Eruca Sativa se presentó en un Niceto Club colmado de gente, con localidades agotadas, en el marco de los festejos por los 25 años del mítico espacio musical de Buenos Aires. La banda integrada por Lula Bertoldi, Gabriel Pedernera y Brenda Martin llevó todo su power al pequeño escenario del recinto y pusieron a saltar y a cantar a sus fieles fanáticos.
Los primeros acordes de El Genio de la Nada y la aparición de los miembros de la banda causaron la primera euforia en el público. Desde un primer momento se notó cuánto los presentes conocían los códigos de los shows de Eruca: fanáticos acérrimos que saben cuándo poguear y cuándo darle lugar a otros climas. La apertura del recital con una canción perteneciente al disco Blanco (2012) marcó un precedente que evidenció lo que ocurriría en todo el encuentro: tocaron hits de sus seis discos de estudio.
Si bien la banda lanzó el álbum de covers Dopelganga hace pocos meses y eso supondría una mayoría de canciones de ese material en sus shows, solo incluyeron un par de tracks en su lista de temas. El disco contiene versiones de canciones como Sola en los bares de Man Ray, Ojalá de Silvio Rodríguez y Corazón delator de Soda Stereo.
La distribución espacial de los tres integrantes de la banda y el equitativo protagonismo de sus instrumentos siempre deja en claro que son un power trío con los egos muy bien manejados. Asimismo, la arrolladora potencia performática de Lula Bertoldi la coloca en el centro de la atención en cada show y el de Niceto no fue la excepción; la cantante y guitarrista de Eruca saltó, bailó y arengó al público durante todo el recital, además de mostrar su confianza en los brazos sus fans y arrojarse a ellos como si fueran una piscina en medio del espectáculo.
“Ya no me la acuerdo, chicos”, bromeó Lula cuando el público pedía a los gritos un track del primer disco. Infiel a sus propias declaraciones, al instante comenzó a sonar su guitarra con los acordes de aquella canción mientras que Brenda y Gabi la siguieron y así interpretaron el estribillo del solicitado tema. “En algún lugar estaba”, reconoció.
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El precinto quedó a oscuras de un momento para otro y, a los pocos segundos, Lula avisó a la gente que se había cortado la luz en toda la cuadra. Con las luces de emergencia prendidas, Gabriel y Brenda tomaron sus guitarras criollas y tocaron Foco, acompañando a la voz de Lula a capela. “Shh, shh”, se escuchaba entre el público ante la necesidad de silencio para apreciar el improvisado unplugged. La luz volvió a los pocos minutos pero el corte imprimió en el show un clima íntimo que no hubieran conseguido de otra manera. "Qué se creían, que nos iban a sacar por un cortecito de luz".
La guitarrista Lucy Patané subió al escenario en la mitad de la canción Inercia y deslumbró al público eufórico con sus potentes solos. “Soy muy fan de ella, pero muy fan”, reveló Lula antes de presentarla y reivindicó el lugar de las mujeres en el rock, estilo que aún presenta inequidades de género. Al mismo tiempo, la bajista Lali Kujo fue presentada por su colega Brenda y así Magoo tuvo el doble del espíritu funk que ya tiene, aunque el segundo corte de luz -que también duró unos pocos minutos- no dejó que terminaran la canción.
Este tipo de encuentros con su público demuestra el significado de dedicarse a la música para los Eruca: después de haber agotado fechas en el Luna Park y en el Estadio Obras, eligen lugares más chicos e íntimos para que la comunión con sus fans más cercanos se potencie como sucede desde hace más de quince años.