Juan Ingaramo batalla contra sí mismo, contra los mandatos y contra la realidad que se nos presenta muchas veces sin pedir permiso. Después de subirse a escenarios con Los Ángeles Azules y de homenajear a grandes artistas de su tierra natal como Rodrigo y Jean Carlos, hoy el músico cordobés viene a ofrecer su corazón con La Batalla, su cuarto álbum de estudio que tiene un pedacito de Latinoamérica en cada uno de sus temas. Esto se ve reflejado en las melodías de los 9 tracks que van fusionándose entre el pop, el reggaetón, la cumbia, el cuarteto y la salsa.
¿Su fuente de inspiración? Una gira por varios puntos de Latinoamérica y el embarazo junto a Violeta Urtizberea, su novia hace seis años y hoy la madre de su hija, Lila.
Lo que se esperaba que sucediera en el 2020 se hizo desear un rato más pero con buenos resultados. “Cambió el mundo y al mismo tiempo mi visión sobre este trabajo, lo cual me sirvió”, admitió Ingaramo a El Destape, en nuestra sección En qué anda. Decidió guardarse su obra hasta que la incertidumbre por el coronavirus cediera en algún punto y así pudo salir con todo, regalando un sonido fresco y alegre, apto para distenderse y viajar mentalmente por todo el continente.
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“No sé si gane la batalla, pero la estoy transitando”, afirmó Ingaramo, orgulloso de su crecimiento musical que siempre se vio marcado por un punto fundamental en su carrera: su identidad.
En varias entrevistas dijiste que La Batalla era el disco de tu vida, hoy que ya salió, ¿lo reafirmas?
No me acuerdo en qué contexto dije eso, pero yo lo doy todo. Es una profesión en la que si no lo das todo es difícil que suceda eso que querés. El disco así lo produje y así lo saqué: sintiendo que es lo mejor que pude hacer. Después se verá si hago otro y si lo supero o no. Pero es darlo todo y, en ese momento, sacarle una foto y decir: este es el disco.
Tenes una colaboración con Ms Nina en "No me llames" y con Ysy A en "Se corre la bola". ¿Cómo fue la elección de los feats?
Para que yo haga una colaboración tiene que haber un vínculo humano en primera instancia porque en una canción, por más que hoy en día es todo muy automático, esos procesos creativos son profundos y verdaderos. Invitar a alguien es como invitarlo a tu casa te diría. Ms Nina es cordobesa, una hermana geográfica, y su encare artístico siempre me pareció muy especial, llamativo, nuevo y sentí que podía funcionar perfectamente en esta canción. Que venga a ensuciarla, en el buen sentido, y a tirarle su impronta. Y después Ysy A para mí es el artista del trap que más profundo me ha llegado a nivel lírico y conceptual. Es un gestor cultural. Tiene su propio sello, su marca de ropa y es un poeta. Lo invité y es hermoso, porque esto queda para siempre.
Salió "Casamiento" y tengo varias preguntas. Por un lado, ¿qué significa el sonido de Whatsapp al final con Lila, tu hija, de fondo?. Y por otro, ¿le propusiste casamiento a Viole con ese tema?
Ese sonido del final es el demo que yo le mande a mi productor, Nico Cotton. Me pareció muy lindo escuchar a Lila de fondo y le propuse que se escuchara como si fuera el mensaje de Whatsapp que yo le mandé a él con la canción. Tiene esa cuota de realidad que me gusta, tanto el tema como el video. Y del casamiento, no se lo propuse así como los yankees pero creo que ya estamos más que casados. Con Lila de por medio, con la casa nueva. "Construyamos una casa" dice la canción y nos estamos mudando en este momento. Es como una especie de declaración así que sí, la canción sería el pedido de casamiento.
Se armó un lindo revuelo alrededor de eso: notas e hipótesis por todos lados. ¿Cómo te llevas con el cholulaje? ¿Te molesta o te divierte?
En lo personal, me siento cómodo abriendo mi intimidad si es a través de mi obra. Me resulta más fácil y me gusta incluso. Es convertir en obra la realidad de uno. Me siento más cómodo cuando comparto mi vida a través de la música, más que a través de Instagram. Básicamente, si es a través de mi obra lo disfruto y también lo ofrezco.
¿Qué cambió desde Pop Nacional, allá por el 2014, al Juan Ingaramo de hoy?
Tantas cosas. Musicalmente siento que sigo manteniendo el mismo ADN. Sigue siendo pop nacional esto, por más que tenga otras bases, otros ritmos. En lo personal, he ido creciendo y aprendiendo pequeñas cosas de la vida y de la carrera. Lo lindo de ser músico es que no hay recetas ni fórmulas, es ir y dar. En este lanzamiento encontré un equilibrio piola entre las expectativas y los mandatos y lo estoy disfrutando mucho. Es raro estar en la era del streaming, de los números, y está bueno poder abstraerse como ingenuamente lo hice en Pop Nacional. Estoy disfrutando más de lo que hago que en los últimos tiempos.
Hablando de cambios, más de una vez dijiste que el feminismo influyó en tu carrera como artista. ¿En qué?
Primero y principal, me influyó como ser humano. Uno como artista refleja en un alto porcentaje lo que es como ser humano. Ir entendiendo las nociones que nos ofrece el feminismo a nosotros los hijos del patriarcado es bastante contundente. Sin dudas es muy grande la diferencia a cómo lo encaraba en 2014. De hecho tengo temas de 2012 que me acuerdo que me parecían re cancheros y ahora los escucho y digo "claro, nada que ver". Creo que nos está enseñando mucho el feminismo, como sociedad y a los hombres en particular y eso es bienvenido. Lo festejo y lo agradezco y trato de ponerlo en práctica, ahora más siendo padre de Lila.
Ping Pong
Juan nos cuenta una anécdota con un fan, habla de la importancia del acompañamiento de Violeta Urtizberea en su carrera y nos revela cuál es el tema suyo que más le gusta.
Sabías que...
Juan Ingaramo jugó al fútbol contra Lionel Messi dos veces cuando era chico. Él jugaba en el Club Atlético General Paz Juniors. La primera vez fue en Rosario, contra All Boys y sí, perdieron. "Había un pibito que tenía una cabeza menos que todos nosotros y que era increíble. Se llamaba Lionel", contó Juan a este medio. Después se cruzó nuevamente en Santa Fe y ya se esperaban lo que iba a ocurrir: "Esperábamos que llegue, era una figura ya". Años más tarde, se enteró que era un crack del Barcelona.