"Estampas porteñas" se titula la primera muestra retrospectiva del fotógrafo argentino Facundo de Zuviría en España, una muestra que inaugura mañana en Fundación Mapfre y que, en pocos días, coincidirá con la realización de la feria ARCOmadrid.
Con curaduría de Alexis Fabry, la exposición recorre la trayectoria de De Zuviría, quien ha retratado durante los últimos 40 años la ciudad de Buenos Aires, sus escaparates y sus fachadas, sus señales y sus peatones, un "testimonio hermoso y nostálgico del paso del tiempo por una metrópoli y sus habitantes", informó la argentina Galería Vasari.
Una de las primeras decisiones de De Zuviría (1954) como fotógrafo profesional fue la creación de un archivo visual de Buenos Aires; el proyecto no llegó a concretarse pero desde entonces el artista ha fotografiado repetidamente las calles de la ciudad, las fachadas de sus casas, los patios interiores, los escaparates de los comercios y los rótulos algo anticuados.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Con la recuperación de la democracia, el fotógrafo realizó de 1984 a 1989 un relevamiento de todos los barrios porteños a través del Programa Cultural en Barrios del gobierno de la ciudad, una iniciativa que ofrecía desde una carrera de sortijas en la feria de Mataderos hasta un festival de teatro callejero frente al Riachuelo.
De Zuviría debía fotografiar todos los eventos culturales que se organizaban en los barrios, desde un festival de rock en Lugano a las 11 de la noche, a un concurso de tango en Villa Soldati, todas actividades que se realizaban en escuelas, luego de las cinco de la tarde.
En esas caminatas por Buenos Aires, capturó fachadas simples y calles arboladas, pequeños almacenes y cafés, vecinos sentados en las puertas de sus casas, así como conciertos, muestras de arte, teatro e incluso talleres de pintura, peluquería o costura.
Balvanera, Boedo, Chacarita, Floresta, La Boca, Lugano, Parque Chacabuco, Parque Patricios, Parque Saavedra, San Telmo y Villa Soldati eran algunos de los barrios que el artista recorría, a sus 30 años, cámara en mano, listo para dar con el encanto y la peculiaridad de sus calles.
En esos años de 'yirar' por los barrios porteños llegó a realizar cerca de cinco mil tomas, de las cuales 1500 conservó en su archivo personal y otras tres mil (unos cien rollos) fueron donados a la ya desaparecida Fundación Antorchas.
"Mi trabajo era fotografiar todos los eventos culturales que se armaban en los barrios y eso tenía una mística muy especial, todos nos sentíamos parte de algo importante que nos apasionaba. Había una expectativa muy grande por la democracia recuperada, y había también una explosión de manifestaciones de todo lo que había estado prohibido durante la dictadura", recordaba De Zuviría en una entrevista con Télam.
La mirada de este fotógrafo se nutre del Pop Art estadounidense, de las pinturas de Edward Hopper, de la obra del artista argentino Rómulo Macció, pero también se inspira en la literatura, sobre todo en su autor favorito, Jorge Luis Borges.
Sin embargo, la influencia más significativa es la del fotoperiodista estadounidense Walker Evans, quien inspiró su frenético hábito coleccionista y su interés por lo vernáculo.
La estructura de la exposición en Mapfre pretende revelar los dos ejes sobre los que De Zuviría ha procedido a lo largo de su carrera: en primer lugar, la agilidad, inmediatez e incluso luminosidad de sus imágenes de Buenos Aires; y en segundo lugar, la austeridad y la distancia evidentes en las dos series que son objeto de especial atención en la exposición, "Siesta argentina" y "Frontalismo".
En este sentido, la serie "Siesta argentina" -realizada entre 2001 y 2003- es un elocuente registro de los efectos de la crisis económica que afectó a toda la sociedad argentina, que el fotógrafo captura en edificios vacíos, comercios cerrados, escaparates y persianas bajadas, desde un punto de vista frontal y desprovisto de presencia humana.
La muestra abre al público del 11 de febrero al 7 de mayo en Fundación Mapfre, ubicada en Paseo de Recoletos 23, Madrid, España.
Con información de Télam