Sergio Criscolo, creador del sello Híbrida, dijo que los títulos que dan inicio a su editorial buscan dar cuenta del "abanico que abarcará el catálogo", y Alejandro Dardik, codirector de Club Editor, el sello catalán recientemente instalado en el país, señaló que el principal objetivo de ese proyecto es "recuperar libros que por descatalogados han quedado al costado del canon literario".
Los primeros cuatro títulos con que Híbrida se abre paso en el circuito editorial intentan mostrar el abanico de su catálogo: "´El corazón adelante' está armado con columnas periodísticas de Humprey Inzillo que, más allá de la fragmentación que genera una publicación quincenal, logran crear un universo propio. Con 'El placer de abandonar', de Schoë Blintsjia, abrimos la puerta a novelas de autores inéditos. Con 'Elis Regina', de Arthur de Faria, plantamos bandera para hacer traducciones en argentino. Y con 'Aspas', de Belén Zavallo, le decimos a las y los poetas que son muy bienvenidos", indica Criscolo.
A qué responden esos ciclos de catalogación, descatalogación y recuperación son cuestiones de un campo más vasto, que habla de perspectivas epocales e intereses socioculturales que fluctúan, de eso da cuenta "La muerte de la primavera", novela inacabada de Mercé Rodoreda.
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Publicada tras la muerte de la escritora que España asimiló como ícono de la novela costumbrista y la telenovela de la tarde, por las adaptaciones que se hicieron de su obra y porque fue lectura obligada en el secundario para enseñar los efectos del franquismo en la sociedad civil, "La muerte y la primavera", un texto difícil para Rododera porque en él reconocía su deseo lésbico y que además abordaba desde lo raro la oscuridad de los estados genocidas, fue apropiado por lectores millennials para quienes se volvió claramente legible en tiempos de reposicionamientos de feminismos, derechas y género fantástico.
"Cuando la leí por primera vez, no podía creer que no fuera súper conocida en el mundo hispano, sino que estuviera absolutamente descatalogada y que prácticamente nadie la conociera", dice Dardik sobre la novela que en Argentina prologa Mariana Enriquez, reina de las literaturas fantásticas, de lo raro y el horror, elegida por "el tratamiento que hacía de lo terrorífico, casi sin nombrarlo, y por cómo de esa manera, igual que Rododera, te aproxima al terror real".
"La muerte y la primavera", resume Dardik, "es la obra perfecta de Rodoreda, tanto que se volvió inacabable. Rodoreda es para la literatura catalana la voz que se afina en el exilio y que acaba creando, en el imaginario europeo, la Barcelona de la guerra civil y de la posguerra. Pero para cierto lectorado olía a naftalina por cómo se enseñan las literaturas patrias".
La traducción la hizo Eduardo Jordá, el mismo que se encargó del "El mar", "una novela de un brillo terrible salida de una oscuridad total", dice Dardik sobre el texto de Blai Bonet, poeta de culto casi desconocido, rescatado por otros poetas de culto, como hizo el músico Lou Reed con los versos sobre Al Brown, el opiómano campeón mundial de boxeo panameño amado por Cocteau, "El mar" transcurre entre un grupo de adolescentes encerrados en un sanatorio de tuberculosos en la isla de Mallorca durante la posguerra, y "el sexo, la inquietud metafísica y la sangre corren a raudales".
El año de Club Editor en Argentina terminará con "La infanticida", de Víctor Català, y completarían lo que llaman "la santa trinidad de la literatura catalana del siglo XX" con "La Víctor, como le dice coloquialmente, y definen como "el secreto mejor guardado de esta lengua". "El libro es una selección de sus cuentos junto a 'La infanticida', que es un monólogo teatral en verso, tan terrible, que provocó que su autora tuviera que cambiarse de nombre y vivir su muy larga vida literaria travestida como hombre", resume.
Con información de Télam