A los 95 años, murió el sociólogo estadunidense Howard Becker

17 de agosto, 2023 | 15.44

El sociólogo estadounidense Howard Becker, autor de libros como "Cómo fumar marihuana y tener un buen viaje", con el que movilizó e impactó al universo académico; "Para hablar de la sociedad, la sociologí­a no basta" y "Outsiders. Hacia una sociología de la desviación", falleció ayer los 95 años, informó hoy la editorial Siglo XXI, responsable de sus publicaciones en español.

"Despedimos a un autor muy querido, Howard Becker, quien murió ayer a los 95 años. Entramos a su mundo en 2009, con la publicación de 'Outsiders. Hacia una sociología de la desviación', un clásico de los años 60 que no circulaba en español y que tradujo Jaime Arrambide", publicó hoy la editorial en su cuenta de Instagram.

En ese mismo texto, lo definieron como "estudioso del peso de las etiquetas sociales para determinar qué es lo convencional o lo normal y quiénes encarnan la desviación" y, además, como "un referente para muchas generaciones de sociólogos. Y un maestro que todavía enseña cómo investigar y cómo escribir".

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A mediados de los 50, Becker, quien completó su doctorado en la Universidad de Chicago con apenas 23 años y es paralelamente un respetado pianista de jazz, sacudió el universo académico con "Cómo fumar marihuana y tener un buen viaje", donde territorializa la utilización de cannabis como una práctica social que requiere de un aprendizaje y no denota desviación o patología, a contramano de un contexto que por aquel entonces equiparaba consumo con "abuso".

Activo usuario de redes sociales, fue uno de los investigadores más importantes de la segunda mitad del siglo XX y se hizo un nombre gracias en particular a su trabajo sobre los músicos de jazz y su enfoque innovador de la sociología.

En una entrevista con Télam en 2016 por la reedición en castellano de "Cómo fumar marihuana y tener un buen viaje", explicaba: "La idea principal de este libro es que los efectos de la ingesta de marihuana son muy sutiles y que, de hecho, la mayorí­a de las personas que la consumen no reconocen los efectos psicológicos que se supone que tiene; estos son leves y pueden pasar inadvertidos. Es como aprender a reconocer los sabores sutiles de diferentes tipos de vino. Esto no ha cambiado".

En ese punto explicaba que lo que había cambiado "era la cantidad de componente quí­mico activo que se encuentra en las hojas de la planta. Esto es debido al hecho de que los agricultores han trabajado duro para perfeccionar la planta, de la misma forma en que otros agricultores utilizan técnicas de cultivo para mejorar el sabor de las frutas y verduras".

En la misma entrevista postulaba que "la marihuana tiene muy poca actividad fí­sica en el cuerpo humano (no afecta la presión arterial, por ejemplo, ni ninguno de los otros aspectos que los fisiólogos buscan cuando estudian una droga); el principal efecto fí­sico es hacer que la gente sienta hambre. Sí­, altera la forma en que la gente percibe las cosas en el corto plazo. Esto la diferencia de la sustancia con la que se la compara más a menudo, el alcohol, que tiene efectos fisiológicos muy fuertes".

Con información de Télam