Los divulgadores se animan a la fusión y ponen a dialogar las ciencias duras con las humanidades

15 de abril, 2023 | 14.41

(Ana Clara Pérez Cotten). En un entrecruzamiento entre las ciencias duras y las humanísticas, referentes como el historiador Felipe Pigna, el filósofo Darío Sztajnszrajber o el médico Daniel López Rossetti se animan a cruzar sus especialidades y a democratizar sus saberes para debatir los grandes temas desde una óptica que trascienda la especialidad y habilite la divulgación de temas técnicos para, a la vez, proponer enfoques novedosos para el gran público.

Con la dinámica que los algoritmos le imprimen a la comunicación en las redes sociales o desde el más tradicional escenario de un teatro y con intervenciones guionadas, una camada de filósofos, psicoanalistas, médicos, historiadores y biólogos se animan a abrir el diálogo y dar un paso en la forma de difusión para que ciertos saberes puedan circular con cierta masividad y, de esa forma, trascender el "nicho" profesional.

La tradición nacional de divulgadores científicos es nutrida y variopinta: desde la masividad televisiva con la que el doctor Alberto Cormillot trabaja en nutrición hace 60 años, la paciencia con la que el matemático Adrián Paenza aborda el estigma de los números e insiste en pensar una "matemática para todos" o la claridad con la que el psicoanalista Gabriel Rolón advirtió qué tan poco se conocía sobre los grandes temas de la salud mental que trata con historias y conceptos accesibles.

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Pero ahora que de alguna forma el camino está más allanado -porque los médicos, los psicoanalistas o los historiadores tienen una voz pública que trasciende la bibliografía específica de su saber-, una nueva camada de divulgadores se anima a ir por más y a entrecruzar disciplinas para proponer nuevas perspectivas y narrativas.

"Un médico que quiso ser historiador, un historiador que quiso ser médico", propone la invitación a la charla que compartirán el viernes 21 de abril el historiador Felipe Pigna y el doctor Daniel López Rosetti en el Auditorio Belgrano.

"En verdad, es un juego de palabras. Nunca me planteé seriamente ser historiador, pero me encanta la historia y el ejercicio de la medicina me dio la oportunidad de entender hasta qué punto el contexto social e histórico de una persona pueden alterar o modificar cuestiones de su salud. Entonces, la perspectiva histórica siempre fue relevante para mí como médico", cuenta a Télam López Rosetti sobre el entrecruzamiento de disciplinas que emprendieron con Pigna.

Entonces, el médico y el historiador, quienes se conocen por haber compartido el aire en Radio Mitre durante muchos años, abordarán hechos históricos con enfoque médico y cuestiones de la medicina con aportes históricos: ¿Cómo se originó la maldición de Tutankamón? ¿Qué era el Protomedicato? ¿Por qué insistía tanto Tita Merello con el Papanicolau? ¿Cuáles eran las enfermedades de época que dejaban a los revolucionarios fuera de combate? ¿El Quijote estaba realmente loco?

No es la primera vez que se animan a ese entrecruzamiento. Pigna prologó los dos tomos de "Historia Clínica", publicados en 2015 y 2015, donde López Rosetti recorría los padecimientos de Freud, Charles Darwin o Leonardo Da Vinci. Aquellos textos los llevaron a conducir una versión documental que se emitió por Telefé, con las actuaciones de Mike Amigorena, Cecilia Dopazo y Luis Machín, entre otros.

"Mi rol de divulgador está vinculado a mi rol docente, que ejerzo desde hace años en la carrera de Medicina y en distintos niveles de posgrado. La Medicina es comunicación desde la misma instancia del consultorio: una receta ilegible dificulta mucho el entendimiento. Ser médico implica un saber científico específico pero también requiere de explicaciones amigables, de tiempo y de empatía", analiza López Rosetti.

Advierte que esa veta "hacia afuera" nace en realidad al interior de la práctica y señala: "Siempre me interesó que aquello que sucede en el consultorio, el abordaje de determinada historia clínica, trascienda a través de la comunicación -obviamente con los cuidados éticos del resguardo de la identidad- para que sea relevante para el resto la sociedad".

El médico no es el único que se anima a los "crossovers" o fusiones entre disciplinas. Bajo el disparador "Amor, poder y muerte" y convocado por la Fundación Osde, Sztajnszrajber y Pigna conversaron el miércoles pasado sobre las las prácticas y decisiones de personajes históricos de la Argentina. El filósofo tiene otros "dúos" y recorre el país con sus charlas. Junto a la periodista Soledad Barruti emprendió una gira con "Comer, pensar, amar", una ironía que juega con el bestseller "Comer, rezar, amar" y próximamente visitarán el teatro Coliseo Podestá en La Plata y el Teatro Universidad en La Matanza.

Durante el verano, junto a la periodista feminista Luciana Peker, se animó a pensar el amor en clave epocal con una intervención a dos voces: "¿Es posible el encuentro amoroso?".

Las redes sociales también permiten que la ciencia llegue a más personas y en nuevos registros. Con vivos en Instagram, convocatorias a charlas y consultas que se dan en el formato de comentarios, médicos de diversas especialidades o bromatólogos comparten sus saberes específicos con los seguidores.

Mariana Koppmann, bioquímica y bromatóloga es una de las autoras de "Cazabacterias en la cocina" y por estos días asesora a la organización de la feria gastronómica MAPPA, en materia de bromatología. Desde su cuenta en Instagram, explica cómo prevenir enfermedades transmitidas por la comida o durante las cocciones, pero también procedimientos para hornear un pan de masa madre esponjoso o el truco para lograr mini huevos fritos perfectos. "Desde segundo año de la facultad empecé a dar clases y cuando comencé a dedicarme al área de Bromatología, al tener que capacitar al personal surge como necesidad el transmitir de una manera más coloquial y para todo público los contenidos", cuenta a Télam sobre el camino que la llevó a interesarse por la comunicación de su disciplina.

"Cuando empecé con las clases de química culinaria en el Instituto Argentino de Gastronomía después del primer curso, vi la necesidad de buscar formas bien sencillas de explicar los conceptos. Entonces, decidí estudiar como profesional gastronómico para encontrar ejemplos de recetas que pusieran de manifiesto muy claramente la ciencia", recuerda sobre el camino que inició para "transmitir ciencia para un público que en general no tenía formación científica".

Entre la cocina y el laboratorio, Koppmann encuentra un espacio de trabajo propio. "Busco transformar las recetas en experimentos y que cada concepto se acompañe de un ejemplo conocido y cercano, buscando siempre un idioma sencillo sin palabras complicadas", explica Koppmann sobre el desafío de cruzar la gastronomía y la ciencia, una de las protagonistas de una forma de pensar el mundo que en vez de alambrar espacios de saber, los comunica para así enriquecerlos.

Con información de Télam