Con la fragilidad como eje para pensar los procesos de lectura, escritura, hechura y circulación de libros, la red transfeminista Un cuarto impropio vuelve este año a la Feria del Libro de Buenos Aires invitando a "todXs" sus visitantes a participar de la construcción de un libro en torno a la fragilidad: cómo habitar su potencia, qué la hace posible y los infinitos modos de transitarla.
La máquina de escribir instalada en el living del stand 1401 que está pegado a la Sala Rodolfo Walsh, en Pabellón Amarillo del predio porteño de La Rural, corre ágil algunas veces, horas largas retoza sin que alguien la tenga en cuenta, tal vez intimidante, y se vuelve furiosa por momentos; quienes se atreven a presionar sus teclas van dando forma al mural de hojas mecanografiadas que va cubriendo las paredes del local poco a poco, invitando a "otrXs" a leerlas y que formarán del libro colectivo de Un cuarto impropio.
"Mi fragilidad es la espera y la ansiedad no controlada" se lee en esas paredes. "A veces la gente no sabía muy bien qué hacer con la máquina de escribir y empezamos a poner la pregunta ¿cuál es tu fragilidad?, cuenta a Télam Leticia Hernando, del sello La mariposa y la iguana.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
"Cuando estoy por decir lo que siento o quiero una marea de miedo me cierra la garganta y temo ahogarme" , responde alguien en el papel. "La fragilidad es un cuerpo que goza, un cuerpo presente", la fragilidad es "perder el control, no ser suficiente, quedarme sola". "¿La bipolaridad es un concepto tacaño? ¡Exijo tripolaridad!", dice otra de las hojas.
Se trata de "tensar lo que una cultura puede leer" y de "pensar hasta dónde puede eso afectarnos", dicen 'estXs' transfeministas que están construyendo redes de muchas maneras y, aquí, en la 47 Feria del Libro de Buenos Aires, mostrando "proyectos editoriales que hacen de su fragilidad una potencia sin caer en la lógica empresarial".
En el concurrido y versátil stand, editoriales de muchos puntos del país que no suelen llegar a las grandes ferias se entretejen y arman ese "cuarto impropio".
"Saturadxs" sus "impulsorXs" de la "propiedad privada" este año doblaron la apuesta, recuperando una iniciativa que aún no puede ser clásico porque llegó el año pasado con este colectivo por primera vez a La Rural, pero que promete serlo: el probador de libros, espacio donde se pueden "tocar" y leer textos de editoriales independientes de todo el país que no tienen infraestructura para esta en la Feria, pero que están, en una batea capaz de dar cuenta de lo singular en lo colectivo.
"Es como un puente entre la gente y las editoriales, están en dos cajas sobre la mesa principal de ventas los libros del probador del año pasado más los que fueron incorporando este año, para libre consulta para la gente, si les gustan, se llevan los contactos", explica Hernando.
Están por ejemplo sobre esas tablas montadas en caballetes la editorial peruana Hipatia, hecha toda por mujeres, con el "Manual de supervivencia para los hijos de los noventa", de María Font. Está El brote, de Córdoba. El sello Loca mala con "Hemano y hermana" de George Eliot o Abduciendo una vaca editora con el libro colectivo "Hay un lugar, no tan distintes".
Lo que el año pasado fue responsabilidad del colectivo artístico transfeminista "La lengua en la calle", esta edición quedó a cargo de la cordobesa Elisa Canello, autora de la bandera enorme que acompaña estos días toda la puesta del local, hecha pensando al espacio de ese cuarto impropio "como aquel de 'lxs desterradxs', de 'lxs desubicadxs'", explica Canello, como "bandera del desarraigo, de lxs de la tierra de nadie" que también "hace las veces de manta, de cobijo".
"'Editorxs' transfeministas en red" son los sellos Hekht, Documenta/Escénicas, La mariposa y la iguana, Alcohol & fotocopias, El mismo mar, Fruto de dragón, Tanta ceniza, Borde perdido, Bosque energético, Coloquio de perros y Libretto.
"Además de pensarnos como diversidades sexuales se trata de empezar a pensar los márgenes en torno a lo geográfico, buscar a editoriales que se corran de los epicentros Filba/Feria del Libro y jugar con la idea del margen como un lugar de protagonismo, sobre todo cuando el margen siempre es más que lo que hay en el centro", dice Pidemunt.
Como esa "bandera manta para abrigar a 'todes les impropies' y 'les desclasades'", reflexiona, "estamos en este lugar donde podemos pensarnos en la salida pero también en la entrada, repensando las fronteras geográficas desde el borramiento porque la impropiedad es una forma de habitarnos también, desde este lugar de borramiento de lo binario se puede jugar con esa unión, esa fusión de cuestiones identitarias que son mucho más abarcativas que las de orientación de sexual".
Es ese borramiento el que permite encontrar en este cuarto impropio, por ejemplo, al sello Tanta Ceniza, "una editorial neuquina súper potente llevada adelante por Aixa Rava, poeta fueguina- neuquina y patagónica que edita poesía escrita por mujeres y diversidades", cuenta Dafne Pidemunt, la otra editora de La mariposa y la iguana.
O Alcohol y fotocopias, "una editorial punk transfeminista llevada adelante por Pat Pietrafesa, activista punk y fanzinera que vive en Capilla del Monte, donde se pueden encontrar muchos títulos relacionados al mundo del punk -indica Pidemunt-: los primeros fanzines y un trabajo de archivo maravilloso, algunos relacionados con las diversidades, las identidades maricas, lesbianas como el libro 'Homoxidal 500'".
Con información de Télam