Valeria Bertuccelli es Berta Muller, una escritora cancelada por un escandaloso plagio en sus libros, en la película Culpa Cero, su segunda incursión como directora en la pantalla grande después de La reina del miedo (2018). En el filme que está teniendo gran éxito de público y que luego de su tiempo de exhibición llegará a la plataforma de streaming Disney+, Bertuccelli se convierte en una villana dispuesta a todo para recuperar la admiración que supo tener entre sus lectores. “Me gusta pensar a Berta como alguien que es un desastre y una basura, pero tiene total impunidad porque es poderosa. Es divertido ver a una mala como protagonista cuando casi siempre estamos acostumbrados a que los varones sean los antagonistas en el cine", remarcó la actriz en diálogo con El Destape.
Quiso ser bailarina clásica pero "se bajó" muy rápido de ese sueño porque -cuenta con humor- "la tuve de compañera a Paloma Herrera en las clases que tomaba con Olga Ferri, quien preparaba a todos los grandes bailarines del Colón, y jamás pude lograr lo que ella hacía" y ya en su último año de la secundaria aterrizó en el Parakultural, ícono cultural por el que pasaron históricos grupos como Las gambas al ajillo o Humberto Tortonese y Alejandro Urdapilleta, entre tantísimos artistas de la Argentina: "Soy medio nostálgica de esa época. No digo que no existan lugares de experimentación en la actualidad, pero en el Parakultural ocurrían cosas mágicas. No sé dónde está eso hoy, quizás es un buen momento para pensar en un nuevo Parakultural”.
Lo que más risas me dio de Culpa Cero es cómo el ego y la vanidad se comen a Berta. ¿Qué opinión tenés de los procesos destructivos que puede tener la fama en las personas?
- Hay algunas escenas de la película que son un homenaje a la falsa humanidad… algo que conocemos mucho. Son discursos que ya los sabemos todos, que nos limpian de culpa de clase aunque sean palabras vacías. El tema de la fama y el ego trato de llevarlo como puedo. Por ahí a veces yo me siento muy tranquila con esa parte del “ser famosa” y otro que está al lado mío piensa que nada que ver, puede pasar. Sí puedo decir que es raro que diga, en cualquier circunstancia, que tengo el ego domado, porque el ego es algo que se escapa por muchos lugares que no te das cuenta… por ahí creés que lo llevás super bien y en el momento que menos esperás te salta algo de mucha exposición y te das cuenta que no es tan así cómo pensabas. ¡Hago lo que puedo! (risas).
¿Cómo es el proceso de encarar la dirección, el guion y el protagónico de una película?
- Es un proceso que tengo muy bien resuelto porque desarrollé mi propio sistema de trabajo, que empecé a implementar mientras rodaba La reina del miedo, mi primera película como directora, guionista y protagonista. Es un modo de trabajo que me resulta muy fácil y claro, más allá de las circunstancias espontáneas que se dan durante un rodaje y con el contacto con otros actores. El hecho de poder estar en el guion de la película hace que llegue con más información a la hora de dirigir o actuar, porque ya me imagino cómo quiero que sean ciertas escenas o situaciones. En el momento que duran estos procesos tengo muchísima energía y vitalidad, y después suele pasar que me engripo por unas semanas.
¿Cómo convenciste a Fabiana Cantilo para que actúe?
- Fabi está muy bien en la peli porque tiene mucha verdad. El día que nos encontramos en casa para un ensayo improvisó mucho y lo que me impresionó fue lo rápido que cayó en el tono del personaje y de la historia, me pareció genial. Siento que lo hizo increíble. Llegué a ella a través de Ceci Roth, que me propuso a Fabiana para ese personaje. Fabi hizo su película ahora, que la tiene como actriz, directora y en el guion, y tengo muchas ganas de verla, solo vi muy poquito y me pareció buenísimo.
¿Estás a favor del mensaje final de Culpa Cero, “abrazar” al monstruo interior de cada uno?
- No, porque aunque todos tenemos una parte sombría, oscura y monstruosa que debe ser pensada, el discurso final de Berta es muy individualista… es un “amigate con el monstruo”, pero en el sentido de quien dice "no me rompan más las bolas". Creo que en ese momento ella se muestra tal cual es. No es un discurso con el que coincida para nada, pero me parece muy de esta época. Es tremendo. Siento que en el mundo de la política y el espectáculo está muy instalado el discurso de llevar la monstruosidad al extremo porque por ahí así la pegás. Vale más crear un personaje que ponerse a reflexionar. Hay algo de eso en el aire...
Culpa Cero llegó en un momento de desguace total en el INCAA y parálisis del cine nacional…
- Estrenar en este momento es un lujo, ya hacer una película lo es dada la situación que marcás. Lo que yo me pregunto es: ¿qué hacemos ante este atropello que vivimos? ¿Qué está en nuestras manos más que explicar cada vez que tenemos la oportunidad por qué es importante la cultura, por qué las películas argentinas no solo hablan de tu lugar, de tu raíz, de tus personas, sino que también te permiten reflexionar y entender lo que ocurre? ¿Cómo se hace? Yo realmente no lo sé. Somos muchos los actores que cada vez que podemos advertimos sobre cómo está la situación.
Creo que este es un momento para escribir muchísimo, porque en algún momento vamos a poder volver a hacer películas, es momento para filmar como podamos y es momento para pensarnos más generosamente con los otros. Con esto último quiero decir que hay que empezar a pensar cosas más generosas y amorosas con aquellos directores que recién empiezan y tienen buenas ideas, pero no tienen la financiación y quizás hasta yo misma pueda sumarme a algún proyecto cobrando una nada de lo que cobraría o haciéndole un regalo a esa persona. Recuerdo que las primeras películas que hice con Martín Rejtman fueron así, muy caseras y a pulmón: Martín filmó dos o tres años, la mamá lo ayudaba llevando tartas para el equipo. Vamos a tener que ser un poco más generosos. Nadie se salva solo.
En una entrevista reciente dijiste que te amigaste hace poco con el boom de la “Tana” Ferro, tu personaje en Un novio para mi mujer. ¿Te molestaba la repercusión de ese personaje?
- No me molestaba, pero sentía que era algo que me había quedado muy pegado. Siempre que tomaba un taxi era un “hola, Gachi, Pachi” y en ese momento, cuando era más joven, no sabía muy bien qué debía hacer para alejarme un poco de eso. Ahora me pasa que vuelvo a ver ese personaje y a esas demostraciones de la gente con mucho cariño. De hecho, Un novio para mi mujer es una película que amo y que siempre que la engancho en la tele la dejo para mirarla.
Pocas personas pueden decir que tienen un meme icónico.
- ¡Me llegan los stickers de la película! Son muy divertidos.
Hiciste dos películas con Adrián Suar. ¿Cómo se conocieron?
- Lo conocí cuando estaba en el dúo de teatro Las hermanas Nervio, porque justo en ese momento Atilio Veronelli y Gustavo Belatti, actores y autores increíbles, estaban escribiendo un piloto para un programa de humor para Adrián Suar en Canal 13 y me dijeron de ir a hacer un personaje al programa piloto. El show nunca salió a la luz pero al poco tiempo recibí un llamado de Adrián. Es muy buena onda y lo quiero mucho, es alguien que sabe tratar muy bien con los actores.
Culpa Cero está disponible en salas de cine. Luego de su tiempo de exhibición en salas irá al streaming en la plataforma Disney+.