Colectivas y colaborativas: las editoriales independientes trazan su recorrido propio en la Feria

31 de marzo, 2022 | 15.48

Las editoriales independientes, denominadas así porque sus catálogos no responden a las lógicas del mercado ni tienen tiradas multitudinarias entre otras definiciones posibles, consolidaron su forma de participar en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires a través de stands colectivos que en la unión encontraron la forma de potenciar y establecer conversaciones entre los diversos catálogos.

Para Matías Reck, el editor responsable de Milena Caserola, lo que ocurrió en las últimas ediciones es que "la i de Internacional se transformó en la i de independiente. No es una ironía: hace varios años que no hay un stand de varios países que quizá son clave para pensar la edición argentina y la geopolítica de la edición. Y en los últimos años surgieron más de veinte stands colectivos. Si pensamos que cada stand colectivo reúne diez editoriales estamos hablando de 200 editoriales independientes, algunas muy chiquititas y otras que ya llevan muchos títulos y años produciendo libros".

Milena Caserola comparte el stand Todo libro es político desde hace seis ediciones con sellos como hekht, Tinta Limón, La Cebra, Cuenco del Plata, Tren en movimiento, Documenta/Escénicas y Traficante de sueños, entre otros. Esa asociación, como ocurre en todos los stands colectivos de editoriales independientes, no es fortuita sino que está dada por diálogos y cruces entre los catálogos. "Siempre nos presentamos como una posición política y estética y este año está ligada al planeta, al planeta que añoramos, un planeta donde existía el agua, el aire, la humanidad", cuenta sobre el eje que marca la propuesta de esta edición.

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En su opinión "las editoriales de Todo libro es político no estamos ajenas a la realidad que nos toca vivir y nuestros libros hablan de eso y de cómo enfrentar de alguna forma el capitalismo hiper concentrado y salvaje que estamos viviendo", algo que se expuso mucho con "la pandemia y muchísimos años de destrucción de los recursos naturales", sostiene el editor, que entre las novedades presenta un libro sobre geografía y educación sexual, inéditos de Eduardo Pavlovsky o el volumen "Tapabocas" que recopila los textos elegidos de un concurso de "escritura viral", que lanzaron de forma virtual apenas comenzó la cuarentena en 2020.

Como cuenta Maximiliano Papandrea, el stand compartido entre Sigilo, Godot, Gourmet, Entropía, La Parte Maldita, y Leteo es "un grupo afín y a la vez lo suficientemente variado y complementario para que cualquiera que se acerque encuentre más de un libro para llevarse", dice el editor de Sigilo, que como sus colegas estará en la feria, "además de los vendedores, estaremos nosotros recomendando y charlando con la gente, y nuestras autoras y autores. Será un espacio hospitalario para el lector curioso y atento".

Papandrea comparte el entusiasmo generalizado por el regreso a la presencialidad de la Feria porque "si bien desde el comienzo de Sigilo tuvimos la oportunidad de participar, sin dudas esta edición va a ser sumamente especial: primero, porque desde la pandemia hemos tenido pocos momentos de encuentro presencial con lectores y tenemos muchas ganas de volver a charlar con ellos, intercambiar impresiones sobre nuestros libros, recomendar novedades, escucharlos".

"Hay muchísimo entusiasmo por el regreso a la presencialidad y expectativa por volver a conversar cara a cara sobre libros", enfatiza Julia Ortiz, de Criatura Editora, sello que integra Los siete logos junto a Adriana Hidalgo, Eterna Cadencia, Caja Negra, Beatriz Viterbo, Katz y Mardulce. Como agrega Tamara Grosso, responsable de comunicación de Eterna Cadencia, ese espacio se "volvió un punto de referencia entre los lectores de las editoriales independientes". "Dada la duración y masividad de la Feria -agrega Grosso-, es una oportunidad de encontrarse con muchos más lectores, y encontrarse o reencontrarse con libreros, distribuidores y colegas del exterior durante las jornadas profesionales".

Este año también se suma una alianza colectiva nueva: se trata de Panorámica, grupo formado por las editoriales Fiordo, Odelia, Concreto, Chai, También el caracol, Abre y Cía. Naviera Ilimitada.

Las distribuidoras Big Sur y Blatt y Ríos son dos de las plataformas que se incorporan por primera vez a La Rural. "Tenemos libros con mucho potencial comercial pero también distribuimos sellos mas under, y por eso estar en la feria es una vidriera muy grande", dice Enrique Bellande al frente de B&R Distribución, distribuidora que nació hace dos años y que en ese lapso creció mucho con la "propuesta de acompañar libros de sellos afines", para los cuales "es un salto poder estar en la feria, poder llegar a los ojos de un montón de gente que normalmente no vería porque quizá no son libros que necesariamente destaquen en las librerías".

Judith Wilhelm, directora editorial de Calibroscopio Ediciones junto a Walter Binder, destaca la masividad como "característica ineludible" de la propuesta organizada por la Fundación el Libro, "lo que implica también la diversidad del público que asiste. En cada feria sumamos, siempre, nuevos lectores y nuevos contactos, pero es quizás en la feria de la Rural donde ese encuentro, tanto con lectores como con libreros de todo el país, se potencia y diversifica". La editorial tendrá un stand amplio con su catálogo y con los sellos que distribuyen con miradas y propuestas sobre infancias, entre ellos Tinkuy, Pimpau, Libros de la terraza, Taller azul, Periplo, Tres línea, Libros silvestres, Ekaré, Tres tigres tristes, Bárbara Fiore o Thule.

Otra editorial que trabaja infancias y libros álbumes es Limonero, Manuel Rud, uno de sus editores, cuenta algo de la previa de cara al evento multitudinaria: "Limonero tuvo la fortuna de sostener, aún en tiempos de pandemia, su ritmo de publicación de seis o siete títulos por año, de los cuales la mitad suelen ser traducciones y la otra mitad, obras propias. En ese sentido, después de dos años sin ´feria grande´, tenemos la sensación de estar presentando casi a modo de novedad los libros publicados en la ´era pandémica´".

Alianzas de coedición, redes colaborativas para enfrentar los costos y la larga disponibilidad temporal que implica la feria, editores que recomiendan libros de otras editoriales y catálogos en diálogo marcan un poco la tónica que caracteriza a estos stands instalados en el ecosistema de la Feria Internacional del Libros de Buenos Aires, que de forma colectiva apuestan por la visibilidad que otorga la feria para las y los lectores, libreros, bibliotecarios, distribuidoras y otros actores de la cadena de la industria editorial.

Con información de Télam

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