Habituado a los procesos de creación colectiva, como podría ser considerado "La venganza será terrible" -el mítico ciclo de radio que conduce desde hace más de 30 años y que hasta la pandemia se emitía con el público presente en el estudio- , Alejandro Dolina suele conjurar la impronta solitaria del trabajo literario con rituales de intercambio que incluyen la colaboración de amigos, colaboradores y hasta de su hijo Martín, que participó activamente de la escritura de "Cartas marcadas", la novela que precede a la flamante "Notas al pie".
- Télam: ¿Qué juego o desdoblamiento hay entre el escritor protagonista de la novela, Morozov, y vos mismo como escritor? ¿Cuánto hay de vos en Morozov?
- Alejandro Dolina: Siempre los personajes de mis novelas se parecen mucho a mí. El viejo Marco Ferenzky, de "Cartas marcadas", es un viejo sabio y también soez, le gustan los chistes de churrasquerías, dice malas palabras por el puro gusto de decirlas, es un poco malvado. En "Notas al pie" Morozov es un hombre un poco perdido, no entiende muy bien dónde deja las cosas ni qué es lo que está haciendo, si realmente lo está haciendo bien... y tiene también cierta malevolencia en ese tipo de distracción. Y luego está De Robertis, el que ha sufrido las injusticias. Todos somos un poco ese personaje, porque creemos haber sido víctimas de injusticias, aunque no haya sucedido en realidad tal cosa. Y como De Robertis, todos buscamos una especie de venganza.
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- T.: Siempre hablás del equipo que trabaja con vos y destacás el aporte de tus dos hijos. ¿Todo tu trabajo es una experiencia colectiva? ¿Cuánto hay de ellos en "Notas al pie"?
- A.D.: Mucho. La mayoría de las personas que trabajan conmigo son artistas o escriben. Ellos ven con qué intensidad me dedico a esto, el esfuerzo que me cuesta y la frustración que me producen los malos resultados. Trabajan junto a mí, a veces de un modo figurado y a veces concretamente, con acciones. Por ejemplo, me traen el dato de cuándo nacieron las notas al pie. Y a veces los consulto en momentos concretos del argumento, discutimos decisiones. "Cartas marcadas" la escribí directamente con Martín (Dolina, su hijo). Su mirada cinematográfica me ayudó a escribir esa novela.
Con información de Télam