

"Este trabajo de memoria fue volver a mirar más de 400 fotografías de las que en muchos casos sólo tenía una copia de contacto de los negativos. Fue volver sobre esas imágenes y descubrir que la mirada que tuve en ese momento me sigue representando hoy", explica García.

El libro propone un "un viaje por nuestra historia reciente, construido a partir de la mirada", un "mirarnos sin miedo" basado en un archivo de más de 70 rollos que reconstruye" los días y semanas posteriores que arrojó un balance de "saqueos en 11 provincias, 39 muertos en todo el país, y cientos de heridos" además de "cinco presidentes en 12 días".

La fotógrafa se refiere también al contexto en el que se da el lanzamiento de la obra: "En momentos en que se imprime este libro la Cámara Federal de Casación Penal inicia las audiencias de revisión de condenas a funcionarios y policías, juzgados en 2016, por las muertes ocasionadas durante la represión del 20 de diciembre", concluye García.

Con información de Télam