Alrededor de todo el mundo, existen millones de restaurantes históricos por los que pasaron miles de generaciones a lo largo del tiempo, y que por esta razón, son indispensables para la identidad y la cultura de sus pueblos. Un restaurante en particular, que hasta el día de hoy sigue abierto al público, es el más antiguo del mundo y está por cumplir 300 años.
Los restaurantes, así como los cafés, los cines, teatros y demás espacios culturales, forman parte de la identidad y la historia de cada ciudad y pueblo. Lo que muchas personas se preguntan es cuál será el restaurante más antiguo del mundo, y para sorpresa de todos, es uno que sigue con sus puertas abiertas.
Se trata del restaurante Sobrino de Botín, ubicado en Madrid, España. Este restaurante se fundó en 1925 y es el más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los Récords. Además, "la revista Forbes le reservó el tercer puesto entre los 10 mejores restaurantes clásicos del mundo, a la Casa y a sus dos especialidades, los deliciosos cochinillos y corderos asados al estilo castellano", según se indica en su sitio web oficial.
En el sitio, también se detalla cómo es el menú y por qué es tan distintivo a otros restaurantes. "Tres y cuatro veces por semana llegan al restaurante cargamentos de los mejores cochinillos segovianos y corderos procedentes del triángulo mágico de esta carne: Sepúlveda-Aranda-Riaza", precisan los dueños.
El lugar también se destaca por su comida al horno, "alimentado con leña de encina". Este horno "ha permanecido en funcionamiento desde su fundación bajo la atenta mirada de los maestros horneros y los expertos cocineros que llevan toda la vida en la Casa". De esta forma, los platos toman un gusto a "sal, pimienta, agua, manteca de cerdo, vino blanco, laurel, cebolla y ajo por todas las piezas, cochinillos y asados".
El restaurante Botín fue inspiración para múltiples obras de escritores, como Ernest Hemingway, Benito Pérez Galdós, Graham Greene y María Dueñas, entre otros muchos. Cabe destacar que Madrid creció casi al tiempo que el Botín, ya que "en 1590 aparecen los primeros registros del edificio, apenas 30 años después de que Felipe II la nombrase capital del reino".
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Un bar notable de Buenos Aires cumple 140 años y hará una gran fiesta
Buenos Aires está llena de bares, restaurantes y confiterías históricas que están en funcionamiento desde hace más de 100 años. Una de ellas, muy popular en la ciudad, cumple 140 años dentro de muy pocos días y se volvió viral en las redes sociales, que se llenaron de fotos de cómo es por dentro y el menú que ofrece.
Esta confitería, ubicada en el barrio porteño de Almagro, va a cumplir 140 años el próximo sábado 21 de septiembre. Por esta razón, organizó un festejo que va a comenzar desde el lunes 16 de septiembre, que incluirá shows artísticos, jazz, tango, folclore y jornadas de poesía, con una capacidad máxima para 280 personas.
Se trata de Las Violetas, ubicada en Avenida Rivadavia 3899. Esta confitería, fundada en 1884, es conocida por su arquitectura elegante y clásica, que se destaca por tener un enorme vitral, al estilo de las iglesias góticas. Además, ofrece un amplio menú de dulces, té de la tarde y clásicos platos locales, con precios accesibles.
Los dos mozos históricos de esta confitería son Patricio Piani y Jorge More, quienes todos los días, cargan las bandejas del “museo de las masas y facturas”, hechas con productos de primera calidad. Por Las Violetas, pasaron históricas figuras del mundo del arte, como Carlos Gardel, Mercedes Sosa, Alfonsina Storni, Roberto Arlt, entre muchas otras.
Historia de la confitería porteña Las Violetas
Las Violetas fue inaugurada el 21 de septiembre de 1884 por Felman y Rodríguez Acal. En la década de 1920, fue remodelada y se le colocaron vidrieras y puertas de vidrios curvos, vitrales y pisos de mármol italiano. En 1993, la propiedad fue rematada y posteriormente comprada por Mateo Figallo y su familia.
Se cree que el nombre Las Violetas proviene de los canteros con violetas que decoraban el frente de la confitería. Históricamente, fue conocida por ser una confitería de lujo, aunque al día de hoy es accesible como cualquier otra. Entre 1997 y 2001, estuvo cerrada ya que los dueños se declararon en quiebra, hasta que en junio de 2001, un grupo de gastronómicos comenzó obras de restauración. La mayor parte de la confitería pudo ser restaurada, y una vez más, volvió a abrir sus puertas para todo el público.