(Por Emilia Racciatti, enviada especial) A un semana de su arranque y con la participación argentina casi en su etapa concluyente, el Festival Eñe que tiene sede en Madrid y Málaga ya se ha convertido en hito de la agenda cultural 2022 con esta decimocuarta edición que se vio fortalecida por la inclusión de las librerías como sede de las actividades, una elección que Luis Posada, director de la empresa dedicada a eventos culturales que lleva adelante esta iniciativa, pondera como decisiva, a la vez que resalta la gran respuesta del público a las actividades enteramente presenciales después de las imposiciones pandémicas.
Con más de de 150 autores y 80 actividades en Madrid y Málaga, el Eñe continúa hasta el próximo 27 de noviembre su programación, dando continuidad a una edición que tiene a Argentina como país invitado de honor y en la que además, por primera vez, la literatura en dos de las lenguas cooficiales del Estado, el vasco y el catalán, tienen su espacio con programas curados por Bernardo Atxaga y Llucia Ramis, respectivamente.
Luis Posada (Valladolid, 1978) es el responsable de los festivales y exposiciones de La Fábrica, una empresa dedicada a proyectos culturales, y como parte de esa tarea, dirige el Eñe. En diálogo con Télam, destaca la impronta que tiene la actual edición: "Contamos con muy buenos autores, algo que es mérito de la dirección literaria -este año a cargo de la librera Lola Larumbe- pero una vez que se pone en marcha hay un encuentro con los públicos y lo que nos alegra es que los públicos están respondiendo muy bien. Espero que esto siga".
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Si bien el año pasado Eñe tuvo su cronograma con actividades presenciales, las condiciones eran muy distintas, ya que había aforos a respetar y la dinámica también incluía propuestas digitales, que ocupaban la mayoría de la grilla. Este 2022, la pandemia afronta otro momento y desde el viernes pasado los asistentes al festival ocupan las sedes con programa en mano y escucha atenta a las lecturas, charlas e intercambios con autores y autoras como Erri de Luca, Rosa Montero, Alejandro Zambra, Clara Obligado, Nona Fernández y Eduardo Sacheri, entre otros.
En su rol de anfitrión, Posada recorre las salas de la Biblioteca Nacional, la Regional, de Casa de América o del Instituto Cervantes y fruto de ese itinerario justo en la mitad del festival que se traslada desde el miércoles a Málaga, celebra la alta concurrencia y la variedad de propuestas.
"Llevo varias ediciones como director del festival, lo que va cambiando es la dirección literaria, eso nos permite que cada año el perfil sea diferente. Este año es la primera vez que ese rol lo ocupa una librera", explica el licenciado en historia del arte por la Universidad de Valladolid.
En ese sentido, destaca: "Lola Larumbe es una persona muy querida que lleva años al frente de la librería Alberti, por donde han pasado todos los escritores en los encuentros que se celebran allí. Nos apetecía tener su mirada sobre un festival y ver un poco como podíamos hacer la incorporación de las librerías que ella conoce muy bien por estar todos los días frente a una".
De la mano de Larumbe, se sumaron a este Eñe librerías de distintos puntos de Madrid como Olavide, La Mistral, Lata Peinada, Tipos Infames o Alberti, la que la misma directora literaria lleva adelante hace más de 40 años. Además el mismo día del inicio del festival, el viernes 11, se celebró el día de las librerías y eso se traslado a un 10% de descuento en las compras de la jornada.
Sobre el balance y proyección de las librerías como sedes del festival, Posada asegura:
"Es algo que tenemos que seguir haciendo, apoyando que estén y quieran estar. Las librerías son agentes culturales de la ciudad. En cada distrito en el que están se convierten en punto de encuentro y, como tal, un festival tiene que darles lugar para que, por ejemplo, los autores que vienen puedan conocer la ciudad a través de las librerías". Y agrega: "Me gusta ese formato librería que no es ese formato escenario, público y platea sino que es más cercano y es donde se juntan la labor del librero como prescriptor, la del autor que acompaña al librero, de los lectores que van asiduamente a la librería y los que llegan por primera vez. Me gusta ese ejercicio que sucede entre los libreros, escritores y lectores".
El Eñe concentra este fin de semana sus citas en el Círculo de las Bellas Artes, la institución cultural impulsora junto a la Fábrica de este evento, y en la que durante la jornada de ayer, en el teatro Fernando de Rojas ubicado en el segundo piso, la escritora Rosa Montero recibió el premio a la trayectoria.
"Los premios nos construyen, son como un abrazo", expresó la autora de "La ridícula idea de no volver a verte" y destacó que "la normalidad no existe y lo normal es raro", algo que trabajó en su reciente novela "El peligro de estar cuerda", donde pone el foco en el vínculo entre creación y locura, e indaga en la vida de investigadores, filósofos y escritores que a pesar de sus padecimientos o fobias se convirtieron en figuras paradigmáticas de la ciencia, la filosofía y de la literatura universal.
En la misma ceremonia, antes de que Montero recibiera su reconocimiento, se entregó la primera edición del Premio Eñe Talento Abordo al escritor y poeta Pol Guash, quien al subir al escenario del teatro Fernando de Rojas dijo que "tenemos que ser conscientes de la moda de lo joven, que muchas veces son voces silenciadas, y de los privilegios que supone".
La delegación argentina estuvo representada en estos días por Gabriela Cabezón Cámara, que participó de una charla en la librería La Mistral y de una charla con el argentino residente en España, Patricio Pron, en la Biblioteca Regional; Andrés Neuman, quien compartió una charla con la chilena Nona Fernández en Casa de América; Pablo Katchadjian, que fue protagonista de un intercambio con el chileno Alejandro Zambra y compartió sus lecturas y recomendaciones en Lata Peinada; y Clara Obligado con una charla con Javier Morales en el Círculo de las Bellas Artes.
Además Martín Caparrós disertó junto al escritor y periodista Juan Cruz en el Instituto Cervantes, María Negroni intercambió lecturas y poesías con Benjamín Prado y Eduardo Sacheri conversó con la filóloga y escritora Alicia Giménez Bartlett sobre la novela negra.
Con información de Télam