Reeditan el trabajo periodístico de Mariana Enriquez, en una compilación vasta pero no cerrada

29 de noviembre, 2022 | 19.42

Los relatos de no ficción que Mariana Enriquez publicó hace un año, compilados por Leila Guerriero en el libro "El otro lado. Retratos, fetichismos, confesiones", regresan ahora reeditados por Anagrama: 135 crónicas que recorren más de 15 años de trabajo periodístico de la celebrada autora de ficción oscura, ganadora del premio Herralde y de la devoción fanática de una estrella de rock con su última novela, "Nuestra parte de noche" .

El volumen está ordenado sin cronología, según ejes que funcionan como capítulos que condensan el foco y el humor de textos subrepticiamente ensayísticos, otros más periodísticos y otros de corte intimista y personal, alguno incluso inédito, como "De corazón salvaje", donde Enriquez amplía las contradicciones de su arrobamiento por "la bella tenebrosa" Asia Argento, directora y actriz italiana a quien se descubría queriéndose parecer -por mayo de 2020, fecha de publicación de ese artículo en este libro-, de un modo infantil, copiando sus remeras y peinados, deseando tener un padre que filmara películas de terror.

"Por supuesto, los abusos sexuales de estos tipos superpoderosos que además son unos cerdos aprovechadores deben ser denunciados. Pero el #metoo de las actrices tiene esa incómoda posición de privilegio mezclada con exagerada visibilidad. Es correcto lo que hacen pero yo prefiero un feminismo más cerca de la empleada doméstica que no puede denunciar al patrón", escribe en el texto que se encarga de las acusaciones de abuso sexual hechas por Asia contra el productor de Hollywood Harvey Weinstein y de las acusaciones de abuso sexual hechas contra Asia, por un joven y desempleado actor.

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Solo esto: dos meses después del suicidio de la pareja de Asia, el chef "estrella", "gozador", "depresivo" y "punk" Anthony Bourdian -según palabras de Enriquez-, el actor Jimmy Bennet, quien fue dirigido por Asia cuando tenía siete años en la película "The heart is deceitful above all things" -algo así como "ante todo, el corazón es engañoso"-, la denunciaba por abuso sexual. En esa película hacía de hijo de una prostituta interpretada por ella, que lo obligaba a prostituirse, Mientras tanto, las redes sociales convertían a Asia en la mujer de la letra escarlata.

Los ejes que dan nombre a los capítulos son "Mundo privado", "Peregrinación y devoción", "Dioses oscuros", "El odio", "Alma rollinga", "Clásicos", "Iluminaciones, descubrimientos, revelaciones", "fetichismos", "Retratos a mano alzada", "Desobedientes" y "Despedidas".

La fecha del inédito 2020 parece cerrar el ciclo que sacando textos sin fecha desperdigados por los segmentos comienza en 2002, poco después de que Enriquez ingresara como freelance al diario Página/12, adonde hoy es subdirectora del suplemento cultural Radar y adonde había llegado en 2001 ayudada en parte por su novela de principiante "Bajar es lo peor", donde comenzaba a plantear algunos de los temas que va desarrollando en las más de 800 páginas que conlleva la compilación dirigida por Guerriero, como la potencia erótica que tiene para algunas mujeres observar el acto amatorio entre varones.

De un pasaje del texto "El amor entre hombres" publicado en Radar en 2002: "Habrá mujeres que no lo admiten públicamente y otras que todavía no se dieron cuenta, pero somos muchísimas las mujeres que nos calentamos intensamente con la visión de dos (o más) atractivos ejemplares masculinos en actividad amatoria, sea sugerente o francamente porno".

Los artículos recogidos por Guerriero fueron publicados en revistas como TXT, La mujer de mi vida, el Guardián y Anfibia de la Argentina, la Rolling Stone y la chilena Dossier de la Universidad Diego Portales -que publicó la primera edición de este libro en el sello homónimo- y en otros suplementos del diario Página/12 como el LGBTQ Soy recorriendo temas y obsesiones como la música, su deseo de no maternar y el impacto que provoca en su entorno, la contracultura, su temor a la vejez, la juventud.

"Para escribir periodismo no tengo ningún ritual. Escribo en la redacción, mientras me hablan, con la tele prendida. Pero para escribir literatura tengo un montón de rituales. El de la música, el de ciertas lecturas que hago antes o durante, y que me colocan. Miro fotos. Y escribo a mano. El periodismo es como si yo le dictara a otro. Y la literatura es como si me dictara la voz de otra persona", le decía Enriquez a Guerriero justamente para una nota en la revista de la universidad chilena.

"Dada la naturaleza del trabajo periodístico (inmediatez, rapidez, cierres, urgencia) casi no recordaba haber escrito ni al menos la mitad. Yo no los guardaba: lo hacía mi papá, por afecto y por una manía archivista que tenía, y después para continuar con la tradición los guardó mi marido, aunque en menor medida y no todos porque ahora están online (pueden desaparecer en cualquier momento, pero eso es algo que nos cuesta entender a todos, supongo)", le contaba más tarde a Télam.

Decía Enriquez en esa otra entrevista que no dudó cuando Leila y la universidad le ofrecieron recopilar los textos: "era algo que venía pensando hacía mucho" y "sólo necesitaba un proyecto interesante como el de ellos", es decir, "un libro sin restricciones de largo y una editora como Leila, que tiene también autoría: detallista y obsesiva, las ideas que tiene sobre cómo organizar los textos -qué falta, en qué profundizar y demás- siempre me parecen buenas, pertinentes o inteligentes".

Con información de Télam