En 1999, M. Night Shyamalan sorprendió a todos los cinéfilos con El Sexto Sentido, una película que llevó a la crítica a bautizarlo como el próximo Steven Spielberg y que presentó uno de los mejores giros finales en la historia del cine. Y, al parecer, el éxito que catapultó a la fama al director indio estadounidense está basado en una macabra historia real.
Protagonizada por un admirable Haley Joel Osment y Bruce Willis (quien ya era una gran estrella en ese punto) El Sexto Sentido contaba la historia de Cole, un niño con problemas para adaptarse y con la tenebrosa habilidad de comunicarse con los muertos. Cole es acosado y rechazado por ser diferente, eso preocupa a su madre (Toni Collette), que contrató un psicólogo infantil para ayudar a su hijo. Pero Cole no está deprimido, está aterrorizado por las visiones que ha tenido desde pequeño y solo con la ayuda de su psicólogo descubre que los espíritus que se le aparecen en realidad están buscando su ayuda, y el resto es historia.
La película se llevó 6 nominaciones a los premios Oscar (incluyendo mejor película, que perdió ante American Beauty, y mejor director), además de nominaciones a los BAFTA, Screen Actors Guild y muchos otros premios más, además de que marcó la historia del cine y cambió la forma en la que entendíamos el terror. Pero según el contenido adicional de la película (en su edición en DVD), M. Night Shyamalan explicó que se inspiró para crear esta historia en una serie de temores e historias aterradoras de su propia infancia.
“En cada película quieres contar un poco sobre quién eres, una parte de tu vida. Mi primera película fue sobre ir a la India y aprender sobre mi herencia y la segunda fue sobre mi experiencia en la escuela católica 10 años después. Esta fue sobre tener miedo en mi infancia todo el tiempo. Me decía: “No salgas de ahí, no vayas a la habitación, no bajes las escaleras, eso es terrorífico… Todo realmente me asustaba. Yo era un niño muy tímido y el miedo a lo que hay en la otra habitación o al final del pasillo daba terror”, comentó el director.
Además, contó que el prólogo de la película se inspiró en un momento tenebroso que vivió cuando era niño, después de que su padre le enseñó una fotografía cuando, después de llegar a casa con su familia, encontró que la puerta (que habían cerrado bien) estaba abierta. “Este es un ejemplo de lo que considero miedo. Un día fui con mi familia al centro comercial, llegamos a casa, aparcamos en el camino de entrada y la puerta principal estaba abierta. Es de noche y el coche se detiene y todo el mundo está en silencio y yo digo ¿qué? Probablemente tenía como 12 o 13 años y las puertas delanteras estaban abiertas de par en par. Mi padre actuó como si alguien hubiera entrado en la casa. Todos estábamos en silencio y él, por alguna razón, entró en casa como si fuera Rambo o algo así. Pero él entró y yo estaba muerto de miedo. Tenía mucho miedo”, contó.
Después se enteró de que no había sido nada sobrenatural o peligroso, pero en ese momento no lo sabía, porque su padre decidió meterle un poco de miedo. Le enseñó una foto vieja en la que se podía ver una figura terrorífica y le dijo que se trataba de una persona loca que estaba esperando a que llegara a casa para hacerle daño, sentado junto a su cama. “Sale y dice que no había nadie allí, solo Adam (el perro) que se quedó atascado en la puerta y esta se abrió con el viento. Pero él dijo: wow, ¿sabes qué fue realmente aterrador? Acabo de recibir esta foto de una persona loca sentada en el borde de la cama esperándome. Tuve pesadillas para siempre y la escena de Vincent en El Sexto Sentido fue sobre alguien que vuelve a casa y hay alguien esperándote allí. Ese tipo de imágenes me torturaron por un tiempo”, dijo.